?Qui¨¦n defender¨¢ las zonas de seguridad?

Los Doce se comprometen en sus conclusiones a "responder favorablemente a la petici¨®n del secretario general de la ONU de hombres y financiaci¨®n" para aplicar la resoluci¨®n 836 del Consejo de Seguridad que crea en Bosnia seis zonas de segur?dad. La cumbre invita al resto de la comunidad internacional a hacer otro tanto.El presidente del Consejo Europeo y primer ministro dan¨¦s, Poul Nyrup Rasmussen, celebr¨® la decisi¨®n. "Es la primera vez que esta instancia se impone reaccionar a una solicitud" del secretario general de la ONU, Butros Gali, declar¨®. Vaticin¨® incluso que el env¨ªo de "hombres y dinero no es una cuesti¨®n de meses ni de semanas, sino de d¨ªas", pero ning¨²n l¨ªder europeo se atrevi¨® a dar una fecha l¨ªmite para la puesta en pr¨¢ctica de una protecci¨®n efectiva de los musulmanes, restando as¨ª credibilidad a su anuncio colectivo.

Las primeras reacciones entre los asistentes a la reuni¨®n comunitaria no confirman el optimismo de Rasmussen. Preguntado sobre si Espa?a podr¨ªa incrementar su contingente, Gonz¨¢lez contest¨®: "Estamos muy cerca del l¨ªmite de nuestras posibilidades. Lo he hecho ver con toda claridad". "Hay que hacer un mayor esfuerzo de reparto de la carga. Algunos todav¨ªa no han hecho el esfuerzo necesario", a?adi¨® sin se?alar a nadie.

En el mismo sentido se expres¨® el brit¨¢nico John Major, mientras que el presidente franc¨¦s, Fran?ois Mitterrand, dej¨®, en cambio, entrever la posibilidad de aumentar su contingente, que con 5.000 soldados es ya el m¨¢s numeroso, trasladando acaso a hombres desplegados en Croacia. El holand¨¦s Ruud Lubbers tambi¨¦n se mostr¨® dispuesto a a?adir hasta 400 soldados a sus efectivos en Bosnia.

El problema para Gali no es tanto de hombres (anunci¨® la semana pasada poder contar con los 7.500 cascos azules que necesita) sino econ¨®mico. El presupuesto de la ONU no da m¨¢s de s¨ª. Algunos de sus miembros pretenden que el nuevo despliegue en Bosnia sea financiado con contribuciones nacionales, como lo fue en sus or¨ªgenes hasta que Madrid, Par¨ªs y Londres lograron que la ONU lo costeara.