Figuritas

Buendia / Josefito, Jesul¨ªn, FinitoToros de Joaqu¨ªn Buend¨ªa, bien presentados -excepto 2?, anovillado-, dejuego desigual.

Finito de C¨®rdoba hizo lo m¨¢s dif¨ªcil: no fue capaz de dar un pase limpio a un toro que galop¨® noblemente durante 10 minutos por ambos lados; Joselito, lo m¨¢s vergonzoso, por su total inhibici¨®n ante las dificultades de sus oponentes; Jesul¨ªn, menos mal, lo m¨¢s torero, aunque en tono menor, ante el quinto, despu¨¦s de que naufragase en su primero.As¨ª son las figuras de los noventa. Y cuentan con un p¨²blico nada exigente, que los recibe con una cerrada ovaci¨®n, que los apoya en todo momento, los anima, los quiere, les pide las orejas con aut¨¦ntico fervor, y, a cambio, s¨®lo espera que le ofrezcan un espect¨¢culo divertido. La gente paga para ver algo m¨¢s que una lecci¨®n de pico y muleta retrasada. Hoy por hoy, es casi un h¨¦roe el torero capaz de citar con la panza de la muleta, y de lejos para embarcar la embestida. Es una vulgaridad insoportable comprobar c¨®mo casi todos -al menos, los tres del cartel- se colocan mal, citan peor, se agarran a la culata del toro para ofrecer reolinas pueblerinas.

Joselito se gan¨® la gran bronca. Posiblemente, la ¨²nica que se oiga en esta plaza. Pero es que lleg¨®, mat¨® sus toros y se fue. Los tendidos se sintieron ofendidos y con raz¨®n, porque el torero no se molest¨® ni en despeinarse. Su primero era deslucido y lo despach¨® sin m¨¢s. A su segundo, parado, lo pas¨® una sola vez de muleta y lo mat¨®. A Joselito se lo quer¨ªan comer.

Jesul¨ªn, que sustitu¨ªa a Ponce, no se entendi¨® con su primero, chico, que iba y ven¨ªa. Mucho pico, eso s¨ª, y m¨¢s vulgaridad. Se enmend¨® en el otro, con el que construy¨® una faena s ? in concesiones, muy trabajada y mejor ligada.

A Finito le toc¨® en suerte el toro m¨¢s bravo y noble de la corrida. Pero no era la tarde de Finito... Un pase, otro, otro y otro, y ninguno limpio, aunque le dieron una oreja. En el tercero estuvo animoso pero sin acierto.