Cinco de las ¨²ltimas nueve etapas ser¨¢n de monta?a y cuatro con llegadas en alto

Largas, largu¨ªsimas. Ninguna de las jornadas de monta?a bajan de los 200 kil¨®metros. Es el cogollo de la fiesta del Giro, que comienza hoy. De nueve d¨ªas que quedan de carrera, cinco pueden considerarse de monta?a y cuatro terminar¨¢n en alto. Ser¨¢ un viaje de los Alpes Dolomitas a los Ligures atravesando toda la llanura lombarda y piamontesa. Pero no todo el monte es or¨¦gano., Revisando altimetr¨ªas, cartograf¨ªas, planos y experiencias pasadas, ciclistas y t¨¦cnicos se han puesto de acuerdo en algo: ser¨¢n decisivas las etapas de ma?ana -Corvara-Corvara- y la del viernes -cronoescalada a Sestriere- O sea, a esperar sorpresas en las otras tres.

"La etapa de Corvara me recuerda a la de Sestriere del pasado Tour, donde mont¨® su n¨²mero el inquieto Claudio Chiappucci", cuenta Jos¨¦ Miguel Ech¨¢varri, el director del Banesto. S¨ª que se parece. Mide m¨¢s o menos lo mismo, 250 kil¨®metros, y se superan los mismos puertos: cinco. Pero, al menos, hay tres diferencias claras. La del Tour terminaba en alto, hac¨ªa un calor abrasador y se superaban los 2.000 metros de altitud durante m¨¢s kil¨¦metros.

La m¨ªtica

En m¨ªtica, sin embargo, se impone el Giro. Frente a un ¨²nico nombre sonoro de la etapa francesa, el Iser¨¢n, el Giro ofrece dos y uno dos veces: la Marmolada y el Pordoi. La Marmolada (2.057 metros de altura, 25 kil¨®metros de longitud y un muro, al final, de 4 con rampas de hasta el 15%) est¨¢ asociada a Franco Chioccioli y Marino Lejarreta. All¨ª, el italiano dio su golpe mortal en el Giro de 1991 y en las mismas cuestas descarnadas, el mismo a?o, Lejarreta sufri¨® uno de los mayores hundimientos que se le recuerdan.

"Es tremendo", dice Ech¨¢varri; "tiene una recta incre¨ªble. La verdad es que nunca se acaba. Hay otros que pueden parecer m¨¢s duros, como el Mortirolo, pero se suben de otra forma, con muchas curvas y en un terreno muy frondoso".