"He sobrevivido gracias al trato humano"
Pilar Mir¨®, de 53 a?os, es una mujer resolutiva y en¨¦rgica que tuvo que enfrentarse a esta frase: "Si no te operas inmediatamente, no pasas del verano". ?sa fue la brutal advertencia que recibi¨® de un m¨¦dico poco sutil cuando apenas ten¨ªa 28 a?os .Desde entonces ha pasado por el quir¨®fano dos veces a coraz¨®n abierto; ha tenido un hijo; ha sido directora general de Cinematograf¨ªa y luego de RTVE, y no ha renunciado ni a un mil¨ªmetro de pel¨ªcula posible. El suyo es, pues, un testimonio paradigm¨¢tico.
- Hab¨ªa sufrido de peque?a endocarditis reum¨¢tica, y como secuela, en 1968, descubrieron que se me estaban calcificando las v¨¢lvulas. Comenc¨¦ entonces una peregrinaci¨®n por especialistas privados, que confirmaban el diagn¨®stico pero no se pon¨ªan de acuerdo en si la operaci¨®n pod¨ªa esperar o no". Hasta que dio con Gregorio de R¨¢bago, jefe de cardiolog¨ªa de la cl¨ªnica de la Concepci¨®n de Madrid, un centro a caballo entre lo p¨²blico y lo privado.
"R¨¢bago fue mucho m¨¢s concreto", recuerda Pilar Mir¨®. El le explic¨® que, en adelante, m¨¦dico y paciente iban a librar una batalla contra dos relojes: el de la enfermedad y el del progreso de la medicina.
- Y, efectivamente, pas¨¦ 1970, 1971, 1972.... y yo cada a?o iba a ver a R¨¢bago, y R¨¢bago me dec¨ªa: "Seguimos". Y yo segu¨ªa, a tope.
De repente, en 1975, cay¨® de forma fulminante. Se ahogaba al m¨ªnimo esfuerzo. "Cuanto antes mejor", le dijo R¨¢bago esta vez. Fue al quir¨®fano consciente de que era posible que no saliera viva. "Estoy convencida de que si he sobrevivido, ha sido gracias al trato humano, al trato afectivo y generoso de R¨¢bago", recuerda ahora, cuando se cumple un a?o de la muerte del eminente m¨¦dico.
Todo fue bien. Le implantaron dos v¨¢lvulas, la Seguridad Social pag¨® una parte de la operaci¨®n, y despu¨¦s de seis meses de recuperaci¨®n Pilar Mir¨® renaci¨®.
- Despu¨¦s de aquella amenaza, mis ganas de vivir eran inmensas, as¨ª que en 1981 decid¨ª algo que antes de la operaci¨®n no me hab¨ªa planteado siquiera: tener un hijo.
Quiso hacerse una amiocentesis en la Seguridad Social [prueba sobre peligro de malformaciones del hijo], pero se la denegaron "porque no era imprescindible". Defraudada, sigui¨® como hasta entonces: pagando las pruebas de su bolsillo.
- Pod¨ªa hacerlas por la Seguridad Social. De hecho, me hubiera atendido el mismo equipo; pero si iba como privada, lo resolv¨ªa todo en una ma?ana. En realidad, lo que compraba era mi tiempo.
En 1985 lleg¨® el segundo gran susto: "Las v¨¢lvulas est¨¢n rotas. Las dos". Directa al quir¨®fano. La propia cl¨ªnica gestion¨® que la Seguridad Social pagara la operaci¨®n. Pero ella sigue pagando de su bolsillo las revisiones. Es decir, el tiempo que se ahorra. Y ¨¦ste es ahora su diagn¨®stico del sistema sanitario: "Es un buen sistema. Desde el punto de vista m¨¦dico y de la preparaci¨®n tecnol¨®gica, est¨¢ entre los mejores. Pero falla estrepitosamente en la organizaci¨®n. En la burocracia".
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