Espejismo
Como el calor aprieta, ya est¨¢n aqu¨ª los espejismos. Tiemblan en el aire, ante nosotros, poni¨¦ndolo todo perdido de alucinaciones. Ahora contemplen, por favor, con atenci¨®n esa gelatina a¨¦rea y aleteante que nos tapa la vista: ?no se dir¨ªa acaso que parece talmente Alfonso Guerra? S¨ª; sin duda, este espejismo caprichoso ha adquirido la forma y el color de don Alfonso en trance de proclamar que ¨¦l es de izquierdas.Bastante desgracia tenemos ya los que intentamos considerarnos progresistas con todo lo que est¨¢ pasando ¨²ltimamente. Y no hablo, por supuesto, del hundimiento de los reg¨ªmenes totalitarios, que eso fue una alegr¨ªa. No; hablo de las corruptelas que est¨¢n salpicando a los Gobiernos socialistas de todo el mundo (a los democristianos, adem¨¢s de descubrirles robos, les est¨¢ saliendo tambi¨¦n alg¨²n que otro asesinato, pero eso, la verdad, no me consuela nada); y del resurgimiento de un nuevo nazismo, que se extiende por Europa a sangre y fuego; y de lo dividida y amilanada que est¨¢ la izquierda. Ya digo, bastante desgracia tenemos como para que encima venga ahora Guerra haci¨¦ndose pasar por la izquierda del PSOE. Pero, hombre, si es el mismo don Alfonso que ha estado mangoneando hasta ayer dentro del partido y hasta anteayer dentro del Gobierno, o sea, que sabemos c¨®mo act¨²a, c¨®mo es, qu¨¦ pol¨ªtica hace, lo poco que le gusta la libertad de expresi¨®n dentro del PSOE (fuera me parece que tampoco) y lo mucho que se ha resistido a ofrecer una gesti¨®n transparente: no me parece que ¨¦sa sea una trayectoria precisamente progresista. Pero nada, ah¨ª est¨¢ don Alfonso desfilando de perfil en el vibr¨¢til espejismo de esta pesadilla de verano, junto con sus comisarios pol¨ªticos, su hermano Juan y el caballo de su ni?o, todos ense?¨¢ndonos a la ciudadan¨ªa lo que es ser de izquierdas. Estamos acabados.
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