Sin fronteras

Fito P¨¢ez es uno de los grandes del rock argentino y latinoamericano. Su ¨²ltimo disco, El amor despu¨¦s del amor, ha roto las listas de ventas en aquel pa¨ªs y sus recientes actuaciones en Buenos Aires se han convertido en actos multitudinarios.Con este equipaje, Fito P¨¢ez se present¨® en Madrid con esp¨ªritu principiante, para acercarse a un p¨²blico no muy permeable a m¨²sicos extranjeros que no canten en ingl¨¦s. Su desembarco fue por todo lo alto. Sonido potente, rayando en lo excesivo, unas luces como pocas veces se ha visto en la sala Aqualung y el resto de la producci¨®n en el mismo tono. P¨¢ez lleg¨® invirtiendo el dinero -su dinero- de los grandes con la sencillez de los peque?os. Como los buenos artistas.

Al principio, la propuesta de Fito P¨¢ez resulta algo desconcertante. Su m¨²sica est¨¢ tocada por multitud de referencias del rock, del blues, del funk; en definitiva, por inspiraciones negras norteamericanas. Esta negritud se ve limada por un desgarro argentino que proporciona una dimensi¨®n diferente. La actitud esc¨¦nica de P¨¢ez, con un dramatismo rayando en el exceso para lo que se acostumbra en estos pagos, contribuye al desconcierto inicial. Pero dura poco; lo que se tarda en apreciar la altura art¨ªstica de Fito P¨¢ez, que despeja dudas y convence por su energ¨ªa.

Comenz¨® con el himno que da t¨ªtulo a su ¨²ltimo disco y acab¨® con Popotitos, en la buena compa?¨ªa de Los Rodr¨ªguez. Entre ellas, resumi¨® su carrera, cant¨® a capella y logr¨® sus momentos m¨¢s ¨ªntimos solo con el teclado. Fue el recital de un animal esc¨¦nico, de un gran int¨¦rprete capaz de romper fronteras.