Serbios, musulmanes y croatas pugnan por imponer sus mapas en el reparto de Bosnia
ENVIADO ESPECIAL Tras la euforia, el realismo. El acuerdo de principio alcanzado el lunes en la conferencia de paz para desmilitarizar Sarajevo y ponerlo bajo la administraci¨®n directa de las Naciones Unidas fue ayer objeto de interminables horas de discusi¨®n entre los l¨ªderes serbio, Radovan Karadzic; croata, Mate Boban; y musulm¨¢n, Alia Izetbegovic, ¨¦ste ¨²ltimo todav¨ªa formalmente presidente de la Rep¨²blica de Bosnia-Herzegovina, condenada a partirse en tres. El portavoz de la reuni¨®n, el australiano John Mills, confirm¨® que los tres jefes pol¨ªticos se llevaban a la cama un plan, cuyo contenido no quiso revelar, fruto del trabajo del comit¨¦ tripartito creado el d¨ªa anterior.
lzetbegovic, que no deja ni por un minuto de interpretar el papel del rey de los pesimistas, para lo que no le faltan razones, asegur¨® a los periodistas concentrados en el Palacio de las Naciones, sede de la conferencia, que el documento sobre Sarajevo no es satisfactorio, ya que no se refiere de forma expl¨ªcita al levantamiento del sitio de la capital. Algo que, para el portavoz de los serbios, Jovan Zametica, no tiene importancia, dado que seg¨²n ¨¦l, la ciudad no est¨¢ sometida ya a ning¨²n cerco. En cuanto a Boban, su portavoz le tradujo una frase que no se sabe. muy bien si es herm¨¦tica o insustancial: "Cuanto m¨¢s hablamos, m¨¢s preguntas nos hacemos".Seg¨²n Mills, en la sala de reuni¨®n "se respira una atm¨®sfera de distensi¨®n". A la salida de ¨¦sta, decenas de periodistas montan guardia a la espera de alguna migaja de informaci¨®n, que los protagonistas reparten con cicater¨ªa. Doscientos metros m¨¢s all¨¢, ante la barrera de protecci¨®n oficial, unas cuantas pancartas exigen el fin de la matanza y la urgente intervenci¨®n militar internacional para "acabar con el genocidio". Ginebra, mientras tanto, sigue con indiferencia un di¨¢logo que, en su fase actual, podr¨ªa conducir a la soluci¨®n de un conflicto que en tan s¨®lo 16 meses ha causado decenas de miles de muertos y ha a?adido un buen n¨²mero de p¨¢ginas al libro de las atrocidades cometidas por los hombres en este siglo.
Algo est¨¢ claro: que el estatuto de Sarajevo, que parece llamada a ser la capital multinacional de la futura uni¨®n de rep¨²blicas de Bosnia-Herzegovina, dibujada sobre criterios ¨¦tnicos, s¨®lo entrar¨¢ en vigor como parte de un compromiso global que ponga fin al conflicto. Adem¨¢s, necesita ser perfilado en sus detalles: no hay acuerdo a¨²n sobre la composici¨®n de la polic¨ªa civil, la formaci¨®n de los ¨®rganos de gobierno local, los l¨ªmites de las nueve municipalidades a que se refiere el compromiso y el destino de la ¨²ltima, en la que se sit¨²a la capital pol¨ªtica de los serbios de Bosnia, Pale.
. En opini¨®n de David Owen, el mediador de la Comunidad Europea, Sarajevo gozar¨¢ muy probablemente, una vez finalice la guerra del estatuto de capital extraterritorial, sin integrarse directamente en ninguna de las tres rep¨²blicas.
Los l¨ªderes pol¨ªticos trabajaron ayer tambi¨¦n en otro frente, el de repintar el resto del mapa de Bosnia para que se ajuste a la voluntad pol¨ªtica de acabar con los combates, lo que significa que los musulmanes han de olvidarse de c¨®mo era su pa¨ªs antes de abril de 1992 y los serbios tienen que hacer otro tanto de la l¨ªnea fronteriza que ellos han dise?ado a golpe de ca?¨®n y limpieza ¨¦tnica. Para que los musulmanes logren el 30% del territorio que los mediadores e incluso serbios y croatas parecen estar de acuerdo en otorgarles (ahora s¨®lo controlan el 10%) son necesarios numerosos ajustes que deben saltarse los hechos consumados por la guerra.
Izetbegovic pretende, primeramente, la renuncia abierta de los serbios a zonas de seguridad como Srebrenica, Gorazde, Zepa o la bolsa de Bihac, Aspira a obtener una salida al Adri¨¢tico y al r¨ªo Sava. Hasta aqu¨ª en teor¨ªa no tendr¨ªa por qu¨¦ haber mayor problema. Pero quiere m¨¢s, mucho m¨¢s. Quiere recuperar Prijedor, Sanski Most, Kotor Varos, Breko, Zvornik, Vlasenica, Bratunac, Visegrad y Foca. Sus representantes repartieron ayer en Ginebra un mapa en el que se facilita la composici¨®n ¨¦tnica de estas comunidades antes del estallido b¨¦lico. Por supuesto, en todas ellas los musulmanes eran clara mayor¨ªa. Muy probablemente, la apreciaci¨®n sea correcta, por mucho que los serbios la rechacen y no tengan empacho en facilitar cifras completamente opuestas en muchos casos. El portavoz de Karadciz, como era de esperar, considera estas proposiciones "poco realistas".
Traducido al mensaje de la negociaci¨®n, todo esto significa muchas horas, muchos d¨ªas, tal vez muchas semanas a¨²n de tira y afloja.
En el otro frente de la negociaci¨®n, el croato-musulm¨¢n, la referencia inmediata son los combates en Bosnia central, que demuestran hasta qu¨¦ punto creen ambos bandos que las posiciones en el frente son las que determinan la marcha del di¨¢logo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.