Jos¨¦ Carreras: "La gente viene a o¨ªrme como tenor, no por mis historias personales"
El cantante vuelve hoy a La Scala con 'Fedora' tras un par¨¦ntesis de seis a?os
Jos¨¦ Carreras, una de las voces m¨¢s bellas del siglo seg¨²n la magistral soprano Renata Tebaldi, se encontraba "en plena forma" y seguro de sus facultades en v¨ªsperas de cruzar el rubic¨®n de su retorno a la actividad normal en los escenarios oper¨ªsticos. Carreras vuelve esta noche a La Scala de Mil¨¢n, la catedral mundial de la ¨®pera, donde, en los ¨²ltimos seis a?os, s¨®lo se le hab¨ªa o¨ªdo en concierto. Y lo hace nada menos que como Loris Ipanov en Fedora, de Umberto Giordano, junto a la soprano Mirella Freni y bajo la direcci¨®n del hist¨®rico Gianandrea Gavazzeni.
La expectaci¨®n es enorme, y el cantante catal¨¢n tiene pocas dudas sobre la naturaleza de este fort¨ªsimo inter¨¦s del p¨²blico: "En los primeros conciertos pod¨ªa haber alguna condescendencia, que incluso me parece justa teniendo en cuenta la terrible enfermedad que yo hab¨ªa padecido. Pero al cabo de cinco a?os, despu¨¦s de haber cantado en los mismos sitios donde triunfaba antes, el p¨²blico me viene a o¨ªr como a un tenor, independientemente de mis vicisitudes personales".Carreras ha recorrido un largo camino desde que, en el verano de 1989, con una Medea representada en M¨¦rida, volvi¨® a pisar un escenario de ¨®pera tras la enfermedad que le tuvo entre la vida y la muerte. Barcelona, Londres, Viena, Berl¨ªn, Sevilla... han ido marcando sucesivos hitos en esa recuperaci¨®n art¨ªstica del tenor catal¨¢n. Pero La Scala de Mil¨¢n es siempre un punto y aparte.
La magia de la Scala
"Con mis respetos y afecto para los dem¨¢s teatros del mundo", comenta Carreras, "no hay teatro como La Scala. La magia que se consigue transmitir aqu¨ª no la hay en ning¨²n otro lado". Pero La Scala es tambi¨¦n la amenaza del logione, su terrible gallinero, que en el Don Carlos que inaugur¨® la presente temporada se mostr¨® implacable con el mism¨ªsimo Luciano Pavarotti. "Pisar La Scala siempre tiene riesgos", reconoce Carreras, "pero si sale bien, la sensaci¨®n es extraordinaria. Uno se siente realizado. La gente aqu¨ª sabe lo que quiere o¨ªr, conoce las obras, est¨¢ preparada, y eso es un arma de doble filo. Yo espero estar a la altura. Me encuentro bien, estoy en forma y s¨¦ que de m¨ª depende el ¨¦xito".
La Fedora de esta noche tiene un riesgo a?adido, pues el t¨ªtulo ha hecho ya ¨¦poca, con Pl¨¢cido Domingo en el papel de Ipanov, como el plato fuerte de una temporada marcada por dos pasos en falso de Pavarotti: su comentad¨ªsimo gallo del Don Carlos y el plant¨®n que dio al teatro en un Il Pagliaci -precisamente la ¨²ltima obra que Carreras cant¨® en La Scala, en 1987- programado a medida del imponente tenor de M¨®dena. Carreras sustituye ahora a Domingo en cuatro representaciones con el mismo reparto y la misma direcci¨®n de una batuta octogenaria que es ya en s¨ª misma parte de la historia del verismo. "Gavazzeni", comenta Carreras, "ha dirigido Fedora con Umberto Giordano en la sala, que le daba indicaciones. En el repertorio verista es un maestro insustituible".
Cuando se le se?ala que no es habitual que dos divos acepten turnarse en un cartel de un mismo teatro, el tenor catal¨¢n comenta: "A estas alturas del partido, cantar antes o despu¨¦s que Domingo para m¨ª es un honor, como colega y como amigo". Y a?ade: "Creo que tambi¨¦n para el p¨²blico es muy interesante que dos cantantes de un cierto nivel podamos dividirnos las funciones sin problemas, ya que as¨ª se pueden comparar versiones. El a?o que viene, en diciembre, abrir¨¦ yo con Fedora en Viena y luego me sustituir¨¢ Pl¨¢cido. En cambio, ¨¦l abrir¨¢ con Erodiade, tambi¨¦n en Viena, y luego ir¨¦ yo".
Il Corsaro, Jerusal¨¦n y otras obras del joven Verdi, en el Covent Garden de Londres; La Traviata y La Boh¨¨me, en la ¨®pera de Viena; Carmen, en Sevilla; esta dur¨ªsima Fedora, que Carreras hab¨ªa grabado en 1986, pero que jam¨¢s hab¨ªa cantado en escena hasta hace pocos meses, en Z¨²rich, y es probable que vuelva a atreverse con Andrea Chenier, "aunque todav¨ªa no", dice. ?C¨®mo llamamos a este repertorio?, ?I¨ªrico-spinto-heroico? "De tenor, y basta", dice Carreras ri¨¦ndose.
?Sabe que Renata Tebaldi dijo una vez a este diario que estuvo tentada de llamarle para pedirle que no cantara Andrea Chenier porque arruinar¨ªa su bella voz? "Si la se?ora Tebaldi ha dado esas indicaciones, tengo que decir que nadie est¨¢ tan capacitada como ella para darlas. Pero hay que tener en cuenta que desde que debut¨¦ con Andrea Chenier en Londres han pasado 10 a?os; que yo ahora tengo 45, y que en una d¨¦cada cambia todo. Cambia la persona y cambia la voz, que adquiere otra capacidad para dar los acentos. Es probable que, con el tiempo, la voz se oscurezca. Y una cosa importante para abordar el repertorio verista es el caudal de expresividad. Aqu¨ª, el texto es muy importante, y a veces hay que sacrificar la belleza de la voz para dar toda su expresi¨®n a la palabra. Sinceramente, creo que el repertorio verista es el que mejor se adecua al momento art¨ªstico y personal que vivo".
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