Los corridos prohibidos
La lucha contra el narcotr¨¢fico en M¨¦xico ha llegado a extremos como el de prohibir que las emisoras de radio difundan canciones populares cuyas estrofas se refieren como h¨¦roes a personajes vinculados al hampa y al mundo de las drogas. Es lo que ocurre desde hace tres semanas en Chihuahua, Estado norte?o lim¨ªtrofe con Estados Unidos, donde las autoridades han determinado que este tipo de canciones, llamadas por lo general narcocorridos y muy populares en la zona, "ensalzan los antivalores y alientan la subcultura del narcotr¨¢fico".Desde mediados de julio, en Chihuahua, el Estado m¨¢s extenso de M¨¦xico, las emisoras ya no difunden corridos relacionados con el narcotr¨¢fico, por recomendaci¨®n expresa de la Procuradur¨ªa General de la Rep¨²blica. El corrido es el tipo de m¨²sica m¨¢s popular de M¨¦xico y consiste en un romance a dos voces, acompa?ado de guitarra y acorde¨®n, cuya letra se basa en la mayor¨ªa de los casos en historias de personajes que se han visto marcados por la fama, sea cual sea el origen.
El corrido era ya popular en ¨¦pocas de la revoluci¨®n mexicana y se cantaba de plaza en plaza. Muchas de estas canciones contaban de forma dulce y bondadosa historias heroicas de Pancho Villa y Emiliano Zapata, que jam¨¢s llegaron a la letra Impresa.
M¨¢s que contar lo prohibido, el corrido absorbe r¨¢pidamente hoy d¨ªa los sucesos de la vida mexicana, igual que lo hac¨ªa en la ¨¦poca revolucionaria, pero a su manera. Unos d¨ªas despu¨¦s del asesinato, en mayo, del cardenal de Guadalajara, Juan Jes¨²s Posadas, ya circulaba un corrido del grupo de Monterrey Los Plebeyos sobre esta accidental muerte en un fuego cruzado entre bandas rivales de narcotraficantes.
La letra dec¨ªa: "Guadalajara se encuentra / todita llena de luto. / Mataron al cardenal, / nadie sabe, nadie supo. / Quesque fue una confusi¨®n, / nadie se traga ese truco". Y a?ad¨ªa, acerca del Chapo Guzm¨¢n, uno de los implicados: "Chapo, ?t¨² a qu¨¦ te dedicas? / Yo soy un agricultor/ ?Qu¨¦ hac¨ªas en Guadalajara? / Nom¨¢s fui a dar el volte¨®n. 1 Si al cardenal lo mataron la culpa no tengo yo".
Pr¨¢cticamente todas las emisoras del Estado de Chihuahua han. aceptado esta orden de las autoridades locales y hoy las canciones relacionadas con narcotraficantes ya no se difunden. S¨ª, en cambio, siguen a la venta en la ea He y se cantan en fiestas populares porque, sea cual sea su letra, el corrido forma parte de la tradici¨®n y gusta. No en vano uno de los grupos de m¨¢s ¨¦xito de esta zona de M¨¦xico, Los Tigres del Norte, han editado el ?lbum de los corridos prohibidos.
Seg¨²n el presidente del Consejo de Seguridad de Chihuahua, Felipe Araiza Ponce, "los narcocorridos ensalzan los antivalores que en una sociedad de consumo como la nuestra f¨¢cilmente tienen efecto enajenante en la conciencia colectiva". No obstante, tambi¨¦n se sabe que los propios delincuentes han mandado componer sus canciones, todo ello en su vanidad por quedar recordados como h¨¦roes populares m¨¢s all¨¢ de la cantina.
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