Indur¨¢in suelta una estampida en el pr¨®logo
El ciclista espa?ol saca ocho segundos a Zulle en los seis kil¨®metros de contrarreloj
Indur¨¢in apareci¨® por la ¨²ltima curva como un b¨®lido, veloz y bien sujeto al asfalto. No dio tiempo a los especialistas para comentar la buena actuaci¨®n de Chiappucci, que hab¨ªa cruzado la meta unos cuantos segundos antes. Su registro hab¨ªa sido extraordinariamente bueno dado que ayer se mov¨ªa en condiciones muy adversas (la tecnolog¨ªa punta desprecia su cuerpo menudo y por eso ¨¦l se disfraza con se?ales del pasado; frente a la fibra de carbono, nada m¨¢s insultante que el dibujo de un diablo). La televisi¨®n certific¨® mejor que cualquier comentario la actuaci¨®n del navarro. Una breve estampida de 20 segundos dej¨® al Tour donde estaba, hablando de Indur¨¢in a cada paso. Nada m¨¢s cruzar la meta, los cronistas se levantaron de sus asientos.
La sala de prensa qued¨® vac¨ªa en un santiam¨¦n. Nada hab¨ªa que comentar. Puede que Indur¨¢in sorprendiera ayer por su falta de cortes¨ªa, si es que verle ser el mas r¨¢pido provoca sorpresa. Hab¨ªa dado la impresi¨®n de no tener la intenci¨®n de ocupar el liderato desde el primer momento, m¨¢s que nada por abundar en su deseo de ser generoso con el pr¨®jimo, como quien quiere imponer una hegemon¨ªa de guante blanco y ha de advertirlo claramente. De hecho, el Banesto se hab¨ªa enzarzado semanas atr¨¢s en una discusi¨®n con los organizadores por su deseo de que Indur¨¢in no vistiera de amarillo en el pr¨®logo y pudiera lucir el maillot del equipo. Lo cierto es que ¨¦l mismo agot¨® de un plumazo es te debate menor. Si tanto se habla de la necesidad de una alianza en su contra, que sean sus enemigos los que le destronen.La pr¨®logo parece haber dejado de ser un acto protocolario. No hace mucho tiempo, los favoritos delegaban esta etapa en los especialistas del esfuerzo explosivo para que dieran rienda suelta a las ¨²ltimas novedades del mercado. Ellos se api?aban en unos cuantos segundos y esperaban a que la carrera comenzara formalmente en la carretera. Ahora es algo distinto. Zulle, Breukink, Rominger y Bugno tomaron partido por la pr¨®logo y lucieron las mejores galas de las firmas fabricantes. A su lado, algunos ilustres comienzan a parecer ciclistas anticuados. Tal fue el caso de Delgado o de Fignon, que dieron la sensaci¨®n de estar enfadados con su bicicleta. Delgado hizo un registro tan bochornoso que m¨¢s de uno se interrog¨® si no hab¨ªa vuelto a retrasarse al tomar la salida.
Las especulaciones
Superado el impulso inicial, el Tour se lanza a la carretera con todas sus interrogantes en el aire. El terreno para la especulaci¨®n es tan amplio como se quiera porque la lista de aspirantes est¨¢ inmaculada. El Tour no ha dicho todav¨ªa. su primera palabra, quien sabe cu¨¢nto tiempo tardar¨¢ en hacerlo. Hay espacio para que cada exponga su particular teor¨ªa sobre la inviolabilidad de Indur¨¢in, el personaje central, y a partir de ah¨ª despida argumentos a favor o en contra.
La unanimidad es un hecho: los cronistas de la carrera demandan un antagonista para el espa?ol. Chiappucci reclama ese papel unilateralmente mientras otros callan, prefieren esperar acontecimientos. Es curioso: Chiappiacci comienza su ataque antes de que la carrera comience. La ¨²nica diferencia respecto a otros a?os es la de que ha declarado a Rominger su principal aliado "porque es un atacante nato, como lo soy yo". ?Significa eso que: Chiappucci no se siente capaz de darle en solitario respuesta a Indur¨¢in?. Es parte del juego de la primera semana, el periodo m¨¢s imaginativo de la carrera, un espacio de tiempo que se mueve sin demasiadas realidades a la vista. Salvo, naturalmente, la evidencia de que Indur¨¢in pretende agotar su hegemon¨ªa lo m¨¢s cerca posible del pr¨®ximo siglo.
Todos son favoritos y ninguno es favorito, cada cual es libre de tomar posiciones. Hasta los franceses, que han pasado de ser fabricantes de l¨ªderes a producir fieles mayordomos para los grandes se?ores de la carrera, especulan estos d¨ªas con sus nuevos valores. Quien no quiere especular de momento es Indur¨¢in. ?Qu¨¦ habr¨¢ querido dar a entender con esta victoria? Dejen que durante la primera semana vuele la imaginaci¨®n.
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