Hermida y su secci¨®n femenina
JOS? MIGUEL LARRAYA, Jes¨²s Hermida, que abri¨® esta campa?a electoral muchos meses antes de que se disolvieran las Cortes, propuso el mi¨¦rcoles por la noche una nueva versi¨®n de la tertulia-debate que con tanto ¨¦xito para el PP program¨® el pasado febrero. Ahora, sin embargo, el factor sorpresa estaba ausente y las 10 dirigentes del PSOE y del PP que comparecieron ante las c¨¢maras de Antena 3 iban con el ¨¢nimo sordamente belicoso de las reyertas dial¨¦cticas preelectorales. El resultado, pese a algunos trucos -?qui¨¦n dirige la clac entre el p¨²blico que asiste al programa?-, fue el previsto: un confuso cruce de acusaciones y descalificaciones que, con algunas excepciones, no dej¨® muy alto el pabell¨®n parlamentario de las polemistas.
Las representantes del Partido Popular parec¨ªa que hab¨ªan acudido a un seminario sobre C¨®mo pasar su mensaje en los medios audiovisuales. Su idea-fuerza era la trilog¨ªa que han elegido los conservadores para esta campa?a: el socialismo es paro, corrupci¨®n y despilfarro. El latiguillo se repet¨ªa en los labios de las cinco militantes del PP con el acento personal de cada una, que en el caso de Celia Villalobos recuerda cada d¨ªa m¨¢s las imitaciones que hacen los c¨®micos de Felipe Gonz¨¢lez. La glacial Loyola de Palacio, candidata por Segovia, y la contundente Mercedes de la Merced, concejal de Madrid, fueron las m¨¢s incisivas, apoyadas por las bondadosas Luisa Fernanda Rudi, candidata por Zaragoza, y Mar¨ªa Jes¨²s Sainz, aspirante por La Coru?a, que no dejaron de sonre¨ªr, condescendientes, mientras hablaban sus rivales.
La fila socialista estaba encabezada por la ministra Matilde Fem¨¢ndez, a quien acompa?aban Mar¨ªa Dolores Pelayo, diputada por Tenerife; Cristina Narbona, directora general de la Vivienda; Manuela de Madre, alcaldesa de Santa Coloma de Gramenet, y Carmen Cerdeira, candidata por Ceuta. La l¨ªnea de ataque socialista tampoco fue una sorpresa: la poca credibilidad de las populares, a las que presentaron como las leg¨ªtimas herederas de la derecha secular y antidemocr¨¢tica espa?ola. Esta descalificaci¨®n de fondo suscit¨® su airada reacci¨®n y origin¨® una espont¨¢nea declaraci¨®n en algunas de las participantes sobre su edad, origen social y estudios. Aunque nadie lo dijo expl¨ªcita mente, qued¨® en el aire que lo menos sospechoso era ser joven, de origen familiar modesto y, a poder ser, inmigrante. Manuela de Madre fue la m¨¢s eficaz en su carga contra las populares, mientras que Dolores Pelayo balbuceaba las grandezas del 92 y Matilde Fern¨¢ndez -con su estilo de monja laica- intentaba ofrecer un perfil sereno y argumental.
A su t¨¦rmino, uno ten¨ªa la sensaci¨®n de vac¨ªo que dejan los di¨¢logos de sordos en los que asoma subrepticiamente una ten si¨®n profunda, cargada de so breentendidos hist¨®ricos. Y uno imagina que los espectadores ven estos debates como las manchas de los tests psicol¨®gicos: una proyecci¨®n de sus fantasmas.
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