Viejo le¨®n, joven lobo
Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar est¨¢ empe?ado en no dar "miedo" y en romper, siempre que sea posible, la imagen de cualquier asociaci¨®n con el pasado. Son dos ejes b¨¢sicos en la excelente campa?a que han preparado los j¨®venes t¨¦cnicos del Partido Popular y el papel en el que su l¨ªder se mueve con mayor comodidad. Las encuestas demuestran que, adem¨¢s, es una imagen que rinde buenos dividendos. La t¨¢ctica del candidato sin historia exig¨ªa, sin embargo y antes que nada, prescindir de la figura y del verbo de Manuel Fraga. Sin dudarlo, le convirtieron en una sombra en el partido que ¨¦l mismo fund¨®. Si no me equivoco, Aznar no ha pronunciado ni una sola vez su nombre en los m¨¢s de 30 m¨ªtines en los que ya ha participado. No es extra?o que el viejo le¨®n conservador parezca emocionarse m¨¢s cuando habla de las gaitas y de Galicia que cuando abraza a su heredero.Aunque suene a paradoja, el mitin de Vigo fue, precisamente, la mejor demostraci¨®n de esta ausencia. El presidente de la Xunta estaba, sin duda, en el estrado y recibi¨® el homenaje del nuevo l¨ªder de la derecha. Pero ese momento, casi el minuto cumbre de la campa?a, no tuvo emoci¨®n. Fue como si el viejo le¨®n se sintiera rodeado de respetuosos j¨®venes lobos: se trata de especies diferentes.
Fraga tiene 70 a?os y est¨¢ curado de vanidades, pero no ha perdido el genio. Fue el ¨²nico que se dirigi¨® a Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar como "nuestro candidato a presidente del Gobierno", sin unirse al coro de quienes ya le han situado en La Moncloa. Don Manuel nunca se ha dejado impresionar por las multitudes y en Vigo mantuvo la tradici¨®n: hizo caso omiso del. ambiente y defraud¨® a quienes esperaban que, en un golpe de teatro, se cuadrara o bajara la cabeza ante su heredero. Don Manuel cumpli¨® su papel con honestidad. Critic¨® duramente al Gobierno socialista y comprometi¨® todo su apoyo al joven lobo. Incluso prometi¨® que, llegado el d¨ªa, le enviar¨¢ a Madrid todos los gaiteiros que sean menester. Pero se notaba que estaba abrazando a alguien que no considera de su misma especie.
Todo fue correcto. Simplemente. El mitin de Vigo ya pas¨® y Manuel Fraga vuelve a ser la sombra. La cabeza de los populares est¨¢ ahora en otro sitio: en un plat¨® de televisi¨®n donde la vista atr¨¢s se reduce a tres a?os, los de la ¨²ltima legislatura. El ¨¦xito del primer debate tiene preocupados a los asesores de Aznar. "No es l¨®gico que el segundo se desarrolle de la misma manera", explican. "Y no nos conviene que la gente espere algo igual".
El ¨²nico que parece estar tranquilo es el propio Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar. El mi¨¦rcoles pasado reproch¨® suavemente a sus seguidores que estuvieran tan sorprendidos por el resultado que ofrec¨ªan las encuestas. Seg¨²n pasan los d¨ªas, parece estar m¨¢s convencido de que el pr¨®ximo martes podr¨¢ formular la misma queja. Tanta seguridad preocupa a sus colaboradores. "Gonz¨¢lez es todav¨ªa capaz de dar buenos guantazos", murmuraba uno de ellos. "Nuestra obligaci¨®n es asegurarnos de que, en ese caso, Aznar pueda hacer una buena finta de cintura".
Los ejercicios contin¨²an. El objetivo sigue siendo el mismo, aunque las formas vayan a ser en esta ocasi¨®n distintas. Se trata de "normalizar" en Espa?a la figura del pol¨ªtico conservador, quitarle cualquier connotaci¨®n con el pasado. Y hacer que un joven lobo d¨¦ menos miedo que un le¨®n.
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