La reforma educativa, en suspenso
Las iniciativas del PSOE sobreel bachillerato y la secundaria quedan en el aire ante la incognita dlel nuevo Gobiemo
ESTEBAN S. BARCIA, Lorenzo Huertas Rom¨¢n tiene 22 a?os, y vive en la localidad madrile?a de Getafe (140.000 habitantes). Despu¨¦s del COU, en lugar de emprender una carrera universitaria se matricul¨® en uno de los novedosos m¨®dulos de formaci¨®n profesional (FP) de grado superior. Esta nueva FP, incorporada al sistema educativo con la LOGSE (Ley de Ordenaci¨®n General del Sistema Educativo), ya se imparte anticipadamente en numerosos centros, aunque no est¨¢ implantada todav¨ªa con car¨¢cter general. En el territorio- escolar dependiente de la Administraci¨®n central en concreto, actualmente 4.868 alumnos cursan la FP de grado medio, o de nivel 2; y 6.527 la de grado superior, o de nivel 3.
Lorenzo curs¨® el m¨®dulo de nivel 3 en la especialidad de Mantenimiento de M¨¢quinas y Sistemas Autom¨¢ticos y, concluidos los nueve meses de formaci¨®n, consigui¨® ser contratado en la empresa T¨¦cnicas y Servicios de Ingenier¨ªa (TSI), donde percibe (pendiente de la negociaci¨®n del convenio colectivo) un salario anual de 2.300.000 pesetas. Dice que est¨¢ muy satisfecho de haber optado por esta modalidad formativa y, aunque abriga la esperanza de estudiar una ingenier¨ªa t¨¦cnica, reconoce que es una "interesante alternativa a la ense?anza universitaria". "Claro est¨¢", precisa, "a condici¨®n de que tengas la suerte de conseguir un empleo r¨¢pidamente como ,me sucedi¨® a m¨ª y a otros compa?eros (dos, que yo sepa), de los doce que compon¨ªamos mi promoc¨ª¨®n".
Para este joven t¨¦cnico superior -tal es la denominaci¨®n del t¨ªtulo oficial-, todo depende de que realmente las empresas se comprometan en serio con esta nueva FP, mucho m¨¢s pr¨¢ctica y, sobre todo, m¨¢s ajustada a la realidad industrial que la vigente; y, por supuesto, que la situaci¨®n econ¨®mica mejore, y con ella tambi¨¦n la oferta de empleo.
En su programa sobre educaci¨®n, el PSOE pone el ¨¦nfasis precisamente en esta reforma, a la cual, de acuerdo con el Plan Nacional recientemente aprobado -con el consenso de la CEOE, las c¨¢maras de comercio y los sindicatos- se van a destinar 800.000 millones en los pr¨®ximos cuatro a?os. La FP de grado medio estar¨¢ al alcance de los estudiantes que superen la educaci¨®n secundaria obligatoria como una alternativa al bachille?rato, y la de grado superior, como una opci¨®n distinta a la de la ense?anza universitaria.
El PSOE considera que el que esta modalidad formativa s¨®lo pueda cursarse despu¨¦s de haber superado el bachillerato (el PP pretend¨ªa que pudiera accederse a ella directamente desde el grado medio) contribuir¨¢ decisivamente a mejorar la imagen, hoy muy deteriorada, de la formaci¨®n profesional tradicional. La matr¨ªcula de la formaci¨®n profesional asciende en toda Espa?a a 880.847 alumnos, frente 1.480.469 en bachillerato.
El excelente estado de ¨¢nimo de Lorenzo poco tiene que ver con el de Mar¨ªa Jos¨¦ R. H., de 19 a?os, alumna de primer curso de Ingenier¨ªa en Inform¨¢tica de Gesti¨®n. Una carrera que "no tiene nada que ver" con lo que ella pretend¨ªa estudiar. Su nota de 6,2 en selectividad le impidi¨® entrar en la escuela de ingenier¨ªa aeron¨¢utica o en la de arquitectura t¨¦cnica. Cualquiera de ellas habr¨ªa colmado sus ilusiones."No es que est¨¦ absolutamente desilusionada", dice, pero piensa que la frustraci¨®n que supuso el no estudiar lo que quer¨ªa ha influido inevitablemente en la no demasiado buena experiencia de su primer a?o universitario. Aun as¨ª, Mar¨ªa Jos¨¦ no desfallece del todo al considerar su futuro con esta "carrera obligada", en la que, pese a todo, encuentra "algunos atractivos". Resignada, piensa que si consigue superar el primer curso al menos en dos a?os, tal vez eso le estimule para plantearse en serio su culminaci¨®n y olvidar definitivamente su viejo sueno aeron¨¢utico.
