Poca sutileza

En 1922 la novelista australiana Elizabeth von Arnim (18661941) publica Abril encantado, el m¨¢s famoso de sus veintitantos libros. Fruto de unas vacaciones pasadas el a?o anterior en una casa medieval en Portofino, narra c¨®mo cuatro mujeres inglesas, poco despu¨¦s de finalizada la Gran Guerra, se ponen de acuerdo para alquilar un peque?o castillo medieval en Italia durante el mes de abril.Prodigiosa mezcla de sensibilidad y tenue humor, la novela de Elizabeth von Arnim se apoya tanto en las diferencias sociales entre las cuatro mujeres, que previamente no se conoc¨ªan, como en la imposibilidad de permanecer alejadas de los hombres durante tanto tiempo. Y van acudiendo hasta ellas los maridos de las dos casadas y el propietario del castillo, para dar lugar a una m¨ªnima trama desarrollada dentro de una estructura cl¨¢sica.

Esta tenue an¨¦cdota, la sensibilidad de los personajes, las diferencias que les unen y les separan, el sutil humor que envuelve el conjunto, plenamente representativos del modo de vida ingl¨¦s, eran muy dif¨ªciles de llevar al cine. No s¨®lo se necesitaba un excelente gui¨®n, sino un realizador con un gusto exquisito.

Conocido por su pel¨ªcula Bailar con un extra?o (1985), el neozeland¨¦s Miki Newell no era el realizador adecuado para hacer Un abril encantado. Le falta la sutileza necesaria, por lo que el resultado se resiente mucho de ello. No obstante, y gracias a un buen gui¨®n de Peter Barnes, aunque resulte en exceso teatral y aproveche poco las localizaciones en Portofino, el resultado tiene cierta consistencia. Aunque hay que reconocer, como suele ocurrir en este tipo de producciones brit¨¢nicas, que el toque de gracia se lo da el excelente reparto encabezado por Miranda Richardson, Josie Lawrence, Polly Walker y Joan Plowright. Resulta imprescindible verla en versi¨®n original.