?Y los ni?os?

Todos los partidos pol¨ªticos est¨¢n prometiendo a la ciudadan¨ªa cuanto hay a su alcance entre el cielo y la tierra, para que les voten. Prometen paz, justicia y bienestar, que ya es decir. Prometen trabajo, dinero y salud. Los respectivos programas ofrecen fastuosas perspectivas para todos, igualdad para las mujeres, prosperidad para los hombres, defensa del reino vegetal, una vida muelle a los animalitos de Dios. Pero ?y los ni?os?Los ni?os se ve que ni existen para los partidos pol¨ªticos. Los ni?os, est¨¢ claro, no votan ni forman grupos de presi¨®n. Los ni?os constituyen un segmento social irrelevante que pierde su identidad con el paso de los a?os.

Los ni?os carecen de posibilidad alguna de rebelarse si alguien tiene la desverg¨¹enza de atentar contra su dignidad. Hay miles de ni?os en Espa?a (millones en el mundo) que padecen m¨²ltiples tropel¨ªas de sus mayores y han de soportarlas en la m¨¢s absoluta indefensi¨®n. Ni?os que pasan hambre. Ni?os sin cobijo ni escuela. Ni?os maltratados y envilecidos. Ni?os obligados a delinquir o a prostituirse, para lucro de unos adultos abyectos que pueden ser, incluso, sus propios padres.

Una caterva de chiquillos pulula por donde se celebran los grandes espect¨¢culos -puede verse estos d¨ªas alrededor de la plaza de toros de Madrid, donde se celebra feria-, todos ellos andrajosos y mugrientos, pidiendo una limosna por caridad, para entreg¨¢rsela luego a unos rufianes que los vigilan de cerca. Y ah¨ª siguen, d¨ªa tras d¨ªa -los ni?os y quienes los corrompen-, sin que intervenga la autoridad ni los ampare la protesta solidaria de la gente adulta.

Muy desalmada ha de ser una sociedad -y los partidos que la representan y los personajes que la gobiernan- cuando ni siquiera repara en el sufrimiento de los ni?os.