Carmen Alborch: "Reanimar¨¦ la cultura de los 90"
La nueva ministra tiene como primer objetivo el est¨ªmulo del sector audiovisual
Convencida de que ha sido elegida para ocupar el Ministerio de Cultura tanto por su prestigio como directora del Instituto Valenciano de Axte Moderno como por su talanterompedor, Carmen Alborch, valenciana de 45 a?os, dedic¨® la jornada de ayer a conocer al equipo que deja Jordi Sol¨¦ Tura y a explicar a los medios de comunicaci¨®n cu¨¢les son sus preocupaciones m¨¢s inmediatas. Todoello, despu¨¦s de prometer su cargo y de iniciar su adaptaci¨®n a una nueva forma de vida marcada por los actos oficiales, los escoltas y los coches blindados. "Voy a reanimar la cultura de los noventa", dice.
"No tengo claro qui¨¦n me ha avalado ante el presidente para ser ministra de Cultura, aunque s¨¦ que ¨¦l ten¨ªa buenos informes m¨ªos. La primera conversaci¨®n personal se produjo el pasado lunes, hacia la 1.30, cuando me llam¨® a mi despacho del IVAM. Supongo que daba el perfil de la persona que se buscaba: soy mujer, independiente y tengo un talante no s¨®lo moderno, sino luchador, algo que en tiempos como ¨¦stos creo que hay que valorar mucho". Carmen Alborch estaba ayer tan comunicativa como cauta, y en todo momento alarde¨® de una independencia pol¨ªtica nunca rota con la militancia partidista. Ni siquiera por el amiguismo pol¨ªtico, hasta el punto de que cuando un periodista pregunt¨® por la efusiva felicitaci¨®n de Alfonso Guerra tras la toma de posesi¨®n, Alborch respondi¨® sin inmutarse: "No le conozco de nada. Soy de provincias".El talante rompedor y moderno parece ser la aportaci¨®n m¨¢s clara que la ministra trae a Madrid. "Mi car¨¢cter no es nada deliberado o estudiado. Cada uno tenemos unas caracter¨ªsticas personales. Y soy moderna en el sentido de no tener prejuicios, de ser poco o nada dogm¨¢tica, de estar dispuesta a conocer las cosas. Y es una actitud tanto profesional corno personal porque es dif¨ªcil desligarte como individuo de tu trabajo".
Alborch prefiri¨® no entrar ayer en los temas que deja pendientes el anterior equipo ("no puedo hablar del Teatro Real porque no he estudiado el tema. No me quiero desdecir en 10 d¨ªas"), aunque aventur¨® alg¨²n planteamiento diferente a los ya dados a conocer por el equipo de Sol¨¦ Tura. Sobre la Ley del Mecenazgo afirm¨® que en el proyecto existente hay puntos que hay que corregir. "He sido galerista y conozco perfectamente los problemas del coleccionismo. Hay que fomentar la actividad art¨ªstica e incentivar a los galeristas".Talante luchador
Positiva Y optimista, Alborch rest¨® importancia al hecho de contar con un escaso presupuesto. "Desconozco la cantidad de la que dispondremos, pero todos tenemos que tener claro que estamos en tiempos dif¨ªciles y hay que ser muy solidario. Creo que mi talante luchador encaja bien en esta situaci¨®n porque vivimos unos momentos en los que la imaginaci¨®n tiene una importancia vital, y para mantener viva la imaginaci¨®n tenemos que estar en la calle. Ver lo que se hace y tener mucho cuidado para no quedar desconectados de la realidad".
La b¨²squeda de recursos m¨¢s inmediata, va a estar destinada al sector audiovisual. Alborch, gran amante del cine, al que define como bien cultural, cree que no basta la pol¨ªtica de subvenciones, sino que hay que obligar a otros ministerios a trabajar para que este sector resurja con la fuerza que le corresponde.La nueva ministra advierte que en estos pr¨®ximos d¨ªas organizar¨¢ su propio equipo, con algunos de sus colaboradores del IVAM, aunque asegura que no habr¨¢ cambios dr¨¢sticos en el actual equipo ministerial. "No he decidido nombramientos. Lo que tengo claro es que vengo dispuesta a no parar mucho. Tengo la suerte de trabajar en lo que m¨¢s me gusta: el mundo de la cultura es apasionante y algo que nos corresponde a todos, por eso soy a veces infatigable y pido el mismo entusiasmo. Conf¨ªo mucho en el trabajo en equipo porque ¨¦se ha sido el ¨¦xito del IVAM. Cada miembro tiene que aumir sus responsabilidades y yo no tendr¨¦ que hacer de vigilante, sino de una coordinadora que atiende todas las propuestas".
El hecho de que, aunque jurista de formaci¨®n, haya dedicado gran parte de su actividad al mundo del arte no significa que vayan a quedar hu¨¦rfanos los de m¨¢s sectores culturales. "Es l¨®gico que en un mundo que conoces haya una relaci¨®n m¨¢s intensa y que sus necesidades me salten m¨¢s a la vista. Pero, adem¨¢s, me preocupa el mundo del cine, del libro, de la danza y del teatro. Cada uno de ellos va a ser estudiado con la m¨¢xima atenci¨®n".Museo del Prado
En ese campo art¨ªstico, reconoce su debilidad por el Museo del Prado. Cree que es urgente su ampliaci¨®n al Ministerio de Agricultura y declina pronunciarse sobre el actual proyecto de ampliaci¨®n con el argumento de que no conoce al detalle el proyecto. "Cuando pueda estudiarlo me pronunciar¨¦. Que nadie se preocupe, porque jam¨¢s me he reservado una opini¨®n". En este campo, s¨®lo admite pronunciarse sobre la gratuidad de las entradas a los museos. Alborch dice ser partidaria de que se cobre un precio simb¨®lico y de que luego se apliquen todos los incentivos necesarios. "En el IVAM no cobramos entrada los domingos, los d¨ªas de m¨¢s visita, algo que me parece una buena medida. Tambi¨¦n hay que abaratar el precio a los mayores, a los estudiantes, etc¨¦tera. Han de ser medidas suficientes para que nadie deje de entrar en un museo por falta de dinero".
Cultura es un ministerio sobre el que peri¨®dicamente pesa la amenaza de su desaparici¨®n. La transferencia de competencias culturales a las comunidades aut¨®nomas hace que su actividad se haya reducido dr¨¢sticamente en los ¨²ltimos a?os. El mismo Sol¨¦ Tura lo reconoc¨ªa ayer durante el acto del relevo al bromear con que no hab¨ªa muchos poderes que traspasar. Para Alborch, esta situaci¨®n no equivale a p¨¦rdida de poder. "La conexi¨®n entre la pol¨ªtica cultural de las autonom¨ªas es muy importante, y yo, que vengo de una de estas comunidades, soy especialmente sensible a un tema en el que hay mucho por hacer. La cultura espa?ola es la suma de las culturas de las diferentes comunidades y, por ello, la colaboraci¨®n e intercambio han de ser muy importantes".
Mientras pone en marcha el nuevo equipo, Alborch trata de organizar su nueva vida, muy distinta a la que llevaba en Valencia. Aunque se repite a s¨ª misma que es inevitable ir siempre acompa?ada de un m¨ªnimo de dos escoltas y desplazarse en coche oficial, asegura que no est¨¢ dispuesta a perderse nada de lo que ocurra en la calle. Desde el ¨²ltimo concierto de m¨²sica hasta el m¨¢s moderno antro de copas o las exposiciones que monten los m¨¢s j¨®venes artistas. "Ah¨ª he cogido siempre el pulso a la vida y as¨ª pienso seguir. No sabr¨ªa vivir de otra manera".
Pocos poderes y ning¨²n secreto que traspasar
"Hay pocos poderes que traspasar. Y, desde luego no hay ning¨²n secreto". Jordi Sol¨¦ Tura cumpl¨ªa ayer con estas palabras con el ritual del traspaso de cartera en un acto celebrado en la quinta planta del ministerio en el que se apretujaban un par de centenares de colaboradores y conocidas caras del mundo de la cultura. La concentraci¨®n era tal que en algunos rostros se confundian las lagrimillas de la emoci¨®n con los chorretornes de sudor. Y la presencia m¨¢s abundante o al menos jaranera por la satisfacci¨®n de la reci¨¦n llegada era la de los galeristas. Soledad Lorenzo, Carmen Gamarra, Isabel Garrigues, Elvira Mi?oni, celebraban que el ministerio est¨¦ ocupado por alguien a quien no tienen que explicar cu¨¢les son sus problemas. El nuevo estilo que Alborch promete llevar al Ministerio tambi¨¦n ten¨ªa impactados a Miguel Narros, Imanol Arias, Concha Velasco, Basilio Mart¨ªn Patino. Todos escucharon el discurso de agradecimiento del ministro saliente y la petici¨®n de colaboraci¨®n de la reci¨¦n llegada.
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