La pol¨ªtica europea en Bosnia
Ahora que el h¨¢bil y demag¨®gico dictador serbio Milosevic, que carece por completo de principios, ha decidido que el plan de Vance-Owen da a los nacionalistas serbios (que no deben confundirse con los serbios en general) el 90% de aquello por lo que luchaban, ha cambiado de postura y est¨¢ instando al psiquiatra loco y a los seguidores de este ¨²ltimo a aceptar el plan de paz. Los odios suscitados y las atrocidades cometidas en los dos ¨²ltimos a?os por serbios y croatas har¨¢n imposible por unos a?os una paz verdadera, independientemente de la combinaci¨®n de fuerza y negociaci¨®n que se aplique a la situaci¨®n en los pr¨®ximos meses. Pero la perspectiva de que ahora los agresores se detendr¨¢n hace que ¨¦ste sea el momento apropiado para considerar las alternativas de que dispone la comunidad internacional.Los europeos han vacilado desde un primer momento, por varias, razones que no han dejado de ser v¨¢lidas. Una es la tendencia hist¨®rica de Alemania y Austria a ponerse del lado de los eslovenos y los croatas, y la tendencia de los franceses y de los rusos a ponerse del lado de los serbios. Otra es que, bajo los auspicios de Naciones Unidas, han suministrado tropas con armamento ligero, alimentos, personal y material m¨¦dico, todos los cuales corren el riesgo de ser destruidos si la OTAN o la ONU se deciden a intervenir militarmente. Estados Unidos ha pasado de insistir en el car¨¢cter europeo del problema a plantearse seriamente la posibilidad de efectuar bombardeos quir¨²rgicos (que por lo general acaban no siendo lo suficientemente quir¨²rgicos); de vender armas a los musulmanes a, de repente, patrocinar un plan ruso-americano para proteger vidas musulmanas a cambio de aceptar pr¨¢cticamente las conquistas serbias y croatas.
Los m¨¢s prestigiosos columnistas norteamericanos, como Anthony Lewis, Jim Hoagland, William Pfaff y William Safire, han criticado duramente la ausencia de una acci¨®n directa contra el agresor serbio. Han invocado el espectro de M¨²nich, y tambi¨¦n han destacado la importancia de lo que pasa en Bosnia como un ejemplo para los otros muchos Milosevics y Karadzics que ven desarrollarse los acontecimientos desde cualquier territorio de la antigua Uni¨®n Sovi¨¦tica, o de Oriente Pr¨®ximo, o del este de Asia, o de ?frica, o de Latinoam¨¦rica, que tenga una poblaci¨®n mixta ¨¦tnica o tribal. Estar¨ªa totalmente de acuerdo con lo de la importancia de lo que pasa en Bosnia como un precedente o un ejemplo, pero opino que el paralelo con M¨²nich es equ¨ªvoco. Hitler estaba decidido a conquistar toda Europa, y pose¨ªa los medios para hacerlo. Ninguna de sus v¨ªctimas en el blitzkrieg de 1939-1940 -polacos, daneses, noruegos, holandeses, belgas y franceses- era remotamente culpable de este tipo de atrocidades. En el caso actual, agresores con armamento limitado combaten por un territorio de varios centenares de kil¨®metros cuadrados, y las milicias croatas son cualitativamente tan malas como las milicias serbias.
Partiendo del supuesto de que la guerra en cualquier lugar es de incumbencia directa de la comunidad internacional, de que los precedentes sentados en Bosnia tendr¨¢n importantes repercusiones en otros lugares y de que la comunidad internacional no puede obligar a los diferentes pueblos a amarse entre s¨ª, ?cu¨¢les son las alternativas pr¨¢cticas a nuestra disposici¨®n?
1. Mantener el actual embargo contra Serbia, que, a pesar de sus fisuras, parece ser un factor que est¨¢ obligando a Milosevic a rectificar, al menos verbalmente, su trayectoria imperialista. Sin embargo, durante casi un a?o, el embargo ha conseguido poco m¨¢s que dar oportunidades a los millonarios del mercado negro, sin impedir sustancialmente que las milicias nacionalistas obtuvieran todas las armas que necesitaban. Cuesta considerarlo una pol¨ªtica eficaz o un buen precedente.
2. Continuar con la ayuda humanitaria. Esto salva un n¨²mero considerable de vidas, y sienta el muy importante precedente de una activa preocupaci¨®n internacional por los derechos humanos. Pero, en la pr¨¢ctica, tambi¨¦n favorece a los que realizan la limpieza ¨¦tnica. Los futuros Milosevics del mundo estar¨¢n encantados de expulsar a sus enemigos ¨¦tnicos o tribales mientras tranquilizan a sus bondadosos compatriotas alegando que Naciones Unidas alimenta y viste a los expulsados.
3. Bombardear las posiciones de la artiller¨ªa serbia con la precisi¨®n casi quir¨²rgica que pueden conseguir las fuerzas a¨¦reas de la OTAN. Esto no conducir¨ªa a un cenagal de proporciones vietnamitas o camboyanas, pero seguramente prolongar¨ªa la guerra y empeorar¨ªa a¨²n m¨¢s la ya arriesgada posici¨®n de las fuerzas de pacificaci¨®n de Naciones Unidas, adem¨¢s de engendrar resentimientos que durar¨¢n muchos a?os en relaci¨®n con los esfuerzos extranjeros por imponer un acuerdo.
