Madrid oculta las huellas del patr¨®n
JUAN A. CARBAJO, La ruta de San Isidro se esconde tras candados, tapias, vallas y puertas particulares. El pozo de donde sac¨® al hijo del patr¨®n Iv¨¢n de Vargas haciendo subir las aguas est¨¢ prisionero en unas obras interminables. La capilla del Obispo, donde estuvo enterrado, se restaur¨® en 1982 y a continuaci¨®n se tapi¨®. Otra capilla, instalada en su presunta casa natal, est¨¢ cerrada. Las huellas del labrador se ocultan tras cerrojos y mentiras como las de la l¨¢pida de la iglesia de San Andr¨¦s, que habla de un "Sancti Isidori, agricolae matritensis, corpus incorruptum" que no descansa all¨ª. Hoy es su d¨ªa.
El agua del santo que hoy beber¨¢n males de madrile?os se acumula a 30 metros de profundidad y durante 365 d¨ªas bajo la ermita de San Isidro. En aquel mismo lugar, el labrador hizo brotar una fuente con la vara con la que atizaba a los bueyes. Una semana al a?o, la fuente tiene agua, y es la misma, aseguran sus custodios, que devolvi¨® la vista a un ciego y cur¨® de cuartenas y terciarias a 101 enfermos, a 26 de mal de orina y, v¨®mitos, a 10 de llagas y lepra.Estos milagros, que hicieron santo a Isidro, est¨¢n enumerados en una l¨¢pida sobre el ca?o de la fuente. El texto, adem¨¢s, indica que "para acreditar las curaciones atribuidas a esta fuente milagrosa, s¨ªrvanse los devotos informar con testigos a la archicofrad¨ªa en sus oficinas de la calle del ?guila, 1 ".
Pero en aquella direcci¨®n nadie sabe nada de milagros. En la calle del ?guila, donde seg¨²n algunas cr¨®nicas naci¨® el santo, est¨¢n hoy las oficinas de la Saciramental de San Isidro, donde se administra el ruinoso cementerio que estuvo de moda en el siglo XIX. Pese al aviso de la l¨¢pida, nadie ha pasado por aquellos despachos para contar nuevos milagros.
All¨ª empieza la ruta olvidada del labrador. La casa natal tiene una capilla dedicada a san Isidro con una talla barroca del siglo XVII. "Pero est¨¢ cerrada desde hace a?os porque no tiene capill¨¢n", comentan sus vecinos.
Isidro guardaba los bueyes en el Pretil de Santiesteban, 3. Lo conmemora otra capilla del siglo XVIII que cuidan los inquilinos del inmueble. "Est¨¢ dentro del portal, al fondo a la izquierda", recuerda ?ngel Manuel Garc¨ªa, presidente de la Fundaci¨®n Villa y Corte. S¨®lo la. abren hoy.
?nica placa
El labrador viv¨ªa en la actual plaza de San Andr¨¦s, como recuerda la ¨²nica placa conmemorativa que el Ayuntamiento ha instalado en toda la ruta de San Isidro. "...Y aqu¨ª se halla el pozo milagroso", explica el texto, que desde hace a?os no se puede visitar.'El municipio lleva tiempo reconstruyendo la vivienda del labrador con cada vez m¨¢s exiguo presupuesto.
Seg¨²n la concejal de cultura, Esperanza Aguirre, la casa estar¨¢ terminada el pr¨®ximo a?o y ser¨¢ sede del Instituto Arqueol¨®gico Madrile?o. A estas alturas deb¨ªa ser el museo de San Isidro si se hubieran cumplido las inversiones del consorcio Madrid 92.El patr¨®n de San Isidro, Iv¨¢n de Vargas, viv¨ªa en la calle del doctor Letamendi, 1. El Ayuntamiento intent¨® en 1988 comprar la vivienda por 115 millones de pesetas, pero el CDS y el PP, entonces en la oposici¨®n, vetaron el acuerdo. El inmueble, coronado por los escudos de los Vargas, est¨¢ siendo presa acelerada de la ruina, comenta Garc¨ªa. "S¨®lo queda una familia en ¨¦l, la de la hermana de Mona Jim¨¦nez, prima de Kiko Ledgard".
San Isidro fue enterrado hacia 1172 en el camposanto del templo moz¨¢rabe de San Andr¨¦s, una de las siete primeras parroquias de Madrid. Cuatro siglos despu¨¦s se erigi¨® una capilla en la actual plaza de la Paja para el reposo del patr¨®n. La obra result¨® ser "un excelente ejemplo de arte madrile?o, uno de los m¨¢s antiguo que tenemos", explica Garc¨ªa La extinta diputaci¨®n lo restaur¨® en 1982, pero no lleg¨® a abrir sus puertas. "Hubo problemas con el presupuesto, que no alcanz¨® para la iluminaci¨®n". La Comunidad y el arzobispado no se pusieron de acuerdo y la puerta de la capilla se tapi¨®.
Los restos de San Isidro es tuvieron en aquel lugar 24 a?os. El concejo madrile?o erigi¨® una capilla, la de San Isidro, en la iglesia de San Andr¨¦s, para albergar sus restos. All¨ª queda una l¨¢pida que lo atestigua, pero no el cuerpo del labrador, que finalmente reposa en la catedral de San Isidro.
La ruta acaba en la ermita del santo. A Manuel Gonz¨¢lez, capell¨¢n de la ermita de San Isidro desde hace ocho a?os, le duelen dos "mentiras" insistentes: que se diga que el agua de la fuente es del Canal de Isabel II y que los ¨¢ngeles hac¨ªan el trabajo del labrador. A Iv¨¢n de Vargas "se le concedi¨® ver a los ¨¢ngeles" para que comprendiera que no eran horas perdidas las que Isidro sustra¨ªa de la labor para ir a rezar, explica Gonz¨¢lez.
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