El art¨ªculo
La fiesta de los toros est¨¢ montada en esencia sobre la tortura p¨²blica de un animal, y, por muchos pases pintureros que el diestro pegue vestido de sota de espadas, nunca podr¨¢ ocultar la degradaci¨®n que late bajo la supuesta belleza de una ver¨®nica. Se dice que los buenos aficionados no ven la sangre durante la lidia: no la ven porque est¨¢n muy acostumbrados. Del mismo modo no huelen a mierda los que viven normalmente entre ella. En esta feria de San Isidro se van a ofrecer bandejas de pastelillos de Embassy en el desolladero. Tambi¨¦n en los palcos algunos intelectuales rizar¨¢n el me?ique al coger con delicadeza un canap¨¦ de caviar mientras abajo el picador realiza un burdo estofado en el morrillo del toro. Ahora se ha puesto de moda comer goller¨ªas en medio del ir y venir de las estocadas, como se hace en las cacer¨ªas alrededor de un mont¨®n de ciervos asesinados. La sensibilidad humana forma un solo ¨¢rbol y a su vez la crueldad, que es tambi¨¦n indivisible, nace siempre de una misma semilla. Si alguien concibe que una carnicer¨ªa semejante puede servir de soporte a un arte, ya est¨¢ preparado para admitir que la verdad puede ser extra¨ªda mediante la tortura en el s¨®tano de una comisar¨ªa; si se admite que la belleza puede surgir de la sangre derramada, aunque ¨¦sta se inflija a un animal, es que uno ya tiene justificado en el coraz¨®n todo tipo de violencia. Pero por muchos mantazos que el torero instruya sobre el lomo acribillado del toro o por muy pronto que los areneros cubran los excrementos mezclados con plasma en mitad de la plaza, a pleno sol, nadie podr¨¢ negar que esta fiesta nacional se asienta sobre un callo muy duro que el espectador ha desarrollado en su sensibilidad despu¨¦s de confundir esta salvajada en una costumbre. Admito que el toreo sea un arte si a cambio se me concede que el canibalismo es g¨¢stronom¨ªa. Hablando de comida: sigue siendo un profundo misterio que un intelectual espa?ol tome en el palco un pastel de nata mientras el toro degollado vomita y el intelectual no lo haga.
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