La tanqueta y la brigada ligera

Desde que los sondeos anunciaron, hace dos meses, la ca¨ªda del PSOE y la tendencia al alza del PP, los socialistas centraron sus esperanzas de recuperaci¨®n en la campa?a electoral, especialmente en los debates cara a cara entre Felipe Gonz¨¢lez y Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar. El reciente pase por Antena 3 Televisi¨®n -la cadena estrella de los debates pol¨ªticos- de una vieja pel¨ªcula sobre la guerra de Crimea, que falsea rom¨¢nticamente la carga de la brigada ligera brit¨¢nica pulverizada en Balaklava por el fuego artillero enemigo, tal vez aliment¨® en los medios socialistas la enso?aci¨®n b¨¦lica de que los inexpertos representantes enviados por el PP a las confrontaciones televisivas podr¨ªan sufrir una cat¨¢strofe similar -aunque incruenta- a manos de los veteranos ministros del PSOE.Ahora bien, los debates han mostrado hasta ahora que los responsables de la estrategia ideada por los populares para la conquista del palacio de la Moncloa no est¨¢n dispuestos a caer en trampas comparables a las tendidas por los rusos a la incompetencia militar franco-brit¨¢nica en el sitio de Sebastopol. Por lo pronto, Alberto Ruiz Gallard¨®n y Rodrigo Rato superaron con ¨¦xito sus enfrentamientos dial¨¦cticos con Jos¨¦ Luis Corcuera y Carlos Solchaga. Anteanoche, sin embargo, Jos¨¦ Borrell -ministro de Obras P¨²blicas y Transportes-, puso contra las cuerdas a Francisco ?lvarez Cascos -secretario general del PP- durante dos horas largas de apasionada discusi¨®n. Borrell estuvo brillante, incisivo, convincente y documentado; incluso fren¨® su gusto por la sobreactuaci¨®n dram¨¢tica y el gesto profesoral de ense?ar gr¨¢ficos coloreados a las c¨¢maras. Pero ?lvarez Cascos no cometi¨® la imprudencia de aquellos arrogantes h¨²sares y dragones, inmortalizados por Tennyson, que cabalgaron lanza en ristre por el valle de la Muerte contra las bater¨ªas enemigas. No todos los pol¨ªticos -aunque sean minor¨ªa- tienen, como el legendario Georges Carpentier, el pu?o de hierro y la mand¨ªbula de cristal; algunos como el correoso secretario general del PP, son tan agresivos al pegar como buenos encajadores cuando les arrean. ?lvarez Cascos resolvi¨® meterse en una tanqueta blindada para resguardarse de los datos y argumentos lanzados por Borrell; as¨ª atrincherado, trat¨® de desviar el debate desde la infraestructura (carreteras, ferrocarriles, viviendas, agua) hacia el despilfarro, la corrupci¨®n y ?hasta el catastro!Adem¨¢s de realizar maniobras para evacuar zonas inc¨®modas y refugiarse en terrenos dial¨¦cticamente confortables, los rivales de los debates proyectan inevitablemente -como ocurri¨® anteayer- sus sesgados enfoques sobre cada cuesti¨®n. No se trata s¨®lo de que vean la botella medio llena o medio vac¨ªa seg¨²n cual sea su militancia; adem¨¢s, los mismos hechos son mostrados a los espectadores como un valle id¨ªlico o una sima infernal en funci¨®n del sentido excluyente que la mirada partidista asigne a su textura, quedando as¨ª transformados en simples dibujos de doble argumento (una se?ora con sombrero o un caballo) propios para las pruebas psicol¨®gicas de atenci¨®n.