El problema que vive Mar¨ªa Jos¨¦ es uno de los principales argumentos del PP contra el actual sistema de selectividad. Sus portavoces en el Congreso la han combatido acremente esgrimiendo porcentajes elevad¨ªsimos de alumnos que se encuentran cada a?o en la situaci¨®n de esta estudiante madrile?a. El PP habla de un 50%, pero fuentes de la Secretar¨ªa de Estado de Universidades desmienten rotundamente tal cifra. Seg¨²n estos informantes oficiales, ocho de cada diez alumnos consiguen estudiar la carrera solicitada en primera opci¨®n, aunque no todos en el centro demandado tambi¨¦n en primer lugar. Las mismas fuentes afirman que, en el distrito de Madrid, el 66% de los aspirantes alcanza ambas cosas (estudios y centro solicitado en primera opci¨®n) y un 7% estudia la carrera deseada, aunque en un centro elegido en segundo t¨¦rmino, lo que elevar¨ªa el porcentaje global al 73%.
Al margen de esas cifras discrepantes, la diferencia sustancial entre PP y PSOE ante la selectividad es que el partido gobernante se propone mantener esa prueba, consagrada en la LOGSE, convencido de que es necesaria no s¨®lo para ordenar y distribuir la creciente demanda de estudios universitarios (la matr¨ªcula universitaria ha pasado, en los diez a?os de gobierno socialista, de 692.152 alumnos a 1.194.009), sino porque constituye la ¨²nica prueba externa que sirve para homologar la actual ense?anza preuniversitaria.
Recientemente, el ministerio anunci¨® inminentes cambios en la estructura del examen de ingreso en la universidad, as¨ª como en los mecanismos de correcci¨®n, para hacerlo "m¨¢s objetivo y justo". El PP, que se apresur¨® a calificar como un "parche" esta nueva reforma, sostiene la conveniencia de dejar la resposabilidad de la selecci¨®n de los alumnos en manos de las propias universidades, en coherencia con su autonom¨ªa. En su opini¨®n, la selectividad debe ser encomendada a las universidades que la crean necesaria, aunque no ha sido capaz de explicar nunca c¨®mo abordar el complejo sistema administrati- vo que se derivar¨ªa de tal alternativa, que, entre otras cosas, obligar¨ªa a un peregrinaje permanente de centro en centro a todos aquellos alumnos que no consiguieran plaza all¨ª donde se les hubiera exigido examinarse.Otro de los puntos que enfrentan al PP y al PSOE es su modelo de estructura ideal para la etapa comprendida entre los 12 y 16 a?os de edad de los escolares. El modelo que propuga el PSOE, que es el recogido en la LOGSE, prev¨¦ un nuevo escal¨®n para ese periodo, cuya denominaci¨®n oficial es el de "educaci¨®n secundaria obligator¨ªa". Se compone de dos ciclos de dos cursos acad¨¦micos cada uno: el primero sustituye a los cursos s¨¦ptimo y octavo de la vigente EGB; y el segundo, a los cursos primero y segundo del actual BUP. Los alumnos que superen la secundaria obligatoria podr¨¢n cursar el nuevo bachillerato (de dos cursos y cuatro especialidades) o la FP de grado medio o de nivel 2.
Esta reducci¨®n de la duraci¨®n del bachillerato, que actualmente es de tres cursos aparte del COU, es muy criticada por el PP, que se propone restar un a?o a la etapa de secundaria para restitu¨ªrselo a aqu¨¦l.
Para los populares, el modelo socialista de secundaria obligatoria responde a una filosofia de "demag¨®gico igualitarismo social", que, en su opini¨®n, puede contribuir a un "grave deterioro de los contenidos culturales de la ense?anza media espa?ola" cuya imagen tradicional el PP defiende a ultranza. Otro cambio sustancial que el PP pretende introducir en la LOGSE se refiere al reconocimiento oficial de la gratuidad para la segunda etapa de la educaci¨®n infantil (la comprendida entre los 3 y 5 a?os de edad).
En el curso actual, la poblaci¨®n de educaci¨®n infantil o preescolar asciende a 1.003.937, de la cual el 62,9% es atendido en el sector p¨²blico, gratuito; y el 37,1%, en la red privada, de pago. La tasa de escolarizaci¨®n de la poblaci¨®n comprendida entre los 4 y 5 a?os es del 97% y se calcula que se sit¨²a en s¨®lo un tercio de la poblaci¨®n de 3 a?os, que comenz¨® a escolarizarse formalmente hace dos.
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