El casino
El casino de Palencia existe. Y don S. G. tambi¨¦n. Don S. G. salt¨® cual resorte incendiado por el orgullo de la historia de un bien nacido y se fue a jugar la partida porque sus contertulios, moderados por un servidor, comenzaban a deslenguarse a cuenta de la campa?a electoral. Erguido y orgulloso, don S. G. camin¨® por el sal¨®n decimon¨®nico del casino y rezong¨®: "Yo, mutilado de la guerra, no quiero saber nada de pol¨ªtica; perdone, buenas tardes". El casino, por definici¨®n, es centro cultural recreativo abierto a todas las edades, y esto desde que don Enrique de la Cu¨¦tara fuera su primer presidente en 1862, y esto igualmente gracias a las 2.300 pesetas mensuales que, hoy, pagan los 650 socios, cada d¨ªa m¨¢s j¨®venes, aunque con el peso de las penumbras de casi siglo y medio a cuestas.?La campa?a?: "No hace falta que nos interese o no, porque nos la meten". Eso por el televisor en casa; aqu¨ª hablan del tema sobresaliente de la ciudad, que, ahora, es la eterna, sesuda y hermosa calle Mayor de Palencia, porque la hacen peatonal. El casino da a la calle Mayor en el paraje ciudadano al que llaman los Cuatro Cantones, fijados para toda la vida por la calle Mayor, la calle de Don Sancho y la calle del General Franco. Por cierto, ?qu¨¦ diferencia hay entre Felipe Gonz¨¢lez y Franco? Una voz espont¨¢nea enmarc¨® todas las expresiones de la tertulia: "?Ninguna!". Luego vino la serenidad: "De veras, la gran diferencia es que ahora hay libertad". Ahora pegamos la hebra a prop¨®sito de la unidad de la patria: "En un caso extremo, tanto Felipe como Aznar utilizar¨ªan la fuerza", ante- vascos o catalanes, se entiende, aunque "lo de Catalu?a es civilizado".
Aqu¨ª los se?ores juegan al parch¨ªs, al domin¨®, a las cartas; y las se?oras cotillean tomando el t¨¦; y todos miran por los ventanales para ver y so?ar. Estos se?ores no entienden que la televisi¨®n se privatice: "Hay que profesionalizarla". Estos se?ores votan "y lo tenemos todo muy claro; y los que van a perder son los electores, porque habr¨¢ nuevas elecciones no tardando". Esta es tierra del PP, no se oculta, pero alguien pleitea por el ideal que ser¨ªa
unir al PP y a la pureza de Anguita". De Narc¨ªs Serra piensan que "confunde a algunos espa?oles con todos los espa?oles, y no es honesto lo que dice". El casino de Palencia parece dormir en el sof¨¢ de su pasado, pero no. Aqu¨ª se dice para quien quiera pegar la oreja: "Se acab¨® la derecha que quitaba las pensiones y la izquierda que quemaba los conventos; y, adem¨¢s, estamos en Europa". Ni Cristo est¨¢ afiliado a un partido: "Ni izquierdas ni derechas, y conviene que haya cambio". Un respiro, que mucho ha habido que tirar de la lengua.
A los contertulios les gusta leer, viajar y que haya empleo. Concluyen que no tienen coterr¨¢neos que sean futbolistas de renombre, ni toreros de tron¨ªo, ni actores; pero Enrique Fuentes Quintana y Virgilio Zapatero nacieron en estas tierras.
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