4. Armar a los musulmanes. Esto presenta el atractivo inmediato de reparar la injusticia de un embargo que (como el acuerdo de no intervenci¨®n en la guerra civil espa?ola) en realidad s¨®lo ha impedido a un bando obtener armas. Pero esta medida tambi¨¦n prolongar¨ªa la guerra, y parece totalmente ajena a la realpolitik europea, o rusa o americana.
5. Declarar un embargo verdaderamente total, militar y econ¨®mico, contra los agresores tanto serbios como croatas. Los Gobiernos occidentales nunca se han preguntado honradamente la diferencia entre lo que dicen y lo que hacen, o lo que permiten que se haga. Ni Sadam Husein, ni Milosevic, ni los diversos agresores de la antigua URSS podr¨ªan haber librado con ¨¦xito las guerras que han librado si los Gobiernos de los pa¨ªses t¨¦cnicamente avanzados hubieran controlado realmente la exportaci¨®n de armas.
6. Suministrar un n¨²mero considerable de armas de defensa local -morteros, ca?ones anticarro, rifles telesc¨®picos, camiones y combustible- a los musulmanes, de manera que puedan defenderse de la agresi¨®n. Esto no les pondr¨ªa en condiciones de invadir ni bombardear Belgrado, pero har¨ªa saber a los demagogos y a sus seguidores que no pueden vencer f¨¢cilmente a una v¨ªctima desarmada. Claro que tambi¨¦n significar¨ªa que Occidente tomaba partido, pero, a diferencia de las alternativas tercera y cuarta, no incluir¨ªa bombardeos de la OTAN, ni un suministro de carros de combate y artiller¨ªa que pudiera tentar a los estrategas musulmanes a prolongar la guerra.
Personalmente, creo que las pol¨ªticas quinta y sexta podr¨ªan haber acabado con las agresiones hace meses y podr¨ªan dar r¨¢pidas muestras de efectividad si se aplicaran ahora. Pero tambi¨¦n es necesario reconocer que nada de lo que pueda hacer la comunidad internacional lograr¨¢ lo que cualquier ser humano normal llamar¨ªa paz en un futu
Pasa a la p¨¢gina siguiente
La pol¨ªtica europea en Bosnia
Viene de la p¨¢gina anterior
ro pr¨®ximo. El estado de la opini¨®n p¨²blica y de las emociones colectivas dentro de la antigua Yugoslavia es el gran interrogante. En Sarajevo, Mostar, Travnik y otras ciudades destruidas, los tres pueblos -serbios, croatas y musulmanes bosnios- han coexistido durante varios siglos. Cuando los fan¨¢ticos queman casas con su limpieza ¨¦tnica, crean literalmente un tablero de ajedrez con los edificios quemados y los que quedan en pie en las mismas calles.
A juzgar por la abundante, bibliograf¨ªa de historia de los Balcanes que he le¨ªdo en los ¨²ltimos 40 a?os, dir¨ªa que comerciantes, profesionales y algunos intelectuales viven de manera tolerante y abogan por la tolerancia. Los intelectuales nacionalistas son los abanderados de esos agravios hist¨®ricos que suelen suscitar odios; y los campesinos, a causa de sus privaciones econ¨®micas y de sus vidas aisladas y tradicionales, tienden a ser intolerantes y a dejarse espolear f¨¢cilmente por los Milosevics y los Karadzics de turno. En situaciones de guerra y censura es imposible saber cu¨¢les son los sentimientos rec¨ªprocos de la gente de la calle de las tres nacionalidades. Pero podemos estar seguros de que las atrocidades de esta guerra han resucitado los peores temores motivados por las dos guerras balc¨¢nicas y las dos guerras mundiales de este siglo. Suponiendo que cesen las hostilidades, y que el plan de Vance-Owen constituya una base parcial para unas negociaciones a largo plazo, la CE y Naciones Unidas deber¨¢n prepararse para ofrecer sus pacientes servicios diplom¨¢ticos, su inspecci¨®n de l¨ªneas de tregua y campos de prisioneros y una pizca de socorro econ¨®mico y humanitario durante un periodo de tal vez 10 a?os.
Gabriel jackson es historiador.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- Opini¨®n
- Limpieza ¨¦tnica
- Diplomacia
- Guerra Bosnia
- OTAN
- Mediaci¨®n internacional
- Ayuda humanitaria
- Misiones internacionales
- Crisis humanitaria
- Cooperaci¨®n y desarrollo
- Negociaciones paz
- Bosnia Herzegovina
- Delitos contra Humanidad
- Proceso paz
- Cat¨¢strofes
- Relaciones internacionales
- Derechos humanos
- Desastres
- Pol¨ªtica exterior
- Defensa
- Sucesos
- Guerra
- Delitos
- Conflictos
- Organizaciones internacionales