Actuaci¨®n municipal y racismo
En una de las abarrotadas calles hay un enorme corrillo. A duras penas puedo ver que se trapichea con droga... Entusiasmo en el corro, cambio de dinero en grandes cantidades. Tres metros m¨¢s abajo, ocho polic¨ªas municipales charlan animadamente sobre la programaci¨®n televisiva. El cambio de dinero y de droga contin¨²a.Me retiro del grupo y sigo mi camino: bajan dos municipales. Estoy a dos metros escasos del grupo de la droga. Se dirigen a m¨ª con cara enojada. Extienden sus manos para darme... No es a m¨ª, empujan a la persona que est¨¢ a mi lado, un marroqu¨ª joven. Sin mediar palabra alguna, le quitan la mochila que porta en su espalda; la abren, la soban, se la devuelven, le piden a gritos la documentaci¨®n.
El hombre se pone rojo como un tomate, est¨¢ desconcertado y no acierta a entender nada, pero con una educaci¨®n extrema la saca de su bolsillo. Pregunto qu¨¦ es lo que pasa; uno de los polic¨ªas me golpea el hombro como contestaci¨®n; le grito que no me ponga la mano encima y me contesta: "Tendr¨ªas que pagarme para que te tocara, no eres mi tipo".
La agresi¨®n verbal con el marroqu¨ª contin¨²a. Me dicen que me largue; "no me da la gana"; "documentaci¨®n"; la entrego, no sin antes pedirles que se identifiquen, a lo que se niegan con grandes risotadas. "Te puedes ir"; "no me da la gana", insisto. Les comento que mi intenci¨®n es ver c¨®mo termina la retenci¨®n del marroqu¨ª, al que han parado ¨²nicamente por ser marroqu¨ª y que "a dos metros est¨¢n trapicheando con droga"; "no es nuestro problema, d¨ªselo a los nacionales, nosotros s¨®lo estamos para los emigrantes". Mirada de desprecio y otro empuj¨®n.
Me amenazaron con llevarme a la comisar¨ªa. Me parece bien, les digo, pero "quiero ver c¨®mo termina su racismo hacia el marroqu¨ª". Grandes risotadas. Los ocho municipales de cinco metros m¨¢s abajo contin¨²an en su animada charla. Cuarenta minutos m¨¢s tarde, el marroqu¨ª, al que no se le ha vuelto a dirigir la palabra, puede marcharse. Nos vamos los dos temblorosos.
Al final de la calle, me da las gracias y me dice que se va a encerrar en su casa, que es hijo de marroqu¨ªes y que hace 23 a?os naci¨® en Madrid. Es, pues, tan espa?ol como yo. Este dato lo supo la polic¨ªa 40 minutos antes, al ver su DNI.-
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