Las milicias serbias lanzan una de sus m¨¢s cruentas ofensivas sobre Sarajevo
Sarajevo El d¨ªa comenz¨® en Sarajevo a las 4.30 de la madrugada. A esa hora, la ciudad se despertaba temblando bajo los impactos de los morteros y de los cohetes antia¨¦reos lanzados por las milicias serbias desde las colinas que rodean la capital bosnia. No ha habido un minuto de respiro desde entonces: las granadas han llovido inmisericordes sobre todos los barrios. A ¨²ltima hora de la tarde, 20 personas hab¨ªan muerto y decenas de heridos ensangrentaban los hospitales. Saraevo comparti¨® un domingo de terror y muerte con otros enclaves protegidos por la ONU: el exterminio de la poblaci¨®n musulmana contin¨²a en Zepa, Bihac y, sobre todo, Gorazde, sometida ayer a un intens¨ªsimo castigo, seg¨²n Radio Sarajevo.
ESPECIALLa guerra volvi¨® a bajar desde las monta?as a la ciudad y los habitantes de Sarajevo pasaron del sue?o a una pesadilla de la que a¨²n no han salido. La ofensiva serbia, que comenz¨® en el monte Trebevic, al sureste de la capital, con un avance de la infanter¨ªa que fue rechazado por el Ej¨¦rcito bosnio, se torn¨® des pu¨¦s contra el propio casco urbano. Se trata de uno de los ataques m¨¢s intensos desde el comienzo de la guerra, en abril del a?o pasado. A las nueve de la ma?ana, s¨®lo en el centro de la ciudad, hab¨ªan ca¨ªdo 500 granadas de mortero.Las calles quedaron desiertas. La gente busc¨® refugio en sus viviendas. Nadja y su marido estaban en casa, en la parte vieja de Sarajevo. Una granada de mortero les cay¨® encima. Una amiga los traslad¨® al hospital de Kosevo, ensangrentados y cubiertos de polvo gris. Nadja ten¨ªa metralla en las piernas y en los brazos. Al tumbarla en la camilla su ropa rasgada dej¨® entrever un vientre hinchado: estaba embarazada de nueve meses y los m¨¦dicos no saben si podr¨¢n salvar al beb¨¦. Tampoco las paredes de su casa protegieron a una anciana y a su nieto de 19 a?os, cuyos cad¨¢veres yac¨ªan destrozados en la morgue.
No hubo sector de la ciudad que quedara a salvo del barrido de la artiller¨ªa serbia. Las granadas ca¨ªan simult¨¢neamente sobre el edificio de la presidencia del Gobierno, la catedral y el hotel Holiday Inn, donde se alojan los informadores. Una de ellas estall¨® en la entrada, hiriendo a tres vigilantes. Algunas esquirlas calientes aterrizaron en las habitaciones."Nos est¨¢n abrasando"
Las posiciones bosnias en la colina de Trebevic sufr¨ªan mientras tanto una aut¨¦ntica carnicer¨ªa. Los furgones del Ej¨¦rcito no dejaban de trasladar heridos desde la l¨ªnea del frente. "Nos est¨¢n abrasando con los morteros", explicaba Dzernal, de 27 a?os, derrumbado en una silla del hospital. Por todo uniforme llevaba un mono azul y una cazadora llena de remiendos. Una granada hab¨ªa arrancado un pie a su primo y Dzemal tuvo que recorrer con ¨¦l en brazos los tres kil¨®metros desde la colina a la capital. Sus compa?eros segu¨ªan llegando en un desfile dantesco. Uno de ellos ten¨ªa profundas heridas en la cabeza. Cuando le incorporaron varios mechones de pelo ensangrentado se quedaron pegados a la camilla. Tras ¨¦l, entr¨® otro combatiente con el rostro afilado y c¨¢lido, que se sujetaba el est¨®mago con las manos. Estaba reventado. Las enfermeras' limpiaban con una fregona los regueros de sangre.
Esto suced¨ªa ayer, domingo, en Sarajevo, ciudad declarada bajo protecci¨®n de las Naciones Unidas el pasado 7 de mayo. Simult¨¢neamente, las milicias serbias de Bosnia, apoyadas, seg¨²n fuentes musulmanas, por efectivos del Ej¨¦rcito de Serbia, se empleaban a fondo en otro enclave protegido en Bosnia oriental: Gorazde. El Gobierno de Belgrado desmiente, sin embargo, que se haya producido ese pr¨¦stamo de efectivos.
En las ¨²ltimas horas, 2.000 granadas de mortero se ha abatido sobre Gorazde y 17 aldeas han sido arrasadas hasta los cimientos, seg¨²n informaciones siempre de Radio Sarajevo, que controla el Gobierno bosnio.
Paralelamente, las fuerzas de protecci¨®n de las Naciones Unidas han puesto el pie en la zona. "No podemos entrar por la fuerza. Nuestro mandato nos exige el acuerdo de las partes implicadas y hasta ahora los serbios no han respondido a las aspiraciones de la comunidad internacional", explicaba ayer Barry Frewer, portavoz de Unprofor. "Nosotros lo seguimos intentando".
. En Zepa y Bihac-, otros dos enclaves musulmanes de las mismas caracter¨ªsticas donde la fuerza de la ONU (Unprofor) s¨ª est¨¢ presente, los ataques serbios con la artiller¨ªa pesada han continuado. Frewer tuvo que repetir ayer ante la prensa la definici¨®n de zona protegida: "?rea donde los ciudadanos pueden tener la seguridad de que no ser¨¢n amenazados por la actividad militar". Un espeso silencio se hizo al t¨¦rmino de estas palabras.
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