"Comediants, Tricicle y La Fura son circo puro"
Arturo Castilla tiene cierta r¨¦mora en confesar sus a?os -76-, aunque el circo le ha dado esa mirada juvenil que luce cuando posa al lado de Pinito del Oro, que tantas veces vol¨® en su circo Price. Ahora viste un terno color crema, gafas de oficinista y un mech¨®n blanco en la cabeza. Hace m¨¢s de 50 a?os, don Arturo, ahora impulsor del futuro circo estable de M¨¦ndez Alvaro, era un payaso de peluca rubia, nariz asalmonada y botas inmensas. uno de los hermanos Cape, famosos por tocar 24 instrumentos entre todos. Luego cas¨® con una mujer de la familia Feijoo, propietaria del circo Price, y acab¨® dirigi¨¦ndolo hasta 1970, cuando los terrenos se revalorizaron y se con virtieron en una tentaci¨®n para el arrendador.Cinco empresarios, entre ellos el c¨®mico Emilio Arag¨®n, est¨¢n detr¨¢s de Circos Asociados, la entidad concesionaria del circo estable, retrasado desde 1989, y que preside el propio Castilla. Cuando un hombre con chistera vuelva a decir aquello de se?oras y se?ores, ni?os y ni?as, bienvenidos al mayor espect¨¢culo del mundo, ser¨¢ diciembre de 1994. Y entonces el viejo payaso se ir¨¢ a su casa con el esp¨ªritu en paz.
Pregunta. ?Que significa para usted el convenio que ha firmado con el Ayuntamiento para la ubicaci¨®n del circo estable?
Respuesta. El fin de una larga etapa de vicisitudes, y de luchas que han sido muy duras. Se han despejado todas las dudas y el camino se allana mucho m¨¢s para que Madrid tenga un circo estable. Que luna empresa privada tenga un circo estable es un lujo imposible. Hemos tratado de que el terreno del nuevo circo de Madrid sea municipal, con objeto de que en el futuro no se especule y eso siga siendo el circo estable de Madrid. Hemos conseguido convencer a las instituciones de ello.
P. ?Cu¨¢nto dinero le va a costar?
R. A m¨ª no creo que me cueste mucho, porque soy uno m¨¢s de los muchos que van a aportar su granito de arena. Hay muchas instituciones que van a colaborar. Ya hay varias propuestas de empresas, de particulares, que quieren estar presentes en la construcci¨®n.
P. ?Pero cu¨¢nto va a costar?
R. Un m¨ªnimo de 1.500 millones.
P. ?Y ya tiene el dinero?
R. Eso y mucho m¨¢s, por si las moscas.
P. ?Son tan f¨¢ciles de conseguir 1.500 millones?
R. Lo dice usted con cara de pena. Yo conf¨ªo en el pueblo de Madrid. Si no hay 1.500 millones, alguien har¨¢ el milagro. Qui¨¦n, no lo s¨¦. La vida est¨¢ llena de hechos anecd¨®ticos, como la catedral de la Almudena. No hab¨ªa dinero y se termin¨®. De entrada, ya tenemos la propuesta de las cajas deahorro para dar los cr¨¦ditos. La empresa est¨¢ abierta a participaciones, con compensaciones de tipo publicitario.
P. Es que da la impresi¨®n de que el circo ya no da para vivir.
R. El circo Price ha sido rentable 100 a?os, y si no llega a ser porque creci¨® tanto el valor del suelo, habr¨ªa seguido de pie. Lo que no puede ser rentable es que se mantenga exclusivamente como circo. El circo tiene unas temporadas, como las tienen la ¨®pera, los toros o el f¨²tbol. El circo permanente tiene una temporada, en invierno, hasta las fiestas de carnaval. El local, siendo polivalente, permite, como el Price en sus tiempos, cubrir el resto del a?o con otros espect¨¢culos que encajan dentro de la estructura (conciertos, festivales o recitales).
P. En plena ¨¦poca electr¨®nica, ?le va a llamar tanto la atenci¨®n a un ni?o de los noventa el circo como antes?
R. Desde que desapareci¨® el circo Price la realidad es que los ni?os no han visto m¨¢s que el circo de carpa, que es muy digno, pero el permanente prefiere otros elementos art¨ªsticos, como los caballos de alta escuela o trapecistas maravillosos, de Corea o Rusia, que no pueden trabajar bajo una carpa porque no tienen sitio suficiente para sus piruetas. Todo eso ha faltado en Madrid.
P. Adem¨¢s del circo, con 3.000 personas de aforo, ?que habr¨¢ en el museo que est¨¢ previsto?
R. El traje de Pinito del Oro, el de los payasos Pompoff y Teddy, de Rico y Alex, trapecios, fotograf¨ªas, carteles, libros...
P. ?Qu¨¦ recuerda de la ¨²ltima funci¨®n del Price?
R. Es uno de los tres momentos que no se me olvidar¨¢n nunca. Uno de ellos fue la vuelta a Madrid de Ponpoff y Teddy, unos payasos muy c¨¦lebres en Madrid que llevaban 17 a?os en Am¨¦rica. Vinieron en 1968. Llor¨® todo el mundo, porque ver a unos se?ores octogenarios besando el suelo de la pista... El otro fue la despedida de Charlie Rivel, el payaso catal¨¢n casi desconocido en Espa?a. Y el ¨²ltimo d¨ªa del Price, cuando se despidi¨® Pinito del Oro. Fue una tarde muy lloriquera. Mary Santpere, que trabajaba con nosotros, estaba guap¨ªsima y al final le cort¨® unos rizos a Pinito. Los guardamos en una cajita de plata y estar¨¢n en el museo.
P. En la ¨¦poca dorada del Price, hab¨ªa miles de circos.
R. En Europa sigue habiendo muchos. En Espa?a, desde que desapareci¨® el Price, el espect¨¢culo ha deca¨ªdo. Para revitalizarlo es necesario que tenga su sede en Madrid. Habr¨¢ una escuela.
P. ?No le da miedo que el circo, al final, se muera?
R. Mire usted, yo pienso en las personas de 40 a?os para arriba, que eran los ni?os que iban al Price. Todos le dir¨¢n que sus momentos m¨¢s felices estuvieron en el circo. Todos los de 40 a?os van a ir, y los ni?os tambi¨¦n. Cuando hay espect¨¢culos de verdad, la gente va. Los que hemos vivido en el circo sabemos de qu¨¦ est¨¢ necesitada la calle. El p¨²blico quiere que le reciban con una sonrisa, que no sean circos an¨®nimos. Cuando todo eso se da, la gente va y no se queda en casa. ?No van a ver a la Fura dels Baus? ?No van a ver a Els Comediants? Ellos dicen que son puro circo, que vienen del circo.
P. ?Usted les ha visto?
R. S¨ª, por Dios, soy gran admirador suyo. Y el Tricicle, ?no va la gente a verlos? Si llenan todos los teatros aqu¨ª y en el extranjero. En su fuero interno, son circo puro. Pues todo eso es lo que hay que dar a trav¨¦s del circo.
P. ?Les va a contratar en el circo de Madrid?
R. Y si no, inventaremos otra Fura, desde luego. Hay que ir por esa l¨ªnea, sin perder la tradici¨®n y la pureza del circo, pero hay que renovarlo porque lo pide una sociedad que est¨¢ cambiando constantemente.
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