Castro desoye la petici¨®n de apertura de Gonz¨¢lez

A la tercera no fue la vencida. El jefe de Estado cubano, Fidel Castro, y el presidente del Gobierno espa?ol, Felipe Gonz¨¢lez, se entrevistaron ayer de madrugada, al margen de la III Cumbre Iberoamericana, por tercera vez en cuatro a?os. A pesar de la insistencia de su interlocutor espa?ol, Castro no dio la menor indicaci¨®n de que piense democrat¨ªzar su r¨¦gimen. En declaraciones a la prensa bras¨ªle?a, el l¨ªder cubano, s¨ª se mostr¨® en cambio dispuesto a mejorar sus relaciones con Estados Unidos e iniciar un di¨¢logo directo y sin precondiciones con Washington.

ENVIADOS ESPECIALESAntes de entrar en el hotel en que se hospedaba Gonz¨¢lez, Castro anticip¨® a la prensa que hablar¨ªa del vino de. jerez y del jam¨®n de jabugo. Dentro pidi¨® precisamente un jerez, pero el bar carec¨ªa de esa bebida y acab¨® tomando una manzanilla de Sanl¨²car de Barrameda por consejo del jefe del Gobierno espa?ol, que encarg¨® lo mismo.Como en sus anteriores encuentros -en Guadalajara (M¨¦xico) en julio de 1991, y en Brasilia en marzo de 1990-, Gonz¨¢lez no se anduvo por las ramas. Insisti¨® a su interlocutor en la urgente necesidad de insertar a Cuba en la corriente democr¨¢tica que recorre Am¨¦rica Latina y poner as¨ª fin al sufrimiento del pueblo cubano por la falta de libertades y, sobre todo, por la gran penuria econ¨®mica.

Como en las precedentes entrevistas, Castro hizo o¨ªdos sordos. Hubo, sin embargo, una diferencia importante. El coman dante dej¨® entrever que promover¨¢ una cierta apertura econ¨®mica, como la autorizaci¨®n a los cubanos de abrir cuentas en d¨®lares. "Pensarnos que no se establecer¨¢n l¨ªmites, siempre que sean bien adquiridos", declar¨® Castro. Desde junio, los cubanos pueden aceptar propinas en d¨®lares, lo que de hecho ven¨ªan haciendo desde hace a?os. "La gravedad de la crisis le obliga ahora a introducir d¨®sis homeop¨¢ticas de econom¨ªa de mercado", coment¨® un diplom¨¢tico.

Cambio econ¨®mico

El ministro espa?ol de Exteriores, Javier Solana, se encarg¨® de dar cuenta, a la prensa de la entrevista, pero dedic¨® m¨¢s tiempo a hacer valoraciones generales de la cumbre que a informar de lo tratado. "Siempre pensamos", acab¨® declarando a prop¨®sito de Cuba, "que unas transformaciones econ¨®micas tienen como consecuencia con el tiempo una transformaci¨®n pol¨ªtica".Pero Castro no dio a entender que proyecte la menor apertura pol¨ªtica cuando Gonz¨¢lez le habl¨® del disidente Elizardo S¨¢nchez, a qui¨¦n recibi¨® hace poco en la Moncloa. Tampoco cuando, en respuesta a una pregunta, el jefe del Gobierno espa?ol le recalc¨® que la Uni¨®n Europea se hac¨ªa entre pa¨ªses con sistemas pol¨ªticos democr¨¢ticos homologables, lo que no puede suceder en Latinoam¨¦rica porque existe la excepci¨®n cubana. Por lo dem¨¢s, Castro felicit¨® a Gonz¨¢lez por su ¨¦xito electoral en junio y le cont¨® que hab¨ªa visto por televisi¨®n los debates que mantuvo con Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar.

La entrevista fue, no obstante, algo menos cordial que las anteriores, seg¨²n algunos testigos del inicio de la charla. El Rey, en cambio, s¨ª brome¨® con Castro en m¨¢s de una ocasi¨®n por los pasillos del edificio que alberga la cumbre de Salvador, capital del Estado brasile?o de Bah¨ªa.

Fidel Castro, en declaraciones a la prensa brasile?a se?al¨® que estaba dispuesto a iniciar negociaciones directas con Estados Unidos. Y aunque se?al¨® que ese di¨¢logo deb¨ªa producirse sin precondiciones, dijo con pasi¨®n: "No negociaremos ni la revoluci¨®n, ni las conquistas del socialismo. Negocio hasta mi vida, pero no mi pa¨ªs".

Menem, el cr¨ªtico

El m¨¢s cr¨ªtico con Castro fue el presidente argentino, Carlos Menem, quien modific¨® su discurso en una l¨ªnea m¨¢s dura contra Cuba a ¨²ltima hora para a?adir: "Es intolerable que todav¨ªa existan reg¨ªmenes dictatoriales que destruyan en su dignidad y capacidad de trabajo al hombre".A su llegada a Bah¨ªa el mi¨¦rcoles, el presidente de Argentina, Carlos Menem, fue conciliador con Fidel Castro. Dos semanas antes hab¨ªa sido el primer jefe de Estado latinoamericano recibido por el presidente Bill Clinton en los jardines de la Casa Blanca y aparentaba querer jugar un papel mediador entre Cuba y Estados Unidos.

Fidel Castro no pidi¨® nada a Felipe Gonz¨¢lez, pero horas antes, en el discurso que pronunci¨® en la reuni¨®n plenaria de la cumbre, el l¨ªder cubano s¨ª solicit¨® "solidaridad a los hermanos de Am¨¦rica Latina".

El presidente saliente de Bolivia, Jaime Paz Zamora, pidi¨® la palabra al final de la sesi¨®n de ayer para contestarle. "Me permito pedir", dijo, "que Cuba se ayude a si misma ayund¨¢ndonos a ser plena y eficazmente solidarios con ella". De lo contrario "la solidaridad con Cuba ( ... ) es una solidaridad que se nos hace cada d¨ªa m¨¢s dif¨ªcil ejercerla", a?adi¨® el mandatario.