Las claves
> La edad. Carl Lewis y Linford Christie han desbaratado todos los t¨®picos sobre el descenso en la curva de rendimiento de los velocistas. El estadounidense contaba 30 a?os cuando bati¨® el r¨¦cord del mundo de 100 metros; el brit¨¢nico gan¨® en los Juegos de Barcelona con 32 a?os.En Stuttgart se ver¨¢ un amplio espectro de generaciones, desde los venerables Lewis y Christie al nigeriano Daniel Effiong (21 a?os), la nueva sensaci¨®n de la velocidad.
> La raza. Desde los Juegos de Se¨²l, en 1988, todas las finales ol¨ªmpicas y mundiales han sido ocupadas por atletas de raza negra. El ¨²ltimo ganador blanco de una gran final fue el escoc¨¦s Allan Wells en los Juegos Ol¨ªmpicos de 1980. Los controles antidopaje han intensificado el dominio de los atletas negros. S¨®lo ellos han sido capaces de bajar de 10 segundos.
La clave de su hegemon¨ªa est¨¢ en sus caracter¨ªsticas fisiol¨®gicas, con unos m¨²sculos m¨¢s el¨¢sticos y unas fibras m¨¢s explosivas. A este factor hay que a?adir tambi¨¦n el econ¨®mico: la mayor¨ªa de los grandes velocistas negros vienen de sectores sociales muy deprimidos. Para ellos, la relaci¨®n natural con la velocidad les permite acceder al dinero que ahora se mueve en el atletismo.
> La procedencia. La carrera de 100 metros no es la primera elecci¨®n de la mayor¨ªa de los finalistas en Stuttgart. Casi todos se han decantado por la prueba tras iniciarse en otras especialidades. Lewis prefer¨ªa el salto de longitud en su etapa juvenil, e incluso opt¨® con mayor intensidad por los 200 metros que por los 100 en los a?os 1981 y 1982. Dennis Mitchell es un cuatrocentista reconvertido.
Fredericks tuvo sus mayores ¨¦xitos en su edad universitaria en los 200 metros. S¨®lo Cason y Christie han dedicado sus esfuerzos a los 100 metros, en el caso del estadounidense de forma exclusiva.
> Africa. La crecida africana es notoria en las carreras cortas. Pese a la sorprendente ausencia de casi todos los grandes especialistas nigerianos (Olapade Adeniken y los hermanos Ezinwa), Africa comienza a establecerse como la futura cantera de la velocidad. Un informe de la revista estadounidense Track and Field News revelaba que la afluencia de sprinters africanos a las universidades norteamericanas pon¨ªa en peligro el dominio local en los 100 metros. Los mejores proceden de las regiones costeras del Occidente de ?frica.
> El material. Las superficies sint¨¦ticas y la ligereza del calzado han beneficiado la mejora de marcas en los 100 y 200 metros. En Tokio (1991), los organizadores se gastaron una fortuna en la investigaci¨®n de la superficie de la pista del estadio. El resultado fue conocido como "la alfombra m¨¢gica", despu¨¦s de los r¨¦cords de 100 metros y salto de longitud. Las zapatillas de Lewis pesan 130 gramos. El estadounidense gasta un par por carrera.
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