Al borde de la barra

La portada de No mires atr¨¢s, nuevo trabajo de Burning por cortes¨ªa de su representante, ofrece una imagen costumbrista: la venerable pareja formada por Pepe Risi, Johnny C. marcan codo en barra de bar mientras echan el ojo a la rubia de turno. En m¨¢s de 20 a?os de paciente y admirable supervivencia, Burning nos ha hablado de las virtudes del copeo, de chicas que arrastran historias complicadas o de un origen macarra proclamado con orgullo. "En La Elipa nac¨ª y Las Ventas es mi reino", se dice con chuler¨ªa en Jim Dinamita para enmarcar el terreno de esta vieja banda madrile?a.En la sala esperaba un p¨²blico compuesto tanto por leales veteranos como por j¨®venes probablemente seducidos a ra¨ªz del disco en directo publicado hace dos a?os. La nueva versi¨®n de Las chicas del Drugstore abri¨® una velada un tanto irregular en su perfil musical. El planteamiento del repertorio no fue el id¨®neo: cuando alg¨²n cl¨¢sico arranca, la afici¨®n se entrega; en las nuevas composiciones, toca mantenerse a la expectativa. La reciente entrega discogr¨¢fica, iniciativa financiera propia tras breve estancia en multinacional, va a sumar algunas canciones para lo mejor de la cosecha Burning. De vicio, Weekend ola caribe?a Jam¨¢s te arrepentir¨¢s s¨®lo necesitan tiempo para codearse con sus temas de siempre, pero todav¨ªa no han entrado en el archivo popular.

Fue en el bis cuando la banda -m¨¢s reforzada que nunca por la suma de arm¨®nica, acorde¨®n, percusi¨®n, trompeta y voz femenina- atac¨® dos hondos recuerdos: el enamoramiento engatusado de Es especial y el sue?o delincuente de Esto es un atraco. Risi dedic¨® un an¨¢rquico Johnny B. Goode a ese "hijoputa de 65 a?os", en cruda pero afectuosa reverencia al padre del rock and roll, Chuck Berry. Burning puede mantener el estandarte de una trayectoria regida por mano coherente y honesta.