Irma, la l¨¢grima del verano
La ni?a de cinco a?os herida por un ob¨²s en Sarajevo fue operada ayer en Londres
Irma est¨¢ tumbada sobre su espalda. Sigue en estado cr¨ªtico, pero los cirujanos del hospital infantil Great Ormond han conseguido extraer la metralla incrustada junto a la columna vertebral y ya no hay que mantener de costado el cuerpecillo herido, tal como estuvo en Sarajevo durante 10 d¨ªas, con el cuello estirado, los ojos opacos, la mano agarrotada sobre un .mu?eco. Irma Hadzimuratovic, de cinco anos, evacuada el lunes de Sarajevo y transportada al Reino Unido, sufri¨® ayer su primera operaci¨®n en Londres. Tres horas de quir¨®fano para limpiarle las heridas e implantarle un drenaje en el cr¨¢neo. Tiene meningitis, los nervios dorsales da?ados y m¨²ltiples in fecciones. El cerebro no est¨¢ afectado. Tal vez sobreviva. La ni?a Irma es la l¨¢grima del verano. Durante meses, miles de ni?os han muerto en Bosnia. Ni?os an¨®nimos, sin rostro, hijos de esos fantasmas desconocidos que asoman a veces, durante el telediario, desde el fondo de la pantalla. Otros como ella est¨¢n muriendo ahora mismo, o sufren heridas terribles y esperan callados su destino, en el atroz silencio de una agon¨ªa infantil. Pero Irma tiene rostro, y nombre, y esa postura insoportablemente tensa, como de pez fuera del agua. Los reporteros occidentales hicieron cola ante su lecho el domingo para contar su historia: un ob¨²s serbio, la madre muerta y ah¨ª, en esa cama, la ni?a destrozada, la imagen de Sarajevo para los noticiarios del fin de semana.El domingo por la noche, la centralita de Downing Street qued¨® bloqueada. Por primera vez en los tres a?os de mandato de John Major, el p¨²blico brit¨¢nico sinti¨® la necesidad imperiosa de decirle algo a su primer ministro. M¨¢s y m¨¢s llamadas, desde media tarde hasta la madrugada, con un simple mensaje: salvad a Irma.
Esa misma noche, Major el indeciso (tan emocionado, dicen, como sus compatriotas) dio al Foreign Office una orden tajante: salvad a Irma. Como por arte de magia, se esfumaron todos los impedimentos log¨ªsticos, todas las trabas burocr¨¢ticas, todos los problemas insuperables bajo los que. han sido enterrados otros ni?os. El lunes a mediod¨ªa, un avi¨®n militar despeg¨® de Sarajevo con Irma a bordo. La acompa?aban su hermana y su, padre. A media tarde, la ni?a ingres¨® en el Great Ormond de Londres, el mejor hospital infantil del mundo. Por la noche, una peque?a multitud se congreg¨® a las puertas del centro sanitario en una vigilia por su salvaci¨®n. Ayer, la recepci¨®n del Great Ormond rebosaba de flores y juguetes.
En Sarajevo, sin agua corriente, sin medicinas, qued¨® el doctor Edo Jaganjac, el hombre que oper¨® a Irma en una situaci¨®n cr¨ªtica y, casi a ciegas, logr¨® reconstruir sus intestinos y evitar una muerte inmediata.
Irma fue una simple excepci¨®n, un fen¨®meno televisivo. Con 20 a?os m¨¢s habr¨ªa sido otro m¨¢s de los fantasmas de Sarajevo. Un cad¨¢ver, un alma desesperada. 0 quiz¨¢, a¨²n peor, una futura inmigrante ilegal en el Ed¨¦n comunitario.
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