Cabriolas y dinosaurios
La contemplaci¨®n de Super Mario Bros, la pen¨²ltima idea genial de la industria estadounidense, s¨®lo mueve a un par de preguntas. Una, materia para soci¨®logos, socioet¨®logos y ramas adyacentes, el porqu¨¦ de la dinoman¨ªa, el ¨²ltimo gadget de la inducci¨®n al consumo que se ha sacado alguien de la manga y que ya nos invade -y esperen, que cuando llegue Parque Jur¨¢sico se crear¨¢n incluso sectas reivindicativas que postular¨¢n la superior inteligencia de los dinosaurios-. Dos, mucho m¨¢s interesante y menos ef¨ªmera, cu¨¢l es el n¨²mero m¨ªnimo de ideas de gui¨®n imprescindibles para construir una ficci¨®n cinematogr¨¢fica.Se trata, este ¨²ltimo, de un aspecto interesante, toda vez que, llevados flor su innato empirismo, los ejecutivos estadounidenses parecen empe?ados desde hace tiempo, y por la v¨ªa de los hechos, en. una carrera en pos del m¨¢s preciado galard¨®n contempor¨¢neo: el premio al que logre hacer una pel¨ªcula empleando menos materia gris para imaginar su trama y m¨¢s para crear los efectos especiales que han de envolver -de ayudar a digerir- esa trama. No es un premio balad¨ª: se mide en millones de d¨®lares de recaudaci¨®n.
Super Mario Bros
Direcci¨®n: Rocky Morton y Annabel Jankel. Gui¨®n: Parker Bennett, Terry Runte y Ed Solornon. Fotografia: Dean Semler. M¨²sica: Alan Silvestri. Producci¨®n: Jake Eberts y Roland Joff¨¦, EE UU, 1993. Int¨¦rpretes: Bob Hoskins, John Leguizamo, Dennis Hopper, Sarnantha Mathis, Fisher Stevens. Estreno en Madrid: cines Santa M¨®nica, Alcal¨¢, Las Rozas, Albufera, Colombia, Majadahonda, Fuenlabrada, Valderas, Burgocentro, Royal, Olympo, Aluche.
Los efectos especiales son flojos: a pesar de ser confiados a dos notables especialistas del videoclip y la animaci¨®n por ordenador, Morton y Jankel, las peripecias de los dos esforzados expertos fontaneros se -adornan con pirotecnia de segunda.
Trama insolente
Lo realmente estremecedor de este juego de Nintendo hecho filme, nacido del inter¨¦s de un director metido a productor, Roland Joff¨¦, por los juegos de consola con que su hijo peque?o ocupa su tiempo, es que no hay en ¨¦l nada interesante.Claro que tendr¨¢ su p¨²blico, porque el hecho de que tres guionistas, tres, se dediquen -es un decir- a imaginar -otro decir- una trama insolvente e insolente no significa que el c¨¢lculo econ¨®mico que hay detr¨¢s sea errado: hay millones de ni?os que en todo nuestro reducido planeta juegan cada d¨ªa con el Nintendo de Mario Bros y que son carne de taquilla para un engendro de estas caracter¨ªsticas. ?Para cu¨¢ndo un respeto por las potencialidades imaginativas de los m¨¢s peque?os, esos que seguramente ser¨¢n el p¨²blico del filme? ?Es que hacer una pel¨ªcula para ni?os tiene que ser sin¨®nimo de violencia espectacular, efectos especiales, pirotecnia vac¨ªa? Y lo peor est¨¢ en la certeza del ¨²ltimo plano: Super Mario Bros tendr¨¢ una continuaci¨®n.
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