El erotismo salvaje de la 'Carmen' de Jos¨¦ Luis G¨®mez divide al p¨²blico de Par¨ªs
El entusiasmo coexisti¨® con los abucheos entre quienes acudieron a la ¨®pera de la Bastilla.
El p¨²blico de la ¨®pera de la Bastilla de Par¨ªs acogi¨® con entusiasmo y una larga ovaci¨®n el pasado lunes la versi¨®n de Carmen firmada por el director Jos¨¦ Luis G¨®mez. Pero no hubo unanimidad. Esa reacci¨®n mayoritaria coexisti¨® con los abucheos de quienes consideraron demasiado expl¨ªcito el tratamiento que el director da del del del erotismo de la hero¨ªna o la manera en que se presenta su muerte. Carmen, que ha agotado las localidades para las 16 funciones previstas y se repondr¨¢ la temporada que viene durante un mes, es la primera ¨®pera que dirige G¨®mez. Su gran preocupaci¨®n era "limpiarla de las adherencias de centenares de montajes anteriores, presentarla de la manera m¨¢s limpia posible", dice.
Para Pierre Berg¨¦, director de la ?pera de Par¨ªs, "esta Carmen marca un hito en la lectura de la obra". De pronto la protagonista tiene el atractivo de un erotismo inmediato, libre, de un deseo que necesita ser satisfecho sin que eso comporte otro tipo de obligaciones. En el segundo acto, cuando Carmen y Don Jos¨¦ se encuentran solos en la taberna de Lillas Pastia y ella se sienta sobre ¨¦l, sus caderas, acompa?ando el tarareo de su voz, se mueven de manera inequ¨ªvoca.El "attends un peu, Carmen, rien quun moment, arr¨¦te", que pronuncia el atribulado Jos¨¦, equivale al "Esp¨¦rame en el cielo" del bolero de Olga Guillot. "No creo que el texto y la m¨²sica puedan interpretarse de otra manera", explica G¨®mez. "Ella es una gitana que paga sus deudas ofreci¨¦ndose; ¨¦l llevaba un mes de calabozo pensando en el cuerpo de Carmen. ?Qu¨¦ otra cosa que el amor iban a hacer al encontrarse a solas?".
El montaje tiene un primer acto en el que la dramaturgia ofrece un tratamiento realista de los personajes. Los soldados est¨¢n encerrados en su cuartel, asomados a la ventana, pero sin pasearse por la calle. "Quer¨ªa acentuar la atm¨®sfera de represi¨®n en que viven y evitar la vertiente mercado persa que se da en algunas versiones", cuenta el director. Las cigarreras acuden a la plaza a refrescarse en un surtidor. Los decorados, excelentes, de Jean Paul Chambas, recuerdan en el primero y en el ¨²ltimo acto la pintura de De Chirico. "Quer¨ªa una Andaluc¨ªa austera y esencial", dice G¨®mez. "En el segundo acto, la taberna es una antigua carboner¨ªa, negra, con las cabezas de toro colgadas de los muros, un lugar que sugiere una dimensi¨®n mitol¨®gica, el enfrentamiento con el minotauro. Del estereotipo vamos hacia el arquetipo".
Micaela, luchadora
El tercer acto, con los contrabandistas en la monta?a, supone una ruptura de tono. Todos van vestidos masculinamente de gris, lo que da mayor relieve a la decisi¨®n de Carmen, Frasquita y Mercedes de recuperar su identidad de mujeres para ir a seducir a los aduaneros. Micaela pierde su condici¨®n de Caperucita Roja, de encarnaci¨®n teut¨®nica del bien, al cantar su aria mientras atraviesa un precipicio que la conduice hasta Don Jos¨¦. Se arriesga, es capaz de desafiar el peligre, y luchar por lo que desea.
El cuarto acto, junto a la plaza de toros, recupera el tono solar y de "tragedia mediterr¨¢nea" reivindicado por Nietzsche. Carmen sabe que ha de morir y no huye. Don Jos¨¦ la mata degoll¨¢ndola, al mismo tiempo que Escamillo culmina su faena en la plaza. Cuando se abran las puertas de la misma aparecer¨¢, a contraluz, colgado de una viga, el cuerpo sangrante del toro que ha de ser desollado -un toro de mentira sobre un charco real de sangre de toro. La irrupci¨®n de una muerte que es al mismo tiempo b¨¢rbara y estilizada, de un gesto off pero de una sangre que remite a la tangibilidad del drama, es otro de los elementos que han chocado en la puesta en escena de G¨®mez.
Para los espectadores franceses, que deseaban reencontrarse con la Carmen de siempre, una de las grandes provocaciones es la interpretaci¨®n que G¨®mez da del personaje de Escamillo, el torero. "Se parece a los toreros que conozco, a gente como Ord¨®?ez o Rafael de Paula, que encuentran su grandeza en desafiar a la muerte pero no hacen ostentaci¨®n de ello". As¨ª pues, no hay pase¨ªllos ni mundos por montera.
La acci¨®n de esta Carmen transcurre en la primera d¨¦cada de este siglo. "He dado un tratamiento cinematogr¨¢fico a ciertas situaciones", dice G¨®mez, "y tambi¨¦n quer¨ªa poder liberar a los personajes de los uniformes de opereta, t¨ªpicos del XIX y previos al desastre colonial".
Un reparto multirracial
El reparto es otro elemento provocador del montaje de Jos¨¦ Luis G¨®mez. Carmen es Beatrice Uria-Monz¨®n, una mezzosoprano francesa de padre espa?ol, que es, adem¨¢s de excelente cantante, una actriz espl¨¦ndida. El papel se lo reparte con la norteamericana Denyce Graves, una Carmen negra que coincidir¨¢ con un Don Jos¨¦ chino, Jianyi Zhang. Su alternante es Barry McCauley. Escamillo, el torero, es armenio o norteamericano, y se llama Barseg Tumanyan o Samuel Ramey, mientras que Micaela es la coreana Hei-Kyung Hong o la rumana Leontina Vaduva. La direcci¨®n musical es del titular del teatro, Miung-Whun Chung, y el rendimiento de la orquesta es sin duda muy bueno."Lo m¨¢s fatigoso de trabajar en un teatro como ¨¦ste", admite G¨®mez, "es el tener que adaptarse a una serie de reglamentos corporativos. A cambio, te ofrecen un escenario fant¨¢stico, unos t¨¦cnicos de primera categor¨ªa y la posibilidad de ensayar durante 20 d¨ªas con los decorados ya construidos. Y todo esto me lo propusieron porque les gust¨® el montaje que el a?o pasado hice para el Od¨¦on de La vida es sue?o. Casi el mismo espect¨¢culo que, cuando lo present¨¦ en Madrid, fue destruido por la cr¨ªtica. En Espa?a somos as¨ª".
Jos¨¦ Luis G¨®mez cree que hay que reivindicar la novela de M¨¦rim¨¦e en que se basa el libreto: "Es un texto que va a lo esencial, que no se pierde en pintoresquismo. La Andaluc¨ªa que describe est¨¢ muy bien documentada. Le gustaba Espa?a, le gustaba nuestra manera de ser, expresa por nuestra gente el mismo tipo de afecto y admiraci¨®n que manifiesta Orwell por los anarquistas que en el frente luchan por la Rep¨²blica".
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