Francia busca ideas para recuperar su orgullo
La buena salud econ¨®mica de la carrera y la crisis del ciclismo local plantean el retorno a los equipos nacionales
Al mayor espect¨¢culo deportivo gratuito del mundo le duele una espina: la contradicci¨®n de disfrutar de una inmejorable salud econ¨®mica, con 3.500 millones anuales de presupuesto, y sufrir la aguda crisis del ciclismo franc¨¦s, que ha amputado hasta 39 el n¨²mero de corredores locales en carrera, todos ellos gregarios.La Sociedad del Tour de Francia tiene previsto efectuar el pr¨®ximo oto?o un sondeo de opini¨®n para conocer la actitud de los franceses hacia una reimplantaci¨®n de los equipos nacionales. La idea, expuesta como una posible soluci¨®n a medio plazo por el presidente del Tour, Jean-Pierre Carenso, es de dificil aplicaci¨®n: ?qui¨¦n pagar¨ªa a esas selecciones nacionales? ?C¨®mo convencer a las firmas patrocinadoras de que deben limpiar su nombre del lomo de sus corredores durante el mes m¨¢s importante del ciclismo?
"Todo lo que da?a al ciclismo nos da?a a nosotros. En un contexto econ¨®mico dif¨ªcil, una de las soluciones a medio plazo podr¨ªa ser la vuelta a los equipos nacionales. Durante tres semanas las firmas patrocinadoras abandonar¨ªan sus colores, ?pero c¨®mo hacerlo sin que sufran un perjuicio?", pregunta Jean-Pierre Carenso.
No es el ¨²nico que propone la f¨®rmula de anta?o. Marcel Bidot, vieja gloria del ciclismo franc¨¦s y director deportivo del equipo galo en la ¨¦poca de Bobet, Anquetil, Rivierez-y Poulidor, tambi¨¦n la defiende: "Los equipos nacionales acabaron por una cuesti¨®n de dinero y el ciclismo perdi¨® parte de su romanticismo. Los que eran favorables al cambio piden hoy retomar a la vieja f¨®rmula".
En el mismo paquete se encuentra el director del Tour, Jean-Pierre Leblanc, que explica as¨ª el proyecto: "A causa de los problemas de patrocinio que encuentra el ciclismo en Francia y en otros pa¨ªses existe un problema de identificaci¨®n entre los corredores y el p¨²blico. Muchos uniformes no son m¨¢s que un cartel publicitario repleto de marcas. Si a esto unimos los cascos y las gafas, la realidad es que el aficionado no reconoce a nadie en el pelot¨®n. Con los equipos nacionales ser¨ªa distinto, pero habr¨ªa que convencer a los grupos deportivos, darles compensaciones para que apoyaran un proyecto que, en todo caso, s¨®lo se har¨ªa cada cuatro a?os".
Sangrante realidad
Leblanc confirm¨® que la Sociedad Tour de Francia realizar¨¢ anuncios televisivos sobre el tema y llevar¨¢ a cabo un sondeo entre aficionados.
La crisis econ¨®mica en el ciclismo mundial es una sangrante realidad. Espa?a e Italia sobreviven en un contexto desnaturalizado por el monopolio de Miguel Indur¨¢in, Claudio Chiappucci y Gianni Bugno en las grandes pruebas por etapas. M¨¢s all¨¢ de ellos, el p¨¢ramo: B¨¦lgica, Holanda y Francia, tres pa¨ªses de incomparable tradici¨®n ciclista, sufren como pocos la desaparici¨®n de equipos y la ausencia de una figura de calibre. Suiza, cuna de dos campeones en plena vigencia como Tony Rominger y Alex Z¨¹lle, carece de equipos profesionales.
Pese a ello, el Tour tiene la salud de un ni?o. Al contrario que otras competiciones viciadas por las exigencias e sus financiadores, el Tour custodia con af¨¢n la credibilidad de la carrera. En cinco a?os ronda francesa ha reducido 52 a 15 su n¨²mero de patrocinadores y ha limitado hasta 80 los veh¨ªculos de la caravana publicitaria. Todo ello con un objetivo: simplificar la fiesta sin vulnerar su atractivo comercial. "La carrera ha de mantener su esencia. No olvidemos que somos los depositarios de la leyenda", afirma Leblanc.
La 80? edici¨®n del Tour tiene un presupuesto de 3.500 millones de pesetas, cifra que se ha visto multiplicada por ocho en los ¨²ltimos 10 a?os, y unos beneficios de 800 millones.
Los tres patrocinadores principales (Cr¨¦dit Lyonnais, Coca-Cola y Fiat) aportan 300 millones de pesetas cada uno. PMU y Magazins Champion, dos patrocinadores de menor rango, contribuyen con 100 millones, mientras que otras 10 sociedades entregan entre 20 millones y 40. La caravana publicitaria pone en manos de la organizaci¨®n unos 180 millones de pesetas. Las ciudades de etapa, cuya lista de espera alcanza los tres a?os, producen unos 400 millones. Acoger una salida cuesta cuatro millones; la llegada, ocho; y ambas cosas, doce millones. La pr¨®logo se cotiza algo m¨¢s cara: 100 millones de pesetas. Par¨ªs paga menos por la meta de los Campos El¨ªseos: 12 millones.
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