S¨¢hara occidental

El d¨ªa 3 de agosto public¨® EL PA?S una noticia referente a la activaci¨®n de un cr¨¦dito, en condiciones muy favorables, al Reino de Marruecos para la compra de armamento. La noticia no tendr¨ªa nada de especial, ni me habr¨ªa movido a escribir esta carta, si no fuera porque en ella se indicaba que el Gobierno marroqu¨ª pretende sustituir la compra de una corbeta y de unos aviones (material de alta tecnolog¨ªa y fabricado por empresas p¨²blicas) por veh¨ªculos y arma-Pasa a la p¨¢gina siguiente

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mento para la guerra en el desierto y que est¨¢ fundamentalmente fabricado por multinacionales.

No puedo acabar de entender c¨®mo el Gobierno espa?¨®1 y su Ministerio de Defensa, que tanto presumen (y con raz¨®n) de, su colaboraci¨®n con las Naciones Unidas en los conflictos de la antigua Yugoslavia, se interfieren en un proceso de autodeterminaci¨®n en el que la ONU encuentra graves problemas para su soluci¨®n, debido fundamentalmente a la actitud del Gobierno marroqu¨ª de mantener la anexi¨®n por la fuerza de la ex colonia espa?ota del S¨¢hara occidental. Si el Gobierno espa?ol mantiene una pol¨ªtica internacional verdaderamente favorable a la paz mundial, deber¨ªa aumentar su colaboraci¨®n en la MINURSO (Misi¨®n de las Naciones Unidas para el Refer¨¦dum en el S¨¢hara Occidental); no deber¨ªa colaborar con el Gobierno marroqu¨ª en nada que tuviera que ver con la ocupaci¨®n de los territoriosde R¨ªo de Oro; deber¨ªa conceder cr¨¦ditos a los pa¨ªses de la regi¨®n que realmente promovieran su desarrollo y la mejora de la calidad de vida de sus habitantes; y, sobre todo, deber¨ªa prestar ayuda a los refugiados saharauis, ayuda humanitaria, por un lado, y ayuda pol¨ªtica, que deber¨ªa incluir, por justicia, el reconocimiento de su derecho a la nacionalidad espa?ola en, al menos, los mismos t¨¦rminos que los guineanos, por ejemplo.