"Hay que levantar ya las sanciones"
Nelson Mandela califica de "acontecimiento hist¨®rico" la decisi¨®n tomada en el marco del di¨¢logo nacional en curso de fijar las elecciones para el 27 de abril. "Adem¨¢s introduce un elemento de irreversibilidad", a?ade.Pregunta. ?Es ya un hecho consumado que usted ser¨¢ el pr¨®ximo presidente de Sur¨¢frica?
Respuesta. [Sonriendo] Ciertos j¨®venes no estar¨ªan de acuerdo con esta afirmaci¨®n porque todos quieren ser presidente. Tenemos personas muy v¨¢lidas, y a m¨ª no me importar¨ªa nada trabajar a sus ¨®rdenes.
P. ?Cree que el Partido Nacional de De Klerk respetar¨¢ los resultados de la elecci¨®n?
R. No tengo ninguna raz¨®n para dudar de que est¨¦n negociando con buena fe. Pero claro est¨¢ que su concepci¨®n de la democracia es diferente de la m¨ªa. Hemos considerado este problema desde el punto de vista de la repartici¨®n de poder, lo que para ellos significa que el partido que pierda las elecciones deber¨ªa seguir gobernando. Nosotros opinamos que todos los partidos que tienen un electorado importante deber¨ªan participar en el Gobierno, ya que as¨ª podr¨ªamos afrontar los problemas conjuntamente.P. Pero ?Su l¨ªnea de demarcaci¨®n no ser¨¢, al final, la repartici¨®n del poder?
R. Creo que se est¨¢n alejando de esa l¨ªnea de demarcaci¨®n.
P. ?Conf¨ªa en las expectativas de la gente, o el da?o causado por el apartheid es demasiado profundo?
R. Cuarenta a?os de apartheid han sido como cuarenta a?os de guerra. Han destruido completamente nuestra econom¨ªa y nuestra vida social, en ciertos aspectos de forma irreparable. Lo que esperamos -y esto es de lo que vamos a discutir con el presidente Bill Clinton- es que el mundo occidental, dirigido por Estados Unidos, asegure la concesi¨®n al pueblo surafricano de las medidas de asistencia que permitan satisfacer sus esperanzas.
P. ?Y qu¨¦ pasar¨¢ con esa derecha que teme el dominio de la mayor¨ªa negra?
R. En el refer¨¦ndum del a?o pasado, De Klerk gan¨® con holgura, y la derecha apenas consigui¨® 800.000 votos, a pesar de contar con el apoyo de un segmento importante de la Administraci¨®n p¨²blica, de las fuerzas de seguridad y del Ej¨¦rcito. Ahora dicen que si el Congreso Nacional Africano (ANC) gana las elecciones y llega a gobernar, tomar¨¢n las armas. ?sta es la amenaza a la que tenemos que enfrentarnos. Es una amenaza real, pero no nos preocupa demasiado. Nuestro prop¨®sito es convencer a todos de que tomen el tren de la paz, porque no hay nada tan importante para un pa¨ªs como la paz.Transici¨®n pac¨ªfica
P. ?Cree que es posible pensar que un minor¨ªa que ha gobernado durante siglos entregue el poder de forma pac¨ªfica?
R. Estamos tomando decisiones conjuntas con esa minor¨ªa. Han afirmado siempre que nunca negociar¨ªan con el ANC, y han organizado todas las elecciones de acuerdo con este presupuesto. Les hemos convencido de sentarse para hablar con nosotros, y ahora estamos haciendo proyectos con ellos sobre el futuro de Sur¨¢frica. Tuvieron que anular el bando contra el ANC, levantar el estado de emergencia, permitir un clima de actividad pol¨ªtica libre, que ha estado vetada desde hace m¨¢s de cuarenta a?os. Han liberado a los prisioneros pol¨ªticos, han permitido volver al pa¨ªs a los exiliados pol¨ªticos, han corregido e incluso renunciado a una legislaci¨®n represiva y han acordado la instalaci¨®n de un consejo ejecutivo de transici¨®n. Y ahora se est¨¢n poniendo de acuerdo con nosotros en las elecciones.
P. ?Porqu¨¦ est¨¢n cooperando?
R. Creo que se han dado cuenta de que no s¨®lo la gran mayor¨ªa de surafricanos estaban preparados para luchar por el derecho de gobernar su vida, sino que adem¨¢s ten¨ªan en contra a la entera comunidad internacional.
P. ?Han servido las sanciones?R. Sin duda alguna.
P. ?Deber¨ªan levantarse ahora las sanciones?
R. Ya ha llegado el momento de hacerlo. Nuestra pol¨ªtica oficial era que hasta que no se celebraran las primeras elecciones libres y leg¨ªtimas deber¨ªan mantenerse las sanciones. Pero los problemas que afronta nuestro pa¨ªs -siete millones de parados, un aumento de la criminalidad, de la violencia, etc¨¦tera- nos han hecho revisar nuestros plazos.
P. Hace tres a?os y medio usted estaba todav¨ªa encarcelado. Ahora est¨¢ implicado en el proceso de la reconstrucci¨®n del pa¨ªs, luchando por la democracia. ?Pens¨® alguna vez en su vida que todo esto fuera posible?
R. Hubo ciertos momentos en los que cre¨ª que era imposible. Pero, como usted sabe, escrib¨ª un mensaje que fue le¨ªdo por mi hija en un mitin en el que participaba el arzobispo Desmond Tutu en el que dec¨ªa: "Regresar¨¦". Siempre lo hab¨ªa pensado, pero esto no quiere decir que no hubiera momentos en los que dudaba de que pudiera convertirse en realidad. Pero la intensidad de la lucha en el pa¨ªs y el apoyo de la comunidad internacional han sido siempre decisivos, han conservado nuestra moral alta y nos han hecho creer que la fuerza del cambio era demasiado fuerte como para ser ignorada por el Partido Nacional en el Gobierno.
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