El ensayo del Gobierno vasco
Observada desde el punto de vista de la econom¨ªa, la historia de la coalici¨®n PNV-PSOE que ha gobernado en Euskadi tiene dos momentos diferenciados. El primero se corresponde con el Gobierno entre 1987 y 1991 y, a su vez, estuvo marcado por dos elementos clave. En las elecciones de,1986, el PSOE tuvo m¨¢s diputados que el PNV, tras la traum¨¢tica, escisi¨®n del nacionalismo democr¨¢tico. Su postura en el Gobierno fue, en principio, fuerte, m¨¢xime tras haber cedido la presidencia, en una operaci¨®n que nunca fue suficiente explicada. Por otra parte, coincidi¨® en el tiempo con una ex celente coyuntura econ¨®mica. Gracias a ella, los crecimientos en la inversi¨®n y el PIB los recordamos hoy con a?oranza. La evoluci¨®n de la legislatura fue sosegada. Sin embargo, y contra lo que cab¨ªa esperar, la presencia de los socialistas en ambos Gobiernos, central y aut¨®nomo, no sirvi¨® para avanzar en la soluci¨®n de los grandes problemas industriales y de infraestructura del Pa¨ªs Vasco, que aun hoy en d¨ªa siguen pendientes en gran parte. Los efectos positivos que tal Gobierno tuvo para la normalizaci¨®n pol¨ªtica no se tradujeron en nada espectacular en materia econ¨®mica. El segundo intento ha tenido un marco bien distinto. En las elecciones de 1990, el PNV recuper¨® el primer puesto en diputados, y, en primera instancia, despreci¨® a los socialistas, para intentar una inviable coalici¨®n "entre hermanos" con EA y la extinta EE. Tras su fracaso, se retom¨® la coalici¨®n original, que tiene que enfrentarse a una coyuntura adversa. Han sido dos los temas centra les que han ocupado las actuaciones econ¨®micas de ambos Gobiernos. Por un lado, la inacabada e inacabable reconversi¨®n industrial de los grandes sectores sider¨²rgicos, que no ha tenido una resoluci¨®n feliz. Los aceros especiales contin¨²an languideciendo en Acenor, sin haber encontrado su soluci¨®n definitiva y con su puesto en el mercado discutido por una competencia feroz. Por ¨²ltimo, el tema de AHV constituye una in c¨®gnita, emparedado como est¨¢ entre la intransigencia de Bruselas y las dudas de Madrid. Por otro, la atracci¨®n de pro yectos de inversi¨®n que pudiesen ejercer de tractores de la actividad local ha acaparado grandes esperanzas, no siempre satisfechas. El proyecto de Gamesa para fabricar las alas del avi¨®n de Embraer, y las cr¨ªpticas promesas de L¨®pez de Arriort¨²a para instalar una planta de autom¨®viles -primero de General Motors y ahora de Wolkswagen- son las dos cuestiones m¨¢s esperanzadoras, dentro de un panorama de aton¨ªa inversora. Resulta evidente que la colaboraci¨®n en materia econ¨®mica, entre el PNV y el PSOE, ha estado siempre supeditada a otras cuestiones de ¨ªndole pol¨ªtica. Dado que la coyuntura actual no permite alegr¨ªas, es m¨¢s que probable que estas cuestiones constituir¨¢n el meollo de las exigencias nacionalistas para su eventual participaci¨®n en el pr¨®ximo Gobierno.
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