Adoptar a un ni?o en el Reino Unido costara unas 300.000 pesetas
La nueva ley, que cambia el sistema vigente, desata una fuerte pol¨¦mica
Las parejas brit¨¢nicas tendr¨¢n que pagar unas 300.000 pesetas si quieren adoptar a un ni?o. La aplicaci¨®n de un peaje econ¨®mico es la mayor novedad de la nueva ley de adopci¨®n en el Reino Unido, con la que se pretende acabar con la omnipotencia de los ayuntamientos y los asistentes sociales a la hora de decidir qui¨¦n merece un hijo y qui¨¦n no. Cuando se apruebe la ley, el a?o pr¨®ximo, ser¨¢ un juez quien decida.
El objetivo de este peaje es doble: recaudar fondos para financiar el papeleo (y, probablemente, aliviar las agon¨ªas de las arcas p¨²blicas) y acabar con las arbitrariedades. Pero la idea de la adopci¨®n contra reembolso no ha sido recibida con j¨²bilo. Los futuros padres tendr¨¢n que desembolsar unas 300.000 pesetas antes de materializar la adopci¨®n. Seg¨²n el Gobierno, el dinero se utilizar¨¢ para pagar el coste de los informes e investigaciones necesarios en el proceso de adopci¨®n. Los ni?os con minusval¨ªas estar¨¢n exentos de esa tasa.David Blunkett, portavoz laborista para asuntos de salud, afirm¨® que las propuestas de John Bowis, secretario de Estado de Salud, introducir¨ªan una "mentalidad contable" en el sistema de adopciones y las calific¨® de "inadmisibles". La nueva ley ha sido calificada de "Inmoral" por el sindicato de funcionarios Unison, para el cual "la idea de vender ni?os es repulsiva".
Hasta ahora eran las autoridades locales las que decid¨ªan cu¨¢ndo un ni?o deb¨ªa ser apartado de sus padres y ofrecerse para adopci¨®n. La decisi¨®n deb¨ªa ser refrendada por un juez, pero la sentencia sol¨ªa llegar cuando el ni?o estaba ya integrado en su nueva familia y la situaci¨®n era dificilmente reversible.
El poder concedido en este terreno a los ayuntamientos ha propiciado numerosos esc¨¢ndalos en los ¨²ltimos a?os. El m¨¢s c¨¦lebre de ellos fue el secuestro de todos los ni?os de una aldea escocesa por los servicios sociales del municipio, despu¨¦s de una falsa denuncia sobre la implicaci¨®n de todas las familias del pueblo en supuestas ceremonias sat¨¢nicas.
A partir de ahora, antes de que se formalice una adopci¨®n ser¨¢ imprescindible el visto bueno de un juez, ante el que podr¨¢n alegar los padres naturales del ni?o y ¨¦ste si es mayor de 12 a?os. La reforma pone fin al sistema de adopci¨®n establecido en 1958.
Los tr¨¢mites para adoptar a un ni?o pueden prolongarse ahora durante tres o cuatro a?os. En ese tiempo se comprueba que los futuros padres no tienen antecedentes penales, que gozan de buena salud tanto f¨ªsica como ps¨ªquica, y que pueden darle una educaci¨®n apropiada a su futuro hijo. Es en esa larga investigaci¨®n donde aparecen los problemas.
Son las autoridades locales las que deciden sobre las virtudes y defectos de los aspirantes a padres. Ello puede ocasionar que una pareja sea considerada ideal para adoptar a un ni?o en Manchester, pero que no tenga ninguna posibilidad de hacerlo en Londres (donde, como ejemplo, los fumadores no pueden adoptar). Es frecuente la arbitrariedad, ya que no existe ning¨²n recurso legal frente a la denegaci¨®n de adopci¨®n.
La edad, el color o la clase social de los futuros padres puede volverse en su contra cuando solicitan adoptar un ni?o. Algunos casos, como el de una pareja mixta de Norfolk, (noroeste de Inglaterra), han generado un considerable esc¨¢ndalo. ?l blanco y ella asi¨¢tica, quer¨ªan adoptar a un ni?o mestizo. Pero se rechaz¨® su solicitud, con el argumento de que desconoc¨ªan las dificultades de no ser blanco en Inglaterra. "Decir que una mujer asi¨¢tica no es adecuada para adoptar a un ni?o por desconocer los problemas raciales es absurdo", afirm¨® Jim Lawrence, el frustrado aspirante a padre.
Cada a?o se reciben m¨¢s de 100.000 solicitudes de adopci¨®n, aunque s¨®lo 7.000 ni?os pueden ser adoptados, por no haber m¨¢s disponibles.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.