El Vaticano participa por primera vez en una conferencia mundial para la unidad cristiana

Santiago de Compostela La Iglesia cat¨®lica romana participa por primera vez con una delegaci¨®n oficial en la conferencia Fe y Constituci¨®n, que organiza el Consejo Mundial de las Iglesias, organismo que promueve la unidad entre todos los cristianos, en Santiago de Compostela. A pesar de ello, las primeras sesiones han servido para constatar los obst¨¢culos con que tropieza el di¨¢logo ecum¨¦nico.Una organizadora, la te¨®loga anglicana Mary Tanner, admiti¨® que el ecumenismo est¨¢ "fr¨¢gil y desorientado", mientras el luterano Wolfhart Pannenberg ped¨ªa ayer "paciencia" a.los que buscan la unidad.

La asamblea de Santiago est¨¢ organizada por la Comisi¨®n de Fe y Constituci¨®n del Consejo Mundial de las Iglesias (CMI), un organismo con sede en Ginebra que engloba a 322 iglesias de todo el planeta. La ¨²ltima conferencia se celebr¨® hace 30 a?os en Montreal (Canad¨¢).La gran novedad de la reuni¨®n que se inici¨® esta semana en Santiago es la presencia, por primera vez, de una delegaci¨®n oficial del Vaticano. La Iglesia cat¨®lica se incorpor¨® al di¨¢logo ecum¨¦nico a partir de 1965, tras el Concilio Vaticano 11, fundamentalmente a trav¨¦s de comisiones mixtas de trabajo.

La participaci¨®n de la Iglesia cat¨®lica ha sido saludada por los organizadores como una prueba de que la conferencia de Santiago ha adquirido "un car¨¢cter m¨¢s universal". El cat¨®lico, profesor' y dominico canadiense Jean-Marie Tillard, miembro de la comisi¨®n organizadora, destac¨® que los cat¨®licos acuden a la conferencia con la intenci¨®n de "aprender y a la vez aportar algo" para profundizar en un di¨¢logo que "hasta ahora ha sido, a veces, algo subido de tono"."Fr¨¢gil y desorientado"

Pero a pesar de las buenas intenciones, los primeros debates han revelado las enormes dificultades con las que tropieza el di¨¢logo entre los 400 millones de cristianos de todo el mundo. En la sesi¨®n de apertura, Mary Tanner ya advirti¨® que el movimiento ecum¨¦nico llegaba a Santiago "fr¨¢gil y desorientado". "Todo parece indicar que partimos de premisas diferentes y que hacemos preguntas distintas acerca de los mismos textos. Estamos buscando m¨¢s convergencia de lo que nunca ser¨¢ posible", afirm¨®. .

A¨²n as¨ª, Tanner insisti¨® en que debe buscarse un acuerdo ', suficiente y necesario" y estableci¨® algunos de los puntos sobre los que puede centrarse la discusi¨®n: las cuestiones sobre la interpretaci¨®n de las Escrituras y la tradici¨®n, la relaci¨®n de la fe con el bautismo y la ordenaci¨®n sacerdotal de las mujeres, entre otras.

Sobre la incorporaci¨®n femenina al sacerdocio ya ha podido apreciarse la existencia de posturas divergentes. Mientras representantes del protestantismo reclamaban mayor participaci¨®n de la mujer en tareas eclesi¨¢sticas, el obispo ortodoxo Juan de P¨¦rgamo declar¨®: "Es una cuesti¨®n muy grave, una diferencia m¨¢s de las que ya tenemos, Y no hablo tanto de una cuesti¨®n teol¨®gica insalvable como de una cuesti¨®n psicol¨®gica, que exige un estudio teol¨®gico m¨¢s profundo

El te¨®logo luterano alem¨¢n Wolfhart Pannenberg tambi¨¦n se refiri¨® ayer a los "obst¨¢culos" que existen para conseguir que alg¨²n d¨ªa todos los cristianos celebren una eucarist¨ªa com¨²n. El proceso de unidad, seg¨²n Pannenberg, es "un camino muy largo, que para recorrerlo exige valent¨ªa, coraje y conflanza". Para ello, el te¨®logo alem¨¢n reclam¨® a los cristianos "paciencia", curiosamente un t¨¦rmino utilizado tambi¨¦n por el Papa Juan Pablo II en un saludo enviado por carta a la conferencia.

Mientras se desarrollan las discusiones teol¨®gicas, los delegados de los pa¨ªses del Tercer Mundo y de Latinoam¨¦rica tratan de introducir en el debate cuestiones sociales y pol¨ªticas. Los representantes latinoamericanos suscribieron una declaracion conjunta muy cr¨ªtica en la que se?alan que "no se puede hablar de comuni¨®n en t¨¦rminos puramente doctrinales, como si la Iglesia estuviese por encima del mundo y sus tragedias, ni como si no fuera Dart¨ªcip¨¦, y a veces hasta c¨®mplice, de todo esto". Los delegados latinoamericanos exigen la participaci¨®n de todos los cristianos "en los esfuerzos que buscan romper las barreras que separan a ricos y pobres".

En t¨¦rminos semejantes se expres¨® el arzobispo anglicano de Ciudad del Cabo, el Premio Nobel de la Paz Desmond Tut¨², que acapar¨® todo el protagonismo en las sesiones iniciales de la conferencia. Tut¨² pidi¨® la condonaci¨®n de la deuda externa de los pa¨ªses del Tercer Mundo. "La unidad de la Iglesia quiz¨¢ pueda ofrecer algo a este mundo que se est¨¢ desintegrando r¨¢pidamente", concluy¨®.