Una nueva huida hacia delante
A la vista de que su supremo objetivo de "la negociaci¨®n pol¨ªtica" se desdibuja al final de un t¨²nel cada vez m¨¢s angosto, ETA ha reaccionado con la cl¨¢sica huida hacia adelante. El atentado de Madrid responde, desde luego, al permanente prop¨®sito de doblegar las voluntades democr¨¢ticas, pero obedece tambi¨¦n a factores de ¨ªndole interna de la banda terrorista.Adem¨¢s de la escenificaci¨®n, necesariamente sanguinaria, de su propia existencia, el mensaje que transmite ETA es que el problema debe ser enfocado al margen de los resultados electorales, que su resoluci¨®n debe ser independiente del fracaso electoral cosechado el pasado 6 de junio por Herri Batasuna.
Y sin embargo, hace s¨®lo unos d¨ªas, algunos dirigentes de KAS, la todopoderosa organizaci¨®n que rige los destinos de Herri Batasuna -y, seg¨²n el consejero vasco de Interior, Juan Mar¨ªa Atutxa, tambi¨¦n los de ETA-, atribu¨ªan la p¨¦rdida de los dos esca?os y el descenso al 14,49% de la representaci¨®n del electorado vasco, entre otras razones, al "baj¨®n experimentado en el accionar armado a lo largo de los ¨²ltimos meses".
Durante este tiempo, esos sectores de KAS, que tan celosamente se aplican a la tarea de recomponer una nueva imagen de HB han estado a?orando soterradamente "la recomposici¨®n de la organizaci¨®n armada", mientras trataban de interferir las iniciativas de aquellos que plantean la suspensi¨®n formal de la actividad terrorista como paso previo al inicio del di¨¢logo pol¨ªtico.
Como siempre en la historia de ETA, parece imponerse el grupo de quienes, instalados en la ortodoxia y el sectarismo, se oponen a cualquier salida pragm¨¢tica, por decorosa que sea, invocan la necesidad de "negociar desde una posici¨®n de fuerza" para arruinar las posibilidades de cualquier salida intermedia y reconducir la pugna interna a sus consabidos cauces.
Sostienen, en un gui?o de complicidad dirigido a vencer las tibiezas internas y a levantar la alica¨ªda moral de los casi 600 etarras presos, que la alarma social provocada por los atentados forzar¨¢ al Gobierno a recapitular y que no hay acci¨®n que no se contabilice en su haber a la hora de afrontar la "tan ansiada negociaci¨®n".
El efecto de la masacre
La experiencia parece demostrar, sin embargo, que el resultado de este juego macabro, es el alejamiento de cualquier salida dialogada, por m¨¢s que estos sectores de KAS establezcan c¨ªnica y desvergonzadamente en sus escritos internos una relaci¨®n de causa-efecto entre una de las pasadas masacres de ETA y la celeridad con que los representantes gubernamentales retomaron en aquella ocasi¨®n los contactos en Argel.Las gestiones realizadas por organizaciones pacifistas que tratan de mediar discretamente entre las formaciones pol¨ªticas vascas a la b¨²squeda de una salida razonable, s¨®lo merecen para ellos comentarios despectivos. De la misma manera, que aferrados a la coartada de "la firmeza de sus convicciones" ignoran y denostan ol¨ªmpicamente la generosidad y las ansias de reconciliaci¨®n de los partidos democr¨¢ticos y de la sociedad vasca.
Su obsesi¨®n es devolver a ETA el protagonismo que tuvo, es cortar el proceso de desafecci¨®n que mina tambi¨¦n sus filas, es evitar que la sociedad se habitue a vivir sin la organizaci¨®n terrorista. Nada mejor que Madrid, en plenas conversaciones para la formaci¨®n del Gobierno para recuperar presencia, para invertir, una vez m¨¢s, el equ¨ªvoco que identifica absurdamente debilidad organizativa con imposibilidad material de nuevos atentados.
El regreso del coche-bomba
El regreso del coche-bomba se produce en un momento en el que, pese al asesinato el pasado d¨ªa 3 del heroin¨®mano y peque?o traficante, ?ngel Gonz¨¢lez Sabino, la distensi¨®n y el clima de di¨¢logo parec¨ªa abrirse paso desde Euskadi, hasta el punto de que la posibilidad de la tregua hab¨ªa vuelto nuevamente a ser invocada. Ayer mismo, los medios de informaci¨®n se hac¨ªan eco de la carta remitida a ETA por Elkarri, una asociaci¨®n surgida por iniciativa de antiguos miembros de HB, que se propone activar una salida consensuada a la violencia pol¨ªtica.Aunque la iniciativa de Elkarri es vista con recelo por buena parte de las formaciones vascas, en la medida que equipara a las dos partes en conflicto, su propio lenguage contribu¨ªa a ese clima de normalidad que ha ido fragu¨¢ndose durante los dos meses de inactividad terrorista.
El propio comunicado de ETA del pasado d¨ªa 31 de mayo, estaba escrito en un tono de moderaci¨®n tal -"en adelante, no nos vamos a cansar de dar las pruebas necesarias para demostrar nuestra voluntad de lograr la paz"- que el asesinato, dos d¨ªas despu¨¦s, de ?ngel Gonz¨¢lez Sabino fue interpetado por algunos pol¨ªticos vascos como "la respuesta" a su te¨®rica direcci¨®n del comando que opera en la comarca de San Sebasti¨¢n.
Ese grupo se ha caracterizado por intervenir cuando la. posibilidad de la tregua y la reapertura del di¨¢logo parec¨ªa cercana.
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