El obispo Seti¨¦n

No me ha producido extra?eza que el obispo Seti¨¦n califique de injusta la pena impuesta por el Tribunal Supremo al cura se?or Trevi?o. Viene siendo normal que los responsables de una organizaci¨®n defiendan a sus afiliados, sobre todo si tienen cierta relevancia. - Me extra?a, eso s¨ª, que defienda, como entrecomilla su peri¨®dico, que "el derecho a actuar de acuerdo con los dictados de la conciencia ¨¦tica sea considerado y valorado como un aut¨¦ntico bien social que la sociedad debe defender jur¨ªdicamente, en armon¨ªa con otros bienes sociales". A los ciudadanos nos tranquilizar¨ªa que manifestase p¨²blicamente que esa misma posici¨®n la ha defendido en la Iglesia cat¨®lica respecto a la aplicaci¨®n de la conciencia ¨¦tica individual en el derecho a la eutanasia o al aborto, y que en caso de no haber obtenido ¨¦xito en esa defensa explicase las razones que le han impedido presentar la dimisi¨®n de su cargo, como suele ser normal en la sociedad civil cuando las decisiones collectivas son contrarias a las propuestas en que se cree firmemente. En caso contrario, deber¨ªamos entender que el se?or Seti¨¦n s¨®lo concibe el derecho a tener ¨¦tica como un privilegio de los miembros de su organizaci¨®n, y que sus cr¨ªticas al Parlamento y al Tribunal Supremo est¨¢n en la l¨ªnea anticonstitucional que pregonan los acogidos por el mando intermedio de su organizaci¨®n se?or Trevi?o, cuya conducta, con independencia de la condena procedente, concibo como ¨¦ticamente reprobable.-