Un Soro artista y ol¨¦
La m¨¢s que entonada y art¨ªstica actuaci¨®n de Antonio Ruiz, de apodo t¨¢urico Soro II, son¨® como flauta m¨¢gica que estremece las fibras sensibles y deja en el cerebro el fulgor de la belleza. El coletudo nada tiene que ver en sus maneras cl¨¢sicas, sazonadas por la inspiraci¨®n, con su hermano Vicente, el primer Soro, palad¨ªn del toreo de arrebatadora y heterodoxa traca valenciana, pero ayuno hasta el infinito de arte. Sin embargo, el fundador de la dinast¨ªa es figura y se harta a actuar todos los a?os, mientras su hermano anda canino y a la caza y captura de contratos.Los aficionados de buten, esos inasequibles al desaliento que no se pierden ni una y aguantan el fr¨ªo polar y el plomo derretido por el calor que era ayer la plaza, ya sab¨ªan de los arom¨¢ticos efluvios soristas (versi¨®n II), pues los albore¨® en sus tiempos de novillero. Ellos, aut¨¦nticos islotes sabios entre tanta turistada, se entregaron a sus largos y hondos naturales de seda, a los redondos profun dos como la mar oc¨¦ana, a los pases de pecho de pit¨®n a rabo y dando salida por el hombro contrario, a sus exquisitas trm cherillas, a sus perfectos pases de la firma, del desprecio y adornos varios; todos ellos ribeteados de sentimiento.
P¨¦rez / Mond¨¦jar, Soro II, Mart¨ªn
Dos toros de Antonio P¨¦rez de San Fernando (tres fueron rechazados en el reconocimiento), de discreta presencia y escasas fuerzas; 1?, manejable y noble, 3?, manso y con peligro. 4?, 5? y 6?, de Mart¨ªnez Benavides, con gran trap¨ªo y muy ofensivos; 5? y 6? noblotes y manejables, 4?, de feo estilo y gran peligro. 2?, sobrero de P¨¦rez Angoso (en sustituci¨®n de uno del hierro titular devuelto por inv¨¢lido), bronco. Antonio Mond¨¦jar: pinchazo y media baja a paso de banderillas (silencio); dos medias perpendiculares desprendidas y tres descabellos (silencio). Soro II, que confirmaba la alternativa: pinchazo sin soltar y media atravesada en el costillar (m¨¢s palmas que pitos); bajonazo (ligera petici¨®n y ovaci¨®n con algunos pitos). Pepe Luis Mart¨ªn: estocada ligeramente trasera y desprendida (silencio); pinchazo sin soltar, estocada corta atravesada, estocada ca¨ªda -aviso- y cinco descabellos (silencio).Plaza de Las Ventas, 1 de agosto. Poco m¨¢s de un tercio de entrada
Y siempre desde esa m¨¢xima pureza que significa cargar la suerte, someter los pitones alrededor de la cinturilla, rematar junto a la cadera y torear p'adentro. As¨ª se luci¨® en sus dos toros hasta que a ambos se les acabaron las fuerzas. Pero, ?ay!, los mat¨® de sendos bochornosos sartenazos en la zahurda y ech¨® un chafarrin¨®n sobre tan bellas obras, aunque las retinas de los espectadores, turistas ya incluidos, se marcharon del coso con tan impactantes im¨¢genes impresas para in saecula saeculorum.
A Mond¨¦jar le toc¨® en desgracia un lote de marrajos, dos infamias con astas que llevaban llanto en sus intenciones. El murciano, pese a lo poco que act¨²a, le ech¨® un incre¨ªble r¨ªo de testosterona que cascabele¨® con un valor seco, sereno y consciente. Annado de su muletilla, someti¨® y desenga?¨® a los boyancones porque se cruz¨® pisando con relajo y donosura terrenos comprometid¨ªsimos. Aunque queda la duda de si tan interesante, t¨¦cnica y bizarra tarde le servir¨¢ de algo en forma de nuevas contrataciones.
Pepe Luis Mart¨ªn tambi¨¦n se libr¨® como Dios le dio a entender de los hachazos del tercero, un mulo con cuernos de desconcertante y zigzagueante embestida. Al sexto, un cinque?o veleto de impresionantes defensas, le dibuj¨® algunos arabescos sueltos, en mezcolanza con cierto aceleramiento.
Babelia
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