La selecci¨®n argentina

Escribo esta carta para dar la raz¨®n a los numerosos profesionales de la informaci¨®n que se han lamentado de la victoria de la selecci¨®n argentina en la Copa Am¨¦rica, y a?adir algunas cuestiones. En primer lugar, todos los aficionados pudieron contemplar c¨®mo Argentina elimin¨® en la tanda de penaltis a Brasil y Colombia, pese a ser totalmente dominada por sus rivales, mejores futbol¨ªsticamente, pero con peor fortuna en la loter¨ªa de la pena m¨¢xima. Tambi¨¦n fue la fortuna, unida a notables dosis de marruller¨ªa, juego especulativo y catenaccio puro y duro lo que permiti¨® a Argentina llegar a la final del Mundial de Italia, tras dejar atr¨¢s a un Brasil y una Yugoslavia con 10 jugadores, que la tuvieron literalmente contra las cuerdas. Otra vez le salvaron los penaltis. Por desgracia, lo que deb¨ªa ser la gran final se vio enturbiada por la actitud destructiva de un equipo argentino que no se atrev¨ªa a pasar del medio campo y la violencia inexcusable de alguno de sus jugadores, castigada justamente. Y todo esto, sin comentar con detalle la forma con la que Argentina gan¨® su Mundial de 1978, con lo que en una calificaci¨®n moral se quedar¨ªa con un solo campeonato, el de M¨¦xico 86.-