La obsesi¨®n por el problema
Desde ni?o Andrew Wiles trabaj¨® para resolver el ?ltimo Teorema de Fermat
(WT)El doctor Andrew Wiles, un hombre retra¨ªdo, apacible y de t¨ªmida sonrisa, trabaj¨® en secreto durante siete a?os para resolver el problema matem¨¢tico m¨¢s famoso de los ¨²ltimos tiempos: el ¨²ltimo teorema de Fermat. Un reto que desconcert¨® a los mejores matem¨¢ticos del mundo durante m¨¢s de 300 a?os.
Wiles anunci¨¦ la semana pasada que hab¨ªa comprobado el teorema. Esta haza?a lleva al profesor de 40 a?os de la Universidad de Princeton a la cima de su carrera y le coloca junto a los m¨¢s grandes matem¨¢ticos de la historia.
[El teorema se refiere a las ecuaciones del tipo xn+yn=zn. En el caso de n=2 resulta el familiar teorema de Pit¨¢goras sobre la re laci¨®n entre los catetos y la hipo tenusa de un tri¨¢ngulo rect¨¢ngulo. Seg¨²n Fermat, no existenso luciones a este tipo de ecuaciones cuando n es un n¨²mero entero ,superior a 21. En la primer entre vista que concedi¨® despu¨¦s de anunciar su logro, Wiles declar¨® que comprobar el teorema fue cuesti¨®n de estar en el lugar y en el momento justo, de estar obsesionado por el problema.
Desde los 10 a?os
Cuando ten¨ªa 10 a?os, Wiles descubri¨® en un libro de una biblioteca p¨²blica el ¨²ltimo teorema de Fermat. Con el tiempo olvid¨¦ el nombre y el t¨ªtulo del libro, pero la ecuaci¨®n nunca se le borr¨® de la mente. Desde entonces no pudo apartar la vista del problema y su flascinacion por resolverlo le llev¨® a estudiar matem¨¢ticas."Pas¨¦ mucho tiempo de mi adolescencia intentando probar el teorema", comenta Wiles, hijo de un te¨®logo de la Universidad de Oxford (Reino Unido). "El problema estuvo siempre en el fondo de mi mente, pero cuando llegu¨¦ a ser un matem¨¢tico profesional descubr¨ª que para resolverlo no bastaba el trabajo entusiasta de un quincea?ero".
Muchos matem¨¢ticos hab¨ªan intentado comprobar el teorema, y aunque nunca pudieron, consiguieron algunos avances. Hace unos 10 a?os Wiles conoci¨® los logros que en la cuesti¨®n consiguieron Frey y Ribets. Desde ese mismo d¨ªa, Wiles dedic¨® por completo su vida a probar el ¨²ltimo teorema de Fermat.
"Lo que consiguieron Frey y Ribet me convenci¨® de que el teorema era un problema que las matem¨¢ticas no pod¨ªan ignorar. Esto signific¨® para m¨ª que el problema estaba en camino de ser re suelto. Una vez que Pierre de tuve esta certeza, ya no pude dejarlo". Wiles se llev¨® su proyecto secreto a casa. En el tercer piso instal¨® una modesta oficina, solamente un peque?o bur¨® y un escritorio de madera frente a una ventana. No llev¨® ordenador ni puso tel¨¦fono. Necesitaba silencio en el ¨¢tico para poder trabajar.
"Si Wiles hubiera dicho que estaba resolviendo el teorema, muchos expertos lo hubieran llamado para trabajar con ¨¦l, pero quer¨ªa resolverlo por s¨ª mismo", dijo Simon Kochen, director del departamento de matem¨¢ticas de la Universidad de Princeton. S¨®lo una nemona conoc¨ªa el proyecto de Wiles, el doctor Nicholas Katz, que fue su segundo de a bordo y mantuvo siempre el secreto. "Mi vida se restringi¨® a mi trabajo y a mi familia", ha dicho Wiles. "No pens¨¦ dejar de trabajar en el problema; mi mente estaba en ¨¦l todo el tiempo. Una vez que est¨¢s realmente desesperado por encontrar la respuesta de algo, ya no puedes dejarlo".
Wiles present¨® su trabajo en tres sesiones durante un congreso de matem¨¢ticas celebrado en la Universidad de Cambridge (Reino Unido) la semana pasada, pero hasta la ¨²ltima conferencia no comunic¨® a sus colegas la gran noticia. Desde entonces, miles de felicitaciones le llegan a su oficina en la ciudad de Princeton, la misma en la que vivi¨® Albert Einstein.
Wiles regres¨® a casa el viernes para celebrar una fiesta y pasar el fin de semana con su esposa y sus peque?as hijas.
Probar el teorema fue para Wiles un alivio. "No me separ¨¦ del problema durante siete a?os, fue un trabajo d¨ªa a d¨ªa. Casi olvido la experiencia de despertar y pensar en otra cosa", indic¨®.
Es un poco triste resolver el ¨²ltimo teorema, dijo Wiles. "El problema marc¨® la vida de muchos te¨®ricos, siempre lo consideramos como un sue?o que nunca se har¨ªa realidad. Ahora sentimos que hemos perdido algo".
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