Los conservadores brit¨¢nicos elogian a su "amigo" espa?ol
Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar no puede quejarse de sus anfitriones brit¨¢nicos. El primer ministro, John Major, le ofreci¨® algo m¨¢s que la foto propagand¨ªstica. Los 45 minutos en Downing Street equivalen a un reconocimiento formal de que el l¨ªder del PP ya no es un oscuro jefe de la oposici¨®n, como en su viaje a Londres hace un a?o.Tristan Garel-Jones, el hispan¨®filo m¨ªster Europa del Gobierno, le regal¨® a su vez muy c¨¢lidas palabras sobre lo a gusto que se sentir¨ªa el Foreign Office negociando asuntos comunitarios con "el amigo Aznar". Y por si esto fuera poco, Michael Portillo, el hombre que desde el Tesoro se encarga de controlar el gasto gubernamental, actu¨® como maestro de ceremonias en el primero de los actos p¨²blicos de Aznar.
Portillo, hijo de un catedr¨¢tico republicano espa?ol empujado al exilio por los franquistas, desempolv¨® incluso su correcto castellano -que procura no exhibir en un pa¨ªs, el Reino Unido, receloso de los pol¨ªglotas- para proclamar sus muchas afinidades con el candidato -"No limitadas al hecho de que ambos naci¨¦ramos en 1953", dijo-.
Ese primer acto p¨²blico estaba dirigido, como casi toda la jornada, a una audiencia financiera. El banco de inversiones James Capel, organizador de la visita, prepar¨® un folleto informativo sobre la campa?a espa?ola, la posici¨®n de PSOE y PP ante las grandes cuestiones econ¨®micas y las oportunidades de negocio que podr¨ªan surgir tras el 6 de junio.
Seg¨²n el informe de Capel, Aznar es m¨¢s atractivo que Gonz¨¢lez. Especifica que socialistas y populares coinciden en la estrategia macroecon¨®mica, y que, por tanto, no es de esperar un cambio sustancial. Pero en la comparaci¨®n apartado por apartado, vence el PP: ofrece mejores oportunidades de negocio en los cap¨ªtulos de privatizaciones (sin¨®nimo de comisiones para los bancos) y desregulaci¨®n industrial.
Por la tarde, en la City, Aznar procur¨® esquivar las preguntas de detalle que insistentemente le formularon los analistas econ¨®micos -f¨®rmulas para recortar el gasto p¨²blico, bajar los tipos de inter¨¦s o conseguir la convergencia con las econom¨ªas fuertes de la CE- y ofreci¨® un mensaje de "prudencia y gradualidad" que, en general, gust¨® al p¨²blico.
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