"La corrupci¨®n hay que rastrearla hoy en los ficheros inform¨¢ticos", dice Meyer
"Los datos que antes un periodista tardaba en obtener tomando 200 caf¨¦s para verificar una irregularidad ahora puede conseguirlos con una simple clave de ordenador". Plilip Meyer, fundador del llamado periodismo de precisi¨®n, por cuya pr¨¢ctica obtuvo un Premio Pulitzer en 1968, ha explicado en Madrid, junto con otros dos premios Pulitzer, Morris Dwight y Elliot Jaspin, que "la evidencia de la corrupci¨®n hay que rastrearla hoy d¨ªa tambi¨¦n en los ficheros inform¨¢ticos".
"El tipo de periodismo que propugnamos no supone una panacea pero es un magn¨ªfico instrumento que ayuda a los periodistas a descubrir lo oculto de la noticia". a?ade Meyer. As¨ª pas¨®, por ejemplo, en USA Today, que encontr¨® evidencias de flagrante discriminaci¨®n racial en el censo de poblaci¨®n; o con un periodista de Pinsburg Press que descubri¨® las causas de una serie de accidentes de helic¨®pteros.El llamado periodismo de precisi¨®n se define porque "rastrea y analiza mediante instrumentos inform¨¢ticos los contenidos de bancos de datos, o que usa en cuestas y sondeos para descubrir la realidad. Tambi¨¦n puede servir, por ejemplo, para verificar los datos que ofrecen los pol¨ªticos en periodo electoral".
Meyer, Jaspin y Morris, entre otros, han defendido la necesidad de este nuevo modelo de periodismo ante varios cientos de profesores, profesionales y alumnos asistentes a las jornadas clausuradas ayer, organizadas por la Facultad de Ciencias de la Informaci¨®n de Madrid y la Comisi¨®n Fulbright con el patrocinio de Fundesco-Telef¨®nica y la Asociaci¨®n de Editores de Diarios Espa?oles.
Quiebra de la objetividad
"La nueva perspectiva aportada por el periodismo de precisi¨®n trastoca el viejo concepto de objetividad period¨ªstica", se?ala Meyer. "La objetividad entendida a la vieja usanza consist¨ªa en un transporte neutral de unas declaraciones de unas manos a otras sin entrar a valorar el contenido o la veracidad de lo declarado. Ahora el mito de la objetividad se ha quebrado".El rastreo de datos inform¨¢ticos, all¨ª donde puede hacerse (no es todav¨ªa el caso de Espa?a), plantea diversos problemas relacionados, por ejemplo, con el acceso a ficheros secretos (Pent¨¢gono, Casa Blanca, CIA), o que produzca una invasi¨®n en la vida privada de las personas. Tambi¨¦n plantea dudas sobre la verificaci¨®n de las informaciones porque el periodista se constituye como ¨²nica autoridad de la fiabilidad de la informaci¨®n. Meyer y los dem¨¢s no aclaran en su totalidad estos problemas, aunque remiten a los c¨®digos ¨¦ticos de los periodistas cuando existen conflictos. Sostienen, no obstante, que el derecho a la informaci¨®n y, por tanto, el derecho a consultar los bancos de datos no debe quedar anulado por el derecho a la intimidad.
?Supone el periodismo de precisi¨®n el final del periodismo rom¨¢ntico, calificado as¨ª el periodismo tradicional intuitivo, el del cowboy solitario, el de buhardilla, con su botella de ginebra y sus 15 caf¨¦s al d¨ªa?, se ha preguntado a los expertos americanos. "No creemos en el pretendido axioma de que el periodista debe servir para todo", dice Meyer quien sostiene que la afici¨®n, la observaci¨®n y el sentido com¨²n, valores b¨¢sicos que se le suponen tradicionalmente al periodista, son importantes, "pero ya no son suficientes. "Un periodista tiene que ser siempre intuitivo, pero necesita otras habilidades que aporten a la informaci¨®n un valor a?adido, el del informador no s¨®lo como transportista, sino como procesador de la informaci¨®n, de acuerdo con una serie de conocimientos que debe tener sobre aquello de lo que informa y de las fuentes".
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