Pruebas oscuras
EL CASO de las pruebas del sida por correo, de venta en farmacias e inmovilizadas cautelarmente por el Ministerio de Sanidad y Consumo por carecer de registro sanitario, es un ejemplo de lo que no debe hacerse, y menos a¨²n permitirse, en un ¨¢mbito tan delicado como el de la salud. De entrada, esas pruebas, tal como han sido presentadas y promocionadas, contienen indicios de fraude indudables: al consumidor se: le ofrece un producto con un coste elevado -4.600 pesetas- sin alertarle de los dudosos resultados que tienen todas las pruebas del sida y especialmente las efectuadas, como ocurre en este caso, con muestras de sangre seca, un m¨¦todo que no est¨¢ reconocido por la comunidad cient¨ªfica.Pero el caso revela, ante todo, lo endebles que son en Espa?a los controles de la Administraci¨®n para evitar la promoci¨®n comercial de productos que no est¨¢n destinados al uso directo al p¨²blico. Seg¨²n sus primeras investigaciones, Sanidad sospecha que el producto inmovilizado en farmacias es el mismo reactivo que, con distinta denominaci¨®n, fue autorizado en octubre pasado para su uso exclusivo en laboratorio. Su promoci¨®n comercial gratuita a trav¨¦s de una revista deber¨ªa haber bastado a la Administraci¨®n sanitaria para alertarla sobre los prop¨®sitos, por dem¨¢s dudosos, del laboratorio en cuesti¨®n.
Sin embargo, ha debido producirse una denuncia expresa del Comit¨¦ Ciudadano Antisida para que los responsables sanitarios se decidieran a actuar. La Administraci¨®n ha sido incapaz de descubrir por s¨ª misma lo an¨®malo de la situaci¨®n. No s¨®lo ha sido insensible a la angustia vivida innecesariamente por gran parte de los 17.000 ciudadanos que se realizaron la prueba comercializada gratuitamente por la revista, sino que no ha evitado que se les diera una respuesta, por correo o tel¨¦fono, lo que vulnera las m¨¢s elementales exigencias de confidencialidad. Sorprende tambi¨¦n que dos meses despu¨¦s de concluida la promoci¨®n gratuita continuase la comercial en cu?as radiof¨®nicas sin advertir que se trataba de un anuncio publicitario, o que el responsable t¨¦cnico del laboratorio las protagonice como si se tratara de un profesional de la medicina sin inter¨¦s comercial en el caso. Demasiados aspectos oscuros como para esperar que la mera inmovilizaci¨®n cautelar decretada por la Administraci¨®n sea suficiente para clarificarlos.
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