El sabio iconoclasta
El psiquiatra Thomas Szasz culpa al 'Estado terap¨¦utico' de "infantilizar" a la sociedad
Hay un proverbio h¨²ngaro que advierte: "Di la verdad y te aplastar¨¢n la cabeza". A los 73 a?os, Thomas Szasz contin¨²a desafi¨¢ndolo. Desde que, en 1961, conmocion¨® el mundo de la, psiquiatr¨ªa con la publicaci¨®n de El mito de la enfermedad mental, este sabio inclasificable e iconoclasta, nacido en Budapest y residente en Estados Unidos desde la juventud, no ha dejado de apostar su cabeza. Su ¨²ltima apuesta contra la. corriente general trata del derecho a las drogas, enmarcado en su cr¨ªtica del poder paternalista. "Las drogas", declara, "son como las brujas, son un chivo expiatorio".
A su paso por La Coru?a, donde dirigi¨® la pasada semana el. seminario Una mirada cr¨ªtica a la psiquiatr¨ªa, dentro de la Universidad Internacional Men,¨¦ndez Pelayo, Szasz; denunci¨® la creciente "infantilizaci¨®n "de la sociedad por esa especie de ogro paternalista que ¨¦l denomina el Estado terap¨¦utico, empe?ado en proteger a los ciudadanos de s¨ª mismos, y abog¨® como primera condici¨®n para una alternativa psiqui¨¢trica realmente humana por una radical separaci¨®n "entre Iglesia y Estado, es decir, entre psiquiatr¨ªa y poder".
Ser¨ªa incorrecto decir al modo t¨®pico que Thomas Szasz no reh¨²ye los asuntos tab¨²es o las cuestiones m¨¢s pol¨¦micas de la sociedad contempor¨¢nea. Al contrario, las busca. Son su especialidad. Este psiquiatra y catedr¨¢tico em¨¦rito de la State University de Nueva York hace suyo el lema de Samuel Butler: "Nunca escribo sobre tema alguno, salvo cuando creo equivocada la opini¨®n de quienes gozan de fe p¨²blica".
Cada libro de Szasz ha provocado una convulsi¨®n. De entire los traducidos al espa?ol, los m¨¢s recientes son El segundo pecado (Editorial Alcor, 1992), con pr¨®logo de Fernando Savater, y Nuestro derecho a las drogas (Editorial Anagrama, 1993), del que es traductor y prologuista Antonio Escohotado. Esta ¨²ltima obra la escribi¨® "porque el debate contempor¨¢neo sobre las drogas, el abuso de las drogas y la legalizaci¨®n de las drogas es un monumento a nuestra ignorancia colectiva y a nuestro deseo de olvidar".
'Semanticidio'
Al igual que hay suicidio, homicidio o genocidio, Szasz considera que deber¨ªamos hablar tambi¨¦n de semanticidio, del asesinato del lenguaje que ampara las nueva prohibiciones y supersticiones por parte del Estado terap¨¦utico y sus profesionales: psiquiatras, sacerdotes y pol¨ªticos. "Por ejemplo, es absurdo hablar de legalizar las drogas. El Gobierno puede prohibir, penalizar su consumo, o dejar que los individuos tomen sus propias decisiones en un libre mercado. Pero no es asunto de un Gobierno legalizar las drogas. Es como hablar de legalizar la hierba, los ¨¢rboles, las rosas o una herramienta potencialmente peligrosa como una motosierra. Las drogas, por s¨ª mismas, son algo neutro. Es el individuo el que debe saber que son sustancias potencialmente provechosas o potencialmente da?inas. Pero el Estado ha asumido el papel de proteger a la gente de s¨ª misma en lugar de protegerla de otra gente".
Tras el fin de la guerra fr¨ªa, la gran guerra de nuestros d¨ªas, con alcance planetario, es la guerra contra las drogas. En opini¨®n de Szasz, la situaci¨®n, lejos de solucionarse, se ha agravado porque el enfoque dominante es err¨®neo, y el lenguaje, enga?oso. "Hemos tratado de resolver nuestro problema con las drogas prohibiendo las drogas problema".?Y cu¨¢l es, entonces, nuestro problema?
Se equivocar¨ªa de principio a fin quien confundiera la personalidad de Szasz con la de un nuevo gur¨² o un inconsciente demagogo. Bien al contrario. El eje de su discurso es la responsabilidad, la autodeterminaci¨®n individual. El problema, la infantilizaci¨®n de la sociedad. "No hay cultura de la libertad sin cultura de la responsabilidad. Desde ese punto de vista, es absurdo encarcelar a una persona por estar en posesi¨®n de droga, pero tampoco tiene sentido que el haber consumido droga se considere un atenuante en delitos que afectan a otras personas".
?Pero por qu¨¦ ning¨²n Gobierno del mundo ha ensayado la no prohibici¨®n? "Las drogas son como las brujas. Ser¨ªa como pedir a un Gobierno cristiano, o jud¨ªo o religioso que legalizara a las brujas. Son chivos expiatorios. Son una especie de s¨ªmbolo supersticioso, un enemigo necesario para unir al grupo, a la sociedad. Es en la ¨²nica cosa en que est¨¢n completamente de acuerdo Jesse Jackson y Ronald Reagan".
En la mesa donde charlamos, alguien le pregunta qu¨¦ es la felicidad. Se queda pensativo, con esa mirada serena y un punto divertida que delata al ingenioso creador de aforismos: "El aburrimiento es la sensaci¨®n de que todo es una p¨¦rdida de tiempo; la serenidad, de que nada lo es". Finalmente responde: "No lo s¨¦". Szasz; explica que no deber¨ªamos dejarnos devorar por las def¨ªniciones totalitarias. "El mito dice que, si te deshaces del chivo expiatorio, todo ir¨¢ fenomenal, pero el mundo no es as¨ª... El hombre cree que Dios hizo al mundo para ser feliz y se comporta como si esa posibilidad existiese y que la culpa es de las interferencias, de los que son distintos... Los controladores explotan el miedo, le dicen a la gente: nosotros cuidaremos de ti. Como Hitler. Como Stalin. Por eso los mesi¨¢nicos arrastran multitudes, y la raz¨®n, s¨®lo individuos".
Simplezas aqu¨ª y all¨¢
M. R., Pocos han dicho y escrito cosas m¨¢s duras contra la psiquiatr¨ªa institucional y los psiquiatras que las que ha dicho y escrito Szasz, para quien es inadmisible que el diagn¨®stico de enfermedad mental pueda provocar la reclusi¨®n forzosa o el tratamiento involuntario de una persona. Pero tambi¨¦n ha criticado las simplezas y generalidades de la llamada antipsiquiatr¨ªa, resisti¨¦ndose a ser cabeza de cartel de este movimiento.
"Hay muchos psiquiatras que dicen la verdad, como hay muchos sacerdotes y peri¨®dicos que tambi¨¦n dicen la verdad. Hay gente que se casa y es feliz, y otra que no lo es. Y hay gente que ve la infelicidad de los casados a su alrededor y todav¨ªa quiere casarse".
Este ¨²ltimo ejemplo le hace entornar una sonrisa. Quiz¨¢ est¨¦ recordando otro de sus geniales aforismos: "Los psiquiatras inventan teor¨ªas complicadas para explicar por qu¨¦ las personas se casan y divorcian. Pero el significado de estos actos es bastante claro de por s¨ª. Lo que requiere una explicaci¨®n es por qu¨¦ los individuos permanecen casados".
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