Claridad

Me acaban de dar el art¨ªculo de Eduardo Haro Tecglen titulado La llamada, aparecido en su peri¨®dico el pasado d¨ªa 11 de mayo. Hab¨ªa dos referencias a mi persona que debo enderezar por ser ambas equivocadas.En primer lugar, en 1926 no llev¨¢bamos faldas hasta el suelo para jugar al tenis, sino a media rodilla o justo por encima de la rodilla. M¨¢s luego, tampoco me 11 asoci¨¦" nunca con el Opus Dei, como dice en su peri¨®dico, ni escrib¨ª ning¨²n libro de proselitismo.

Lo m¨ªo fueron ensayos diversos, en los que intentaba mostrar mi santo y se?a de siempre, que al simple cristiano de a pie le ha sido dada por la Madre Iglesia una muy, particular y genuina forma de religiosidad, una por la cual no debe caer en la imitaci¨®n de otro tipo de religiosidad. No hay por qu¨¦ ser adicto de rasgos pertenecientes a monjas, frailes oscuras, por muy seculares que ¨¦stos parezcan, o justamente por ello. As¨ª, al igual que anta?o se sol¨ªa pedir un caf¨¦-caf¨¦, yo he reclamado el de ser seglar-seglar. O sea, mi "llamada" moraba en una direcci¨®n completamente opuesta a la inferida por el se?or Haro Tecglen.

Mucho le agradecer¨¦, se?or director, se publiquen estas l¨ªneas rectificadoras, pues con la edad se vuelve una, si bien m¨¢s comprensiva, con todo, m¨¢s deseosa de claridad-