El 'numero tres' del Ej¨¦rcito peruano se refugia en la Embajada de EE UU
El n¨²mero tres de la c¨²pula militar peruana, el general Rodolfo Robles Espinoza, solicit¨® el jueves, con dos de sus hijos, asilo pol¨ªtico en la Embajada de Estados Unidos en Lima, y acus¨® desde su refugio a Vladimiro Montesinos, asesor del presidente Alberto Fujimori, y al comandante en jefe del Ej¨¦rcito, el general Nicol¨¢s Bari de Hermoza, de implicaci¨®n en graves violaciones de los derechos humanos. Este suceso coincidi¨® con inusuales movimientos de tropas en la capital, que volvi¨® ayer a la calma.
Per¨² contin¨²a en tensi¨®n un d¨ªa despu¨¦s de que el n¨²mero tres de su Ej¨¦rcito denunciara la existencia de un escuadr¨®n de la muerte, consentido por el general Bari Hermoza, y el asesor presidencial, Vladimiro Montesinos.El general Robles, que ocupaba el cargo de jefe del comando de instrucci¨®n y doctrina del Ej¨¦rcito, hab¨ªa sido nombrado para un puesto en Washington, pero sus mandos le hab¨ªan negado la posibilidad de viajar con su familia. El militar asegura que es perseguido porque decidi¨® denunciar las violaciones de los derechos humanos ante los magistrados del Consejo Supremo de Justicia Militar.
Robles disculp¨® al presidente Fujimori por su desconocimiento de la existencia de un grupo de asesinos en las Fuerzas Armadas y le pidi¨® p¨²blicamente que destituya al general Hermoza, a trav¨¦s de un documento firmado que fue distribuido a la prensa cuando ya se encontraba en la sede diplom¨¢tica.
El Ej¨¦rcito peruano y portavoces del Gobierno intentaron minimizar las denuncias del general. A pesar de la gravedad de las mismas, el presidente Fujimori a¨²n no se ha pronunciado al respecto.
El general Robles explica en su documento que su persecuci¨®n comenz¨® cuando exigi¨® justicia infructuosamente en el caso de la desaparici¨®n y posterior asesinato de nueve estudiantes y un profesor de la universidad La Cantuta, a 30 kil¨®metros de Lima. El general Robles sostiene que un destacamento especial del servicio de inteligencia internacional, que funciona bajo las ¨®rdenes del general Hermoza y de VIadimiro Montesinos, es el ¨²nico responsable del caso. Este grupo militar, a?ade Robles, fue constituido por el mayor Mart¨ªn Rivas, quien trabaj¨® en la direcci¨®n de inteligencia en 1992 y en el servicio de inteligencia del Ej¨¦rcito en 1993. La noche del crimen de La Cantuta estuvo presente el teniente Aquilino Portella, de la divisi¨®n de Fuerzas Especiales del Ej¨¦rcito, quien fue el encargado de reconocer y se?alar a las v¨ªctimas que luego fueron entregadas al mayor Mart¨ªn Rivas, seg¨²n la denuncia del general Robles.
Robles responsabiliza al mismo escuadr¨®n de la matanza de otras diez personas en el distrito lime?o de Barrios Altos en noviembre de 1992. Adem¨¢s, se?ala que estos mismos militares se ofrec¨ªan como sicarios en los ajustes de cuentas entre narcotraficantes u otros delincuentes.
El Gobierno norteamericano ha estado presionando directamente al peruano para que investigue los casos de vejaciones de derechos humanos y se sancione a los responsables. El que la embajada de Estados Unidos en Lima se haya involucrado en los hechos, acogiendo al general Robles y a su familia, constituye un elemento m¨¢s de presi¨®n sobre el presidente Fujimori, quien se comprometi¨® a la defensa de los derechos humanos.
La Embajada de Estados Unidos, que no acepta asilados, llevaba a cabo ayer intensas gestiones diplom¨¢ticas para que Robles sea aceptado por un tercer pa¨ªs, que probablemente ser¨ªa Argentina.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.