Los Premios Carlomagno y Espa?a
La concesi¨®n del Premio Carlomagno al presidente del Gobierno, Felipe Gonz¨¢lez, viene a culminar el reconocimiento europeo a la reincorporaci¨®n de Espa?a a la construcci¨®n de Europa.Tres son los espa?oles distinguidos con este galard¨®n: Salvador de Madariaga, Juan Carlos I y Felipe Gonz¨¢lez. Es decir, quien, entre- otros, al, t¨¦rmino de la II Guerra Mundial, y aun durante esa zona en que se gestaba la lucha fratricida europea, contribuy¨® a dibujar no ya unos ideales, sino un m¨¦todo para restablecer la unidad del continente. M¨¢s tarde, a quien institucionalmente representaba una Espa?a renovada en su unidad pol¨ªtica, pero asentada en valores que fueron esenciales en la trayectoria del continente. A trav¨¦s del Rey, y junto al reconocimiento de su papel esencial e imprescindible, primero en la transici¨®n, luego en el asentamiento de la democracia, se premi¨® y se alent¨® al esfuerzo espa?ol. Galardones, en los dos casos, anteriores a nuestra entrada en la Comunidad Europea. Hoy, al premiar a Felipe Gonz¨¢lez se celebra no solamente la culminaci¨®n del largo y dificultoso proceso negociador, sino un ejemplar comportamiento dentro de la comunidad.
Ide¨®logo europe¨ªsta, representaci¨®n y aliento institucional y esfuerzo de gobierno dentro de la Europa comunitaria premian no ya a unos esfuerzos concretos de espa?oles, sino a una Espa?a definida por lo europeo.
Salvador de Madariaga fue un hombre vocacionalmente ajeno a las tareas de gobierno. Ministro eficaz y diplom¨¢tico ilustre, su personalidad y sus ideas le conduc¨ªan a una definici¨®n m¨¢s personal que partidista y a una racionalizada defensa del car¨¢cter irreductible ole la opini¨®n personal. Liberal por temperamento -liberal como se es limpio, dec¨ªa Mara?¨®n-, dem¨®crata por militancia, por conciencia de los riesgos, que amenazaban en los a?os treinta a la sociedad europea, cosmopolita por destino, hispanoamericanista por decisi¨®n de buscar los or¨ªgenes y el estilo concreto de un miembro de la familia europea, Madariaga encontr¨® en la causa de una Europa unida la clave de su liberalismo, la raz¨®n de su pr¨¢ctica democr¨¢tica y la superaci¨®n de la vaguedad del cosmopolitismo: la manera eficaz de ser ciudadano del mundo perteneciendo a una cultura, la europea, y siendo fiel a su condici¨®n de espa?ol. Europa era, sobre todo, en los a?os cuarenta la barrera contra el empuje de la barbarie. Don Salvador fue un individualista comprometido con su sociedad y un pertinaz investigador de esa manera de ser europeo que es ser espa?ol. Represent¨® la inexistencia de ninguna incompatibilidad entre sentirse europeo y conocer cu¨¢nto hay de americano entre nosotros.
En cualquier juicio sobre la persona y acci¨®n de un rey planea y pesa lo institucional. Son los reyes los ¨²nicos sobre los que no cabe un juicio basado exclusivamente en sus personas. Es su grandeza y la carga que sobre ellos gravita. De manera que cuando se le otorg¨® el Premio Carlomagno, si bien la decisi¨®n se bas¨® en su m¨¦rito personal irreductible a cualquier otra dimensi¨®n, de alguna manera se premi¨® a la instituci¨®n y se alent¨® a la Espa?a a cuyo servicio est¨¢ la Corona. Esta Espa?a que es pol¨ªticamente la culminaci¨®n de un esfuerzo mantenido al menos por dos promociones que han alcanzado la restauraci¨®n democr¨¢tica, en la que un ha jugado papel importante la homologaci¨®n con Europa: la promoci¨®n de M¨²nich -1962- y la de las Constituyentes de 1977. Fue claro que cuando se convocaron ¨¦stas el v¨ªnculo m¨¢s firme que un¨ªa a quienes se sentaban en la derecha y en la izquierda de las C¨¢maras era la participaci¨®n de muchos y la admisi¨®n por todos del objetivo europe¨ªsta.
El ¨²ltimo Premio Carlomagno concedido a un espa?ol, al actual presidente Felipe Gonz¨¢lez, completa el marco de reconocimiento no ya a la vocaci¨®n europea de Espa?a, sino de los servicios que a Europa est¨¢ prestando el pa¨ªs. Le cupo al primer Gobierno de Gonz¨¢lez culminar la negociaci¨®n de la accesi¨®n de Espa?a a la Comunidad Europea. Fue entonces la acci¨®n de Gonz¨¢lez constante y cotidiana en esta tarea: la direcci¨®n del proceso negociador y sus iniciativas para resolver momentos en que los obst¨¢culos se ergu¨ªan como muralla dif¨ªcilmente superable. Con generosidad ha reconocido el presidente que la tarea y el ¨¦xito final fue obra de todos. Con generosidad y con modestia ha inscrito la acci¨®n de su Gobierno y de su persona dentro del marco de una acci¨®n continuada durante al menos dos d¨¦cadas. Todos los que en una u otra medida colaboramos en aquella tarea nos sentimos hoy recompensados en Aquisgr¨¢n.
Dentro de la Comunidad, el presidente Gonz¨¢lez ha sido siempre una referencia indispensable en el esfuerzo para hacer avanzar la integraci¨®n europea y un factor decisivo para corregir las desigualdades interiores a la misma que hacen dif¨ªcil su ¨¦xito. En los consejos europeos directamente, a trav¨¦s de sus ministros y en un claro y decisivo apoyo a la comisi¨®n, quien hoy obtiene el Premio Carlomagno se ha esforzado para cimentar y anclar a Europa dentro de una coyuntura internacional compleja e incierta. Que la fecha de la concesi¨®n del premio haya coincidido con un proceso electoral en nuestro pa¨ªs no puede ocultar que el galardonado lo es por una tarea que a todos corresponde y que la mayor¨ªa, con contad¨ªsimas excepciones, apoya.
Junto al ide¨®logo, a la instituci¨®n y a la persona que la encarna, el premio a un gobernante y a un militante de la causa de Europa completa el posible haz de reconocimiento de la tarea espa?ola en Europa.
es eurodiputado socialista.
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