De escondidos a amos del pueblo
La familia del mafioso encarcelado Tot¨® Riina campa por sus respetos en Corleone
Son los amos del pueblo. Los profesores del instituto van incluso a recogerles con sus coches para ir a clase. Que no les falte de nada. Para reinserci¨®n social, la suya. Llegaron de noche en un taxi a mediados de febrero, ocult¨¢ndose los cuatro tras su no menos cubierta madre, Antonietta Bagarella, la que llamaba chacales a los fot¨®grafos que les segu¨ªan. Son los hijos de Tot¨® Riina, el jefe de jefes de la Mafia.Cuando, tras la detenci¨®n de Riina el 15 de enero en pleno Palermo, despu¨¦s de una huida de 24 a?os -24 a?os en los que, como ¨¦l mismo dijo abundando en lo que muchos italianos piensan, nadie le hab¨ªa buscado-, Ninetta Bagarella, mujer y hermana de jefes de Cosa Nostra, volvi¨® a Corleone con Maria Concetta (19 a?os), Giuseppe (17 a?os), Giovanni (16) y Lucia (13), quien ten¨ªa que enterarse supo que no hab¨ªa nada que temer. Que La Fiera, sobrenombre del jefe entre los suyos, no cantar¨ªa, no pensaba arrepentirse, y que lo garantizaba con su mujer y sus hijos.
Cuenta Dino Paternostro, director de Citt¨¢ Nuove (Ciudades Nuevas) -un peri¨®dico de la comarca de Corleone en lucha contra la Mafia desde sus 2.500 ejemplares-, que desde que los chicos Riina viven en el pueblo, como ya lo hac¨ªan la mujer y los dos hijos de Bernardo Provenzano, todo ha cambiado.
A los alumnos que el 19 de diciembre del a?o pasado se manifestaban en recuerdo de los jueces Falcone y Borsellino se los ha tragado la tierra; los chicos de tres escuelas superiores que montaron una coordinadora antiMafia y empezaron siendo 65, bajaron a 10, a ocho y eran cinco en la ¨²ltima reuni¨®n.
En el pueblo m¨¢s mafioso de Sicilia, 12.500 habitantes, cuna de Luciano Liggio -que tiene un primo carnal, Girolamo Liggio, de p¨¢rroco de la iglesia de Santa Rosal¨ªa, cuna de Riina-, provenzano, y Vito Ciancimino (el democristiano que lleg¨® a alcalde de Palermo), reina la pax mafiosa desde 1978: no se paga el pizzo (la mordida) a Cosa Nostra, no se trafica con droga, no hay robos. El control del territorio es total. Las fuerzas del orden, marginales. A los curas les llaman "la Iglesia del silencio".
Por eso Ninetta Bagarella, al principio escondida, va ahora a buscar a sus hijos a la escuela -est¨¢n en clases que no corresponden a sus a?os porque, aunque ella es maestra, no tienen t¨ªtulo de estudio alguno-, y se para a charlar con las dem¨¢s madres, se hace ver. Y cuando no puede ir, hay profesores obsequiosos que los llevan a casa en sus coches.
Giovanni Perrino, un corleon¨¦s que hoy es profesor en la provincia de Mantua, habla de la importancia de recuperar el cuerpo estudiantil del pueblo, de que los chavales no crezcan orgullosos de emular a los autodenominados hombres de honor. Hace poco, dos institutos de Corleone y Mantua montaron un encuentro para hablar de la Mafia. No asistieron los alumnos de los dem¨¢s centros del pueblo, cuatro institutos m¨¢s adem¨¢s de la ense?anza media, s¨®lo alg¨²n representante. Y cuando Torrino pregunt¨® al director del colegio por los profesores, ¨¦ste le respondi¨®: "Las cari¨¢tides est¨¢n all¨ª al fondo". Escondidos, junto con el arcipreste, pegados a la pared. Y es que Riina, sin moverse de la c¨¢rcel, ha vuelto a casa.
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