Tony Rominger da un golpe de efecto
Tony Rominger present¨® su candidatura para el Tour de 1994. Su victoria sobre Miguel Indur¨¢in en la contrarrelcj de Monthlery fue un verdadero golpe de efecto que servir¨¢ para alimentar un debate: ?qu¨¦ habr¨ªa pasado de no haber sido el suizo v¨ªctima de la contrarreloj por equipos un d¨ªa y de la inclemencia del tiempo otro? Su ¨¦xito le acerca al espa?ol. Tanto es as¨ª que sufri¨® un pinchazo como le sucedi¨® a Indur¨¢in en el lago de Madine. Esos 42 segundos dar¨¢n que hablar.
Salt¨® Rominger al asfalto sin complejos, con prisa. Persigui¨® resolver cuanto antes su maparticular con Zbnon Jaskula y Alvaro Mej¨ªa. Las primeras referencias sembraron su camino de excelentes perspectivas: s¨®lo un desfallecimiento imprevisto podr¨ªa apartarle del podio al lado del l¨ªder. Rominger lleva una semana compitiendo por su derecho a ser considerado como el principal rival del rey. Se despide de este Tour con tres victorias de etapa y unos cuantos argumentos en la mano para sembrar la discusi¨®n.
Rominger cree estar en condiciones de abrir el debate: gan¨® m¨¢s etapas que Indur¨¢in, estuvo a su lado en la monta?a y dej¨® en tablas el reparto de las contrarrelojes. Se siente igual de fuerte en los terrenos de la verdad. Su desgracia es que nunca lleg¨® a colocar en apuros al l¨ªder y que Indur¨¢in puede vanagloriarse de haber ganado este Tour con mayor comodidad que los dos anteriores. Rominger no ha sufrido el odio de Indur¨¢in. En cualquier caso, su victoria tiene iuri valor comercial evidente: ¨¦l y s¨®lo ¨¦l tiene la categor¨ªa de aspirante.,
Por su parte, Indur¨¢in - es quien dispone de -todos los datos. Rominger usa -argumentos, especula con el pasado, modifica el orden de los acontecimientos... Indur¨¢in maneja certezas. ?l sabe qu¨¦ es lo que pas¨® por su cabeza cuando, en el kil¨®metro 11, Eusebio Unzu¨¦ le comunic¨® que, por primera vez, alguien se atrev¨ªa a contestarle en su terreno favorito, allanaba su hegemon¨ªa en la contrarreloj. S¨®lo Indur¨¢in sabe si tom¨® la calculadora y maniobr¨® con la austera eficacia que le caracteriza. Indur¨¢in es indemne al sentimentalis mo en carrera: no necesitaba gas tar m¨¢s energ¨ªa de la precisa para derrotar nuevamente a quien ya estaba derrotado.
La actuaci¨®n de Rominger caus¨® el derrumbe inmediato de Mej¨ªa, trasladado al papel de v¨ªctima. El colombiano termin¨® desmoralizado y rebasado por Indur¨¢in en el ¨²ltimo kil¨®metro. Jaskula ech¨® genio y resisti¨® durante un buen n¨²mero de kil¨®metros. El podio reparti¨® justicia porque Mej¨ªa fue el ¨²nico de los candidatos que despreci¨® tomar alguna iniciativa.
La motivaci¨®n condujo a Rominger a un ¨¦xito doblemente satisfactorio. Su victoria ante Indur¨¢in se ha convertido en un punto de referencia indudable. Siempre se har¨¢ esa excepci¨®n en cualquier comentario sobre la inviolabilidad del l¨ªder y se citar¨¢ al suizo. Su contrarreloj fue a m¨¢s durante los primeros 42 kil¨®metros y aument¨® la diferencia respecto al espa?ol para sorpresa de los especialistas: 23 segundos (kil¨®metro 10,8), 45 (26), 1m 03s (42,5). Indur¨¢in reaccion¨® tarde y redujo esa distancia en 21 segundos durante los ¨²ltimos cinco, an¨¦cdota que pierde relieve debido a que en ese tramo Ron-iinger hubo de cambiar de bicicleta. La velocidad media de Rominger (50,495 kil¨®metros por hora) permite suponer que el espa?ol no estuvo, ni mucho menos, a su altura.
?Ha terminado Rominger m¨¢s sobrado de energ¨ªas que Indur¨¢in? He ah¨ª otra pregunta con trampa. Rominger ten¨ªa una cuenta pendiente y la necesidad de entregarse a fondo en una etapa que pod¨ªa ser le especialmente satisfactoria: nunca hab¨ªa terminado el Tour entre los primeros. Las circunstancias de Indur¨¢in eran diferentes.
El Tour certifica el predominio de la fuerza, el poder de los hombres capaces de utilizar los grandes desarrollos en todos los terrenos. Los especialistas quedan obsoletos. Indur¨¢in y Rominger han viajado en cabeza por el llano y las cuestas. Uno ha sido el verdadero dominador. El otro present¨® tarde su candidatura. No hay una rivalidad aplazada: Rominger tiene a¨²n que demostrar que puede colocar a Indur¨¢in en una posici¨®n delicada. Nadie lo ha hecho hasta ahora. Ayer no era el d¨ªa adecuado.